martes, 8 de mayo de 2018

AÚN FALTA ESCRIBIR EL FUTURO LIBRE || Francisca Sauquillo: “Lo que queda de Mayo del 68 es lo que todavía no es” | Babelia | EL PAÍS

Francisca Sauquillo: “Lo que queda de Mayo del 68 es lo que todavía no es” | Babelia | EL PAÍS

EN POCAS PALABRAS

Francisca Sauquillo: “Lo que queda de Mayo del 68 es lo que todavía no es”

La activista y política participó con fervor en el movimiento revolucionario de los sesenta en España

Francisca Sauquillo: “Lo que queda de Mayo del 68 es lo que todavía no es”

En 1968 la activista y política Francisca Sauquillo (Madrid, 1943) acababa de terminar la carrera de Derecho y empezaba a trabajar como abogada en un despacho laboralista de Madrid. Vivió con fervor el sentimiento revolucionario de la época y participó en las protestas más importantes de aquellos años en España.
¿Qué libro sobre Mayo del 68 recomendaría?
Fronteras de papel. El Mayo francés en la España del 68, un viaje a un periodo clave de la historia del pasado siglo XX. 1968 es uno de esos años excepcionales que marcan un antes y un después en el devenir histórico, y en él brilla con luz propia el todavía más simbólico Mayo francés. Una revuelta estudiantil, una huelga general, una revolución social y cultural, numerosas expresiones tratan de captar su esencia. En el fondo, todas, o muchas de ellas, son verdad. La palabra liberada fue otra de sus grandes aportaciones y alumbró frases como: ¡Las fronteras no nos importan!, pues el deseo de sus protagonistas era ir más allá de los constreñidos muros de un país para "transformar el mundo y cambiar la vida". Algo del torbellino que se generó en Francia llegó a España a través de unas fronteras más permeables de lo que creía el régimen franquista. En enero de 1969, con motivo del asesinato del estudiante Enrique Ruano, tuvo lugar todo un movimiento estudiantil en la Universidad que dio lugar al estado de excepción decretado por el entonces ministro Fraga Iribarne. La Universidad Complutense había tenido manifestaciones durante los años 60 y una de ellas nos marcó a todos los de esa época: la marcha encabezada por los catedráticos Tierno Galván, Aranguren, García Calvo y miles de nosotros y nosotras, que se desarrolló desde la Facultad de Filosofía hasta la calle de la Princesa. La manifestación fue abortada por los grises con mucha violencia, llegaron a utilizar mangueras de agua a presión. Estas manifestaciones no fueron iguales a las del Mayo francés, ya que en España estábamos en plena dictadura, pero sin duda fueron un presagio de la lucha estudiantil contra el mundo en que vivíamos, que no nos gustaba y que queríamos cambiar. Durante los últimos años de facultad nos reuníamos a leer el libro de la filósofa Simone de Beauvoir El segundo sexo y el de Betty Friedan La mística de la feminidad, que suponía un cambio en el feminismo de los años 60.
¿Cuál es su figura favorita de aquella época?
Jean-Paul Sartre y sus libros Literatura y existencialismo y Manos sucias. Figuras como, Raymond Aron o André Glucksmann y, por supuesto, Bertrand Russell.
¿Qué banda sonora le pondría en ese año?
Junto a The Beatles está Bob Dylan, que se convirtió en un polo de atracción de los jóvenes: rebelde, bohemio y pobre en los primeros años de su carrera, se puso a la cabeza de la lucha contra la guerra de Vietnam, con utopías que llegarían a su auge en Mayo del 68, así como Joan Baez. Incitadores de cantautores comprometidos, entre los que en España recuerdo a Raimon y Paco Ibáñez. “Haz el amor y no la guerra” era nuestro lema. En aquel mayo del 68, Raimon dio un concierto en la Universidad Complutense que aglutinó de manera espontánea al movimiento antifranquista. Al final hubo muchos detenidos y violencia por parte de los grises.
¿Se le ocurre alguna película que exprese con acierto el sentimiento revolucionario de aquel momento?
Tal como éramos (1973), Los cien pasos (2000) y La mejor juventud (2003), quizás la que mejor lo representa. También Soñadores (2003) y Un amor de juventud (2011).
¿Qué papel tuvieron las mujeres en las revueltas?
A partir de los hechos de 1968, la concepción de la mujer dominada por la fuerza paterna estalla en pedazos. Las feministas rechazan la idea de ser encerradas en un papel de servilismo doméstico. Las militantes del MLM, movimiento feminista francés, están encabezando las reivindicaciones. En sus corazones, la revolución de las mentalidades y costumbres no era necesaria, era imprescindible. En España surgen asociaciones de mujeres ligadas a los partidos de izquierda pero con independencia de ellos, así como la Asociación Democrática de Mujeres o el Movimiento Democrático de Mujeres, entre otros. De allí salieron grandes luchadoras como Carmen Fraile y Nati Camacho. En los 70, y probablemente como consecuencia de ese movimiento, creamos la Librería feminista. En Francia, algunos líderes como Daniel Cohn-Bendit, con el que coincidí en el Parlamento Europeo, reconocieron en algunas declaraciones posteriores que Mayo del 68 había supuesto un triunfo del feminismo contra el machismo generalizado, señalando que las mujeres se enfrentaron al machismo de los hombres de izquierda.
¿Cuál es la herencia buena del 68 y cuál es la mala?
Creo que las buenas fueron varias. Por mencionar alguna: la unión del pueblo por un bien común estableciendo alianzas para conseguir la utopía; instalar en el debate social que otro mundo, otro país, era posible; se adquirió conciencia global y la unión de estudiantes y obreros. También comenzamos a caminar en los movimientos pacifistas, ecologistas, antinucleares y feministas, entre otros. La mala, no haber conseguido algunas de las cosas que preconizaban.
¿Qué queda de mayo del 68?
Es la pregunta más repetida en este 40 aniversario. La respuesta generalizada y dominante confirma las condiciones existentes al señalar que la herencia de Mayo del 68 se halla en determinados aspectos, más o menos relacionados realmente con el movimiento, incorporados ya en el funcionamiento cotidiano de nuestras sociedades. Por el contrario, habría que afirmar que lo que queda de Mayo del 68 es lo que todavía no es. Aquello que sigue interrogando, desafiando y planteando exigencias al presente. Como cuando hoy se neutraliza lo político por la acción conjunta del sistema mediático y de partidos que codifican cualquier problema social en el tablero de ajedrez político y del espectáculo mediático, ahogando cualquier voz independiente que pretenda plantear preguntas propias y construir respuestas desde abajo. Hoy, Mayo del 68 es quizá más contemporáneo que otras luchas posteriores porque aspiraba a tejer lo común entre gente distinta y no reivindicaba simplemente el reconocimiento de las identidades (y las diferencias). Estudiantes, intelectuales, obreros, migrantes y campesinos se buscaron una y otra vez en la calle desde arriba, deshaciendo identidades impuestas y propiciando alianzas imprevisibles. Luchas que van más allá de sí mismas e interpelan a todos sin hablar por todos. Un recuerdo especialmente relevante hoy en día, cuando el poder se define como estrategia compleja de individualización de los problemas colectivos y las luchas tienen tantos problemas para universalizarse desde abajo y romper los corporativismos. Fue el inicio de un sueño, bajo los adoquines está la arena de playa.
¿Tuvo entonces la sensación de que estaba ocurriendo algo histórico?
Era una época muy convulsa e ilusionante: la guerra de Vietnam; la primavera de Praga, ciudad que había visitado unos meses antes; el asesinato de Luther King... Y en España estábamos en plena dictadura, pero había un gran movimiento de oposición de izquierdas en temas sociales, feministas… e ilusión por luchar y conseguir la democracia. Todo lo que veíamos y estudiábamos nos hacía pensar que estaban cambiando las cosas y que habíamos tomado un camino que nos iba a llevar a un mundo mejor. No queríamos hacer historia, queríamos traer libertad, justicia, igualdad y democracia, pero echando la vista atrás, sí hicimos historia.
¿Está sobrevalorado el Mayo del 68?
Creo que no, al menos en España la década de los 60 fue muy importante, y el Mayo del 68 vino a plantear una forma nueva de protesta que ha tenido repercusiones posteriormente. El Mayo del 68 ha sido evocador para las luchas posteriores, por ejemplo, el 15-M.
¿Alguna figura de mayo del 68 merecería un Nobel?
Los pensadores de entonces están muertos, como Herbert Marcuse y otros, y de los que viven, han tardado en hacerle el reconocimiento a Bob Dylan.

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