lunes, 12 de febrero de 2018

EL PEOR MONSTRUO ES EL QUE ESCONDES || 'La ofrenda', de Gustavo Martín Garzo: En el reino de la noche | Babelia | EL PAÍS

'La ofrenda', de Gustavo Martín Garzo: En el reino de la noche | Babelia | EL PAÍS

En el reino de la noche

'La ofrenda' es un tributo de Gustavo Martín Garzo a la mujer y a los cuentos tradicionales

Fotograma de 'La mujer y el monstruo', de Jack Arnold.

Fotograma de 'La mujer y el monstruo', de Jack Arnold.



Ha destacado siempre Gustavo Martín Garzo por la exquisita manera de incorporar a sus relatos y novelas —también a sus ensayos y artículos—, a modo de símiles o de narraciones interpoladas, el amplio caudal de las leyendas y los cuentos tradicionales, las historias bíblicas, la mitología o la poesía y otras referencias culturales. Y también ha destacado el autor vallisoletano por su anhelo y empeño en explorar el misterio de lo femenino, dada la fascinación que le inspiran algunas mujeres, reales o imaginadas.
La ofrenda es un tributo a todo ello: una novela que nace del recuerdo de una vieja película de Jack Arnold que el autor vio de niño y que es una versión del mito de La Bella y la Bestia, que aquí es un ser acuático, según nos indica en una nota final.
Quizá por eso la novela arranca en 1963, cuando Patricia Ayala, una joven enfermera zarandeada por una desdichada infancia, una vida solitaria y una reciente crisis amorosa, decide aceptar una oferta de trabajo para cuidar de una anciana que reside en Taboada, una pequeña isla de origen volcánico situada al sur de Madagascar. La primera parte —narrada en segunda persona— es una evocación del viaje y la llegada a la mansión de Rose Hansson y una exploración detallada de aquel nuevo mundo: desde la portentosa “construcción” y su entorno hasta los exóticos parajes de la isla y sus gentes, algunas de ellas singularizadas como personajes portadores de extrañas historias: el gigante de la cicatriz Juma, las alegres gemelas Niara y Sarabi, la perspicaz y sabia Odalys o el inquieto Abdu. En toda esta parte hay mucho de homenaje a las novelas de aventura y misterio y a los héroes de los tebeos. Y también hay en La ofrenda un reconocimiento hacia el potencial fabulador que contienen las especulaciones científicas, y asimismo un elogio de la lectura, que aviva nuestras fantasías y ensueños, incluidas las novelas románticas, aun por tontas que sean, como opina Patricia, cuyos diarios sirven de soporte narrativo a otras partes de la obra, lo que es un verdadero acierto por la intensidad e inmediatez que proporciona al relato, tras esa minuciosa y dilatada apertura, abierta a las sorpresas.
Y así nosotros, los electores de La ofrenda, nos sentimos muy a menudo atrapados en los múltiples hilos de la trama y la escritura con que Martín Garzoteje y renueva esta fábula, enmarcada ahora en un escenario subyugante y real, sostenida en docenas de episodios y anécdotas y algunos sucesos extraordinarios, sembrada de enigmas que se anuncian en motivos y detalles tan elocuentes como desasosegantes, y protagonizada por una joven que, al igual que las otras mujeres que la precedieron en ese reino de la noche y del silencio y de la soledad y del dolor, nos lleva a preguntarnos por la atracción del abismo, por la alianza entre belleza y espanto, por el poder que ejerce en nosotros el mundo tenebroso, por el lenguaje secreto de los sueños, por la pulsión del deseo o por cómo se comporta una mujer enamorada.
La ofrenda. Gustavo Martín Garzo. Galaxia Gutenberg, 2018. 297 páginas. 19,90 euros

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