martes, 13 de febrero de 2018

UN LLAMADO A LA SENSIBILIDAD

La imagen puede contener: cielo, naturaleza y exterior
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el dispensador dice: suelo expresar mi adoración por el horizonte... suelo decir sobre mi sentimiento que se disgusta en las grandes urbes del cemento recalentado y/o super enfriado... he visto horizontes desde los techos del mundo... entre los Himalaya... entre los Alpes... entre los Andes... no podría definir en cuál de ellos estuve más feliz... he descubierto misticismos en cada uno de ellos, y en cada uno de ellos me he fundido en una profunda felicidad... la felicidad de sentirme parte de un "más allá" que he sintonizado como único... en ningún caso he percibido estática... ni siquiera en la deficiencia en el entendimiento de las lenguas propias d cada montaña... el espíritu se ahoga entre cuatro paredes... se vuelve inconsciente de sí mismo... se torna denso y se vuelve incapaz de desprenderse... no es bueno el contenido de los sueños en las ciudades... el verdadero sueño se despliega cuando te expones a la sombra de un árbol que resume las energías solares... y el mejor de los sueños es aquel que transitas en las primeras dos horas después de la salida del SOL... porque allí las energías llegan "limpias"... no puras, limpias... además, no puedes perder de vista que siempre estás en una parte de los Himalaya, en una parte de los Alpes, en una parte de los Andes, ya que nunca puedes abarcarlos... así es que debes concentrarte en el suelo que pisas, en el aire que respiras, en las fuentes en las que bebes... conjugando en tu ser el todo que se te concede con sentido de oportunidad, de instante, de momento... siempre he sentido la "gracia" de poder estar, sin haberlo buscado... dejándome llevar por la mano invisible y sus supremos contenidos...
curiosamente he sentido sensaciones semejantes en el Sahara occidental tanto como en el oriental... los horizontes que se divisan son tan amplios que apabullan al alma del despierto... más todavía en el concierto de los oasis... vas aprendiendo a distinguir las arenas... sus granulometrías... sus colores... sus pesos... y siempre piensas en lo que yace debajo de ellas (arenas)... en lo que nadie ha visto... en lo que jamás se ha descubierto... en lo que aguarda tomar entidad ante la luz de cada tiempo... entonces meditas acerca de los horizontes ocultos que fueron la inspiración de otras humanidades desconocidas u olvidadas...
tal te digo, el horizonte es fundamental a mis ojos, mucho más a mi espíritu... ver lejos... entender el significado de las distancias... descifrar la fusión del pasado propio con el futuro que aún no se ha revelado, convergentes en un presente que te contiene por un lapso efímero, hasta que llega el próximo... y te descubres vivo aún...
¿sabes?, muchas cosas cambian cuando te sabes vivo después de haber sido resucitado... los horizontes se funden en tu hoy... y sabes que navegas en la luz de un espacio que ocupas hasta que se consume, mientras tu mismo te esperas en el extremo opuesto a tu llegada... 
el humano sigue sin entender que nadie nace y nadie muere, apenas si se cambia de estado en un tránsito del que procedes y al que regresas... siempre... eternamente... 
¿cómo decirte?, la luz interior (espiritual donde se conjugan consciencia, alma y el propio espíritu) nunca se va, sólo viaja... pero la luz como energía universal, jamás se diluye... sólo viaja... se va amoldando al espacio que atraviesa... se vuelve densa y más tarde se hace maleable... se convierte en un metal o se transforma en líquido... pero la soberbia humana aún no lo descubre... no entiende que la luz es el tobogán de todo lo que existe, antes y después de la gracia... no entiende que el espíritu está impregnado de luz para poder recibir el don que debe ser traducido a talento, por un tiempo demasiado corto, aún cuando cada quién lo perciba extenso... siempre es demasiado corto, de allí que sea tanto lo que se pierde cuando el alma es miserable o el espíritu es mezquino... finalmente te diluyes sin haber vivido, sólo creyendo haberlo hecho...
la luz no se va, viaja...
te hago un llamado a la sensibilidad... ¿sabes?, cuando falta horizonte el espíritu pierde poesía, pierde arte, pierde creatividad, pierde inspiración... porque el genio se depliega en lo amplio... andando caminando junto al espíritu de mi hermana, la española, la artista, la pintora... me descubrí extraviado en la idea de uno de sus cuadros... ¿logras verme?, estoy junto al árbol sugerido... adorando el SOL con el que me voy fundiendo, en la esperanza de un presente del que se pueda participar como un "yo de camino"... 
siempre me digo a mi mismo, si Dios me trajo hasta aquí, sus razones tendrá... y me sumerjo en la felicidad de saberme horizonte inesperado de mi mismo. FEBRERO 13, 2018.-
no quiero irme sin dar un AMÉN por la luz del alma del padre de Carmen... se fue... pero nadie se va, sólo viaja hasta la próxima estación... sí, AMÉN!...
Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
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Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
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