lunes, 12 de febrero de 2018

Sacrificios al dios de la Cocina para celebrar el 'Xiaonian'

Sacrificios al dios de la Cocina para celebrar el 'Xiaonian'



Revista Instituto Confucio – ConfucioMag



Xiaonian




Sacrificios al Dios de la cocina para celebrar el ‘Xiaonian’

La Fiesta Xiaonian se celebra en china una semana antes del Año nuevo chino. Este día las familias ofrecen sacrificios a Zaojun (灶君), dios de la Cocina, como los tanggua (糖瓜), dulces con forma de calabaza elaborados con azúcar de malta o los matang (麻糖), dulces de textura muy pegajosa y elaborados con sésamo y harina de arroz.

Un reportaje deLiu Yanqin
刘艳琴
Antes de la celebración del Año Nuevo Chino, también denominado Fiesta de la Primavera o Danian (大年, literalmente, “gran año”) en el calendario lunar chino, existe en realidad otra celebración tradicional conocida como Xiaonian (小年, literalmente, “pequeño año”). La primera tiene lugar en el primer día del primer mes del calendario tradicional chino, esto es, el día de Año Nuevo (正月初一zhēngyuè chūyī); pero la fecha de la segunda varía. En el norte de China la celebran en el vigésimo tercer día del duodécimo mes (腊月làyuè) del citado calendario; mientras que en el sur en el vigésimo cuarto día de dicho mes.
Xiaonian
Lámina con la imagen de Zaojun (灶君), dios de la Cocina.
La llamada Fiesta Xiaonian forma parte del folklore tradicional chino y representa el día en que las familias ofrecen sacrificios a Zaojun (灶君), dios de la Cocina. Conocido también como “el ancestro de la cocina” (灶王爷Zàowángyé), es una deidad perteneciente a la mitología folklórica china a la que se rinde culto junto a los fogones.
Xiaonian
Zaojun (灶君), dios de la Cocina.
Cuenta la tradición que en la noche del Xiaonian, Zaojun sube a los cielos para rendir cuentas de los buenos y malos actos de los hogares al Emperador de Jade (玉皇大帝). La ceremonia que tiene lugar en este día no es otra que la de enviar a esta deidad a los cielos (辞灶cízào). Los ritos que esta celebración comporta son una manera de rogar a los dioses que bendigan y protejan a toda la familia en el año entrante, procurándoles felicidad, buena fortuna, paz y abundancia. En esta ceremonia, pues, se deposita el anhelo de una vida feliz y plena.
XiaonianFengxia
En las cocinas chinas de antaño, todo fogón había de equiparse con un fengxia (风匣; una caja de madera junto a los fogones que hace las funciones de un fuelle). Al accionar el fengxia, se facilitaba la circulación del aire por el conducto del fogón, para que la leña se quemara de manera eficaz. Una lámina con la imagen de Zaojun debe colocarse en la pared junto a los fogones. Y los chunlian (春联; pareados que se colocan en las puertas durante el Año Nuevo) flanquean a ambos lados el conjunto: “Si en los cielos se habla de buenas acciones, reina la paz en el mundo de los mortales”, con la variación: “Si en los cielos se habla de buenas acciones, lloverá la fortuna de los palacios celestiales”.
Xiaonian
Fengxia
Cuenta la leyenda que Zaojun era un vástago de familia acomodada que respondía al nombre de Zhang Dan (张单), que desposó a una virtuosa mujer llamada Guo Dingxiang (郭丁香) a la que más tarde repudiaría para tomar por esposa a Li Haitang (李海棠). Esta última, de naturaleza perezosa, dilapidó al poco tiempo los bienes de la familia Zhang y causó su ruina. Sellada la desgracia de la casa por un catastrófico incendio, Li Haitang se volvió a casar, y Zhang Dan, ciego por culpa del fuego, se vio obligado a mendigar.
Un día llegó a cierta casa en la que le ofrecieron sopa y comida caliente. Mientras daba cuenta del alimento, advirtió que la mano que le daba de comer no era otra que la de Guo Dingxiang, la esposa a la que había despreciado. Vencido por la vergüenza y el remordimiento, Zhang Dan se precipitó a morir en el fuego del hogar. Compadecido por su voluntad de rectificar los errores de su existencia, el Señor de los Cielos lo convirtió en la deidad soberana de la Cocina o Zaowang (灶王), confiándole también la misión de vigilar las buenas y malas obras de los mortales para después rendirle cuentas anuales de las mismas en el cielo.
XiaonianTanggua
Lo primero que se debe hacer al celebrar el Xiaonian es rendir sacrificios a esta divinidad. Para ello se deben ofrendar, preferentemente, los tanggua (糖瓜), dulces con forma de calabaza elaborados con azúcar de malta. Otro dulce típico de esta festividad y que también tiene como ingrediente principal el azúcar de malta es el matang (麻糖), de textura muy pegajosa y elaborado con sésamo y harina de arroz. En el noroeste de China se conoce como xing ().  De ahí el proverbio: “al celebrar el Xiaonian, hay que comer xing”. El significado tras esta tradición es la idea de que, cuando Zaojun coma este dulce, no podrá hablar, ya que, por su textura pegajosa, sus labios quedarán sellados, y cuando consiga hablar las palabras que salgan de su boca serán dulces y biensonantes.
XiaonianMatang
Otra de las ofrendas que se deben hacer al dios de la Cocina es la sopa de fideos, ya que, según el proverbio: “Zhang era el apellido original del dios de la Cocina, y en su nombre cada año un bol de zamiantang debe degustar”. La zamiantang (杂面汤), es una sopa de fideos elaborados con harina de trigo, de soja o de boniato.
Xiaonian
Zamiantang



En las ofrendas a esta deidad deben incluirse también algunos huevos para alimentar a los zorros y a las comadrejas amarillas, animales tradicionalmente considerados como sus subordinados. Junto a la costumbre de encender incienso y ofrendar alcohol, también se encuentra la tradición de proporcionar alimento a los caballos de Zaojun, que debe esparcirse desde los fogones hasta pasar el umbral de la puerta.  Una vez se completan estos rituales, solo resta arrojar al fuego la lámina con la imagen de Zaojun y esperar al día de Año Nuevo para reemplazarla con otra. Cuando cae la noche de Año Nuevo sube a los cielos y, con la aurora del primer día, regresa dando por concluida la misión de informar a los cielos de las buenas y malas acciones de los hogares. Es, por tanto, una deidad que procura buena fortuna y bendiciones para que reine la paz en la familia. 

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pdfPublicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 40. Volumen I. Enero de 2017.
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