martes, 10 de abril de 2018

ENCUENTRO INFINITO

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el dispensador dice: cuesta abrir ciertos portales para habilitar las confluencias espirituales, mucho más cuesta en esta Tierra de humanidades densas, donde todo aparece como una carrera con obstáculos que crecen a medida que aumenta el cansancio... no tengo dudas que esta economía perversa ha creado una máquina de impedir que aumenta en la miseria humana y toma entidad destructiva en la humanidad mezquina... hace más de veinte años que no nos veíamos impedidos por circunstancias ajenas... pero a veces esas circunstancias pesan y arrasan con las voluntades de los otros que nadan contra el oleaje de un tsunami que no cesa desde vaya a saber cuándo... ya ni siquiera me lo pregunto... miro a mi alrededor y me convenzo que el tsunami ya es parte de la habitualidad, y que hay que convivir con él... entonces aprendes a sumergirte bajo olas arrasadoras mientras flotas en aguas turbulentas como jamás se han visto... antes los cataclismos eran arte de la naturaleza... ahora las catástrofes parten de la desidia humana...
Guillermo es algo semejante a un hermano... llegamos casi juntos pero por distintas madres... la mía se fue de inmediato a mi llegada, la de él permanece... pero nuestros destinos están más cerca de los setenta que de los sesenta... y eso te cambia las perspectivas y te agudiza los afectos genuinos...
Sonia es algo semejante a una hermana... sangres distantes para un visión semejante... desborda en palabras porque es una bruma de sí misma, atiborrada de anomalías familiares que brotan una tras otra sin descanso, y que desde luego agotan hasta el más avezado... las vivencias te enriquecen porque te obligan a reflexionar y tratar de entender, aún cuando te hayas perdido parte del argumento de la película... de la vida, claro...
no sé en qué momento decidí llevarlos a conocer el Santuario oculto de "Alfarcito", pero sentí un empujón que me vino desde el más allá, y curiosamente, Haydée estuvo de acuerdo, ya que con ella compartimos la paz de un mismo barco que navega en el mencionado tsunami de espíritus enajenados que sólo saben generar daños y que transitan la vida sin hacer nada por nadie, ni siquiera por ellos mismos... estamos acostumbrados y subimos y bajamos junto con las mareas y sus agitaciones... ella no sabe de aguas calmas y yo desconozco lo que es respirar aguas tranquilas...
el camino a las alturas de la Cordillera no es fácil... los estados negadores y ausentes no saben de caminos de los otros, por ende las gentes carecen de importancia excepto cuando llega la hora del voto comodaticio... muchas promesas para ningún cumplimiento, por consiguiente el índice de satisfacción es menos cero... te lo pongo en letras para que no te queden dudas... por estos lares la clase política está no sólo lejos de la gente y sus necesidades, antes está ausente ensimismado en cómo estafar al soberano... a estas alturas nada me asusta, y a los mencionados antes, tampoco... un poco de pavimento, mucho de tierra... banquinas hechas mierda y mejor que no te pase nada porque no hay nadie... gritar no sirve, el celular tampoco... los cóndores vuelan alto por temor a los humanos y el resto de la fauna huye por el mismo motivo...
parece no haber nadie, pero entre los cerros altos hay gente olvidada, y no poca... no hay hospitales y la única sala sanitaria da algo más que pena... ¿África?, no, Argentina siglo XXI, muchas promesas para ninguna realidad... por ende, no creas nada que te prometan o nada de lo que te digan... los discursos no coinciden con la realidad de los mortales... y los otros que se creen inmortales, finalmente se mueren sin llevarse más que egos cargados de basura humana...
como sea subimos, como sea llegamos... respiro profundo... son casi tres mil metros de altura con un micro clima singular... poco apto para gente de llanuras... los años pesan, y los huesos crujientes te lo hacen saber... los planos inclinados no son para nosotros...
llegamos a la tumba del Padre Chifri, un cura cuyo destino se esfumó entre las montañas, vaya a saber por qué paradoja inexplicable... Guillermo lee: "quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la Tierra", según dice una frase en el altar que corona la pequeña tumba del sacerdote... y sí, el poco tiempo que anduvo en estas alturas hizo lo que nadie había podido... en dicho altar hay dos rosarios que supe dejar alguna vez, nadie ha osado sacarlos de donde fueron colocados, bien por eso!...  se le caen las lágrimas de la emoción intensa... me dice: "no puedo creer que esto exista"... contesto: sí, existe... y no tienes idea de lo que hay entre las montañas... espíritus sencillos que te curan las heridas con sólo mirarte... ¿penas?, no... en estas alturas las penas quedan siempre en el día anterior... la necesidad imperiosa impide la vigencia de la pena, así es que la conviertes en recuerdo y ya...
Guillermo mira la frase y queda absorto... hay luz de sobra en el recinto y nadie descifra de dónde procede... voltea y se encuentra con otra frase: "nos une el anhelo de hacer el bien"... ¿nos une?, sí, desde siempre, ése bien que demanda silencios y satisfacción para la propia alma... una costumbre que ha perdido esta humanidad, sometida a correr detrás de una zanahoria inalcanzable... 
le digo: los traje porque este lugar está bendecido... hay una magia en el aire... seguramente jamás volverán, pero lo que han visto es una fuente de luz donde el bien todavía flota intacto... sus lágrimas hablan por sí mismas... aquí reina la eternidad, y cuando ella reina, el infinito te envuelve. ABRIL 10, 2018.-
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Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes

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es necesario escalar la propia alma para poder encontrar el propio espíritu...

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