QUINTA PARTE: continuidades desconcertantes por "el dispensador": podría decirse que todo lo que vibra es un "Mantra" (Ngag)... cada vez que alguien abre la boca para decir algo, fuerzas invisibles se hacen presentes... la humanidad ha perdido esta referencia y también ha extraviado sus memorias... los Mantras son sílabas o series de sílabas que desatan fuerzas o atan fuerzas, anudan circunstancias o desatan rutinas, despertando aspectos olvidados o cualidades omitidas, pudiendo incluso desprender energías negativas que atacan la virtud, intoxicándola... si bien el Mantra está asociado con el acto de hablar, no siempre se condice con la sublimación que este hecho implica... ya que no todo lo que se pronuncia conlleva lo que dice o traduce, escondiendo segundas intenciones, envidias, y otros cinismos que dañan la esencia del Mantra...
en la trascendencia, todo se vincula con las "fuentes"... pero las fuentes no sólo hacen referencia al agua sublime... ya que hay fuentes del aire... fuentes de los suelos... y también, fuentes de los fuegos... donde cada fuente es contenedora de esencias, de energías esenciales, de fuerzas esenciales, y de un algo más que no siempre puede ser descifrado... siendo que en las fuentes están las preguntas... siendo que en dichas fuentes no están las respuestas sino los senderos que llevan, o pueden hacerlo, hacia a ellas...
lo trascendente es todo aquello que afecta a cada destino, modificándolo... sea para bien... sea para mal... sea de manera neutra... así las cosas, las gentes se refieren a las fuentes como algo intangible, algo divino, algo supremo, algo superior, algo etéreo, algo inalcanzable, algo inexistente, o bien... simplemente agua... simplemente conocimientos... y no más que eso... ya que las fuentes se consumieron como entidad filosófica de la mano de los oscurantismos, o bien de la mano de los medievalismos, o si se quiere... de la mano de las inquisiciones y las muertes innecesarias, así como de la creación de sagradas escrituras que nunca fueron tales ni tuvieron dicha condición... sin embargo, estos daños ocurrieron, tuvieron lugar, y ya llevan más de mil años de vigencia... no obstante ello, las fuentes siempre quedan a resguardo porque las mismas son, en "esencia" intocables, siendo que muy pocos tienen acceso a ellas, y aún teniéndolo, las mismas tienen la particularidad de que se hacen invisibles a los ojos humanos, a las intenciones humanas, y a todo aquello que pueda alterarlas... siendo que las fuentes están siempre custodiadas por ángeles con el poder de modificar las realidades, los espacios, los tiempos, y también las confluencias y las convergencias que pueden dirigir hacia ellas... esto es que la eternidad tiene total y absoluta potestad sobre las fuentes... esto es que la creación y su pronunciación (Mantra de la creación) tiene poder absoluto sobre las fuentes y sus fuentes...
yendo más lejos, hay una fuente universal que contiene las ideas en general... al tiempo que hay otra fuente universal que contiene la esencia de los alientos... otra por los espíritus... una más por las esencias... y desde luego, otra que contiene los karmas y sus destinos... con todo la complejidad que ello implica...
para occidente las "fuentes" no son más que un mito procedente de un invento de la cultura griega... y para ése mismo occidente, dichas fuentes no sólo no existen sino que son producto de la imaginación de las culturas antiguas... mitos que reflejan el conocimiento primitivo... y no más que eso...
para oriente y sus culturas, las "fuentes" son algo real y tangible, cuyo paradero se desconoce, lo que las ha tornado inaccesibles... o sólo destinada a los sabios, que en estos tiempos brillan por su ausencia o por su sequía... lo que impide tanto referirse a ellas como buscarlas o pretender hacerlo...
desde luego, se trata de una síntesis simplista para un mundo atrapado por deudas, hipotecas, monedas, hambre, y la ansiedad por querer llegar al día siguiente... traducido: este mundo padece la desesperación por vivir, antes que otro lo haga... y la consecuencia es que nadie vive en la desesperación como tampoco se vive en el impedimento...
esta civilización humana está frustrada y confundida... en ambos casos ello se debe a la carencia de fuentes y acceso a ellas... donde el espíritu debe estar en paz consigo mismo... donde el ego debe ocupar un lugar muy inferior al alma... donde la prioridad del sentido de la vida de cada quien debería concentrarse en agregar valor al karma antes que a una cuenta bancaria... fácil de decir, difícil de realizar...
antes de irme a los hechos que siguen en la sucesión, no quiero omitir decirte "algo" respecto de una ecuación perdida... el cuerpo vivo responde a una fórmula matemática universal... asimismo, el cuerpo muerto también responde a otra fórmula matemática universal... el cuerpo vivo menos el cuerpo muerto dan lugar a una ecuación cuya resultante es la energía vital... y dicha energía vital es contenedora del "aliento vital", así como de la memoria del karma... el cuerpo vivo puede estar inscripto en un tiempo y en un espacio, mientras que la energía vital se encuentra libre del tiempo y libre de espacio... habiendo fuentes tanto en el aquí como en el allá...
habiendo fuentes tanto en el aquí como en el allá... ¿quién diría, no?...
QUINTA PARTE: los raros caminos que llevan hacia las fuentes... por "el dispensador": una mañana de invierno de 1977, fui enviado nuevamente a las alturas mineras de Jujuy... ya te dije que era un mundo desconocido en parajes inaccesibles y con gentes invisibles a la civilización humana, que por entonces ya iba adquiriendo densidad... cuando se produjo esta circunstancia, inmediatamente la asumí como que algo había quedado pendiente, y que ése el motivo del regreso...
una vez más, desde San Salvador de Jujuy en ómnibus hacia alturas imposibles... que mil metros... que dos mil metros... que tres mil metros... que cuatro mil metros... que cinco mil metros... el viaje no era tedioso, pero esta vez me dormía a espacios regulares, y me despertaba en tramos donde nada me resultaba conocido, al punto que en algún momento consulté a quien conducía si no me había equivocado de coche... confirmado el destino, me senté en soledad, en los fondos y miré hasta donde me alcanzaban los ojos... ¿por qué otra vez aquí?... no recuerdo esta curva ni tampoco este paraje... pareciera que el camino era otro, pero no, era el mismo...
otra vez volaba la tierra dentro del propio micro-ómnibus... y las pocas gentes iban envueltas en sus miradas y sus silencios... sólo se escuchaba el motor pesado de años y haciendo lo que podía para trepar... otra vez cruzar ríos de amplios cauces... poco profundos pero con mucho torrente... cielos eléctricos besando cimas, nevadas algunas, con hielos otras, a puro piedra el resto... el paisaje no me dejaba abstraerme hacia lo que siempre quedaba por detrás... según mis visiones los humanos se estaban tornando densos, pesados, atrapados por cuerpos sin sentimientos y con mucha culpa, atrapados por ansiedades que derivaban en reclamos y estos, a su vez, en desprecios hacia lo poco que era mucho y hacia lo mucho que carecía de valor a medida que se agregaba más...
solía repetir y repetirme que lo que tiene precio no tiene valor alguno, así como que lo que tiene valor, carece de precio porque no hay moneda que lo pague... siempre recibía como repuesta la mirada del marciano: este es un idiota (yo)... pero curiosamente, esta filosofía (mía) era la que pagaba la luz, el gas, el agua, el techo y la comida, además de la educación y otras cuitas no menores... pero, claro está, no se le pueden pedir peras al olmo...
otra vez, estaba camino al concierto sin instrumentos ni intérpretes... dejándome llevar, como era mi costumbre...
entonces el ómnibus gira y se detiene en una especie de parador donde no hay nada...
el motor se calla y la paz parece volver a las personas...
sin mediar palabras, los pocos pasajeros descienden de uno en uno... yo, otra vez, el último... saludo y agradecimiento por llegar, que no es poca cosa luego de semejante camino...
veo que cada uno toma sus petates y comienza a caminar hacia la nada...
hacia dónde van?, pregunto... algunos caminan seis u ocho horas hacia sus destinos... deben llegar antes de la noche o el frío los matará...
en Buenos Aires las comodidades no te dejan pensar en los dramas de prójimos...
se va a quedar aquí, no es cierto?... sí, respondo... no queda otra... (en la cabeza me dan vuelta pensamientos raros: a qué vine?... para qué me mandaron?... no hay respuesta?)
Eulalia me está esperando en la puerta, como si supiera... sonríe... sonrío... ¿otra vez por acá?... sí... se nota que le quedaron cosas pendientes... sí, supongo... ya tenemos acondicionado su dormitorio... deje sus cosas... y vaya a caminar hasta que llegue Eleuterio... no, Doña Eulalia, no esta vez... necesito dormir... me duele la cabeza... y estoy pesado de estómago... bien, le preparo un té de coca, se lo toma y luego se duerme... está bien... y así fue... me dormí...
¿cómo anda don Eleuterio?... bien, esperándolo...
¿esperándome?... sí... esperándolo...
tengo dos caballos ensillados, venga conmigo, acompáñeme...
¿dónde vamos?... ¿no estaba durmiendo yo?...
venga, lo ayudo... jamás subió a un caballo ¿no?... no, o sí pero ya no me acuerdo...
dónde me lleva... vamos a un paraje distinto... a uno que Usted no conoce...
¿muy lejos?... mucho, pero con la voluntad se llega a todas partes... todo es cuestión de enfocarse en la idea y luego saltar la ecuación del espacio-tiempo...
¿cuánto tiempo cabalgaremos?... no pregunte... no pregunto...
luego de dos horas comienzo a agotarme... ¿tiene sed?... no... ¿hambre?... tampoco... por favor, don Eleuterio, ¿puede decirme dónde estamos?... ya le dije, este paisaje es desconocido para Usted... falta mucho?... quédese tranquilo y mire...
a lo lejos dos casas de adobe y algunos corrales... y más allá una capilla de pobrezas omitidas y otro tanto olvidadas, comunes a la ARGENTINA de los desprecios y los bienestares de pocos...
la senda es angosta y en subida... piedra... polvo... nada, naturaleza hasta donde te den los ojos...
¿vio?, dice don Eleuterio... aquí los horizontes cambian según los ojos... no como en la llanura que los horizontes están siempre delante de uno... sí, prefiero esto... sorprende al subir, tanto como al bajar...
en un giro de la ladera, estamos en la nada... el aire está hirviendo delante de nuestras narices... don Eleuterio se acerca y lo corre como si se tratase de un velo... (pienso para mis adentros: este es el velo de Isis, pero no pronuncio palabra)... veo que don Eleuterio sonríe... corre el velo y estamos en otra montaña... con un panorama de paraíso de cardones, piedras, cielo eléctrico intenso y el todo sin una pizca de nada...
se está haciendo tarde don Eleuterio... no cree que deberíamos volver?...
no se haga problema, aquí el tiempo no pasa... regresaremos justo cuando sea necesario y haga falta... lo miro, sorprendido... me mira, sin decir nada...
aparece una tapera de adobe y paja... desensilla y dice: aquí pasaremos la noche... no entiendo pero no replico... miro mi reloj de pulsera pero ha dejado de andar...
me acerca un poncho... enciende un fuego... está templado aquí... sí, mañana nos espera una visita... ¿visita?... el cansancio me desmaya... ¿a qué vine yo?...
¿por qué corrió el aire como si fuese un velo?...
amanece, de golpe... ¿ya amanece?... sí, hombre... mire qué día...
pregunto: ¿las vinchucas no se mueren con el frío, no?... no... entonces me picaron en las piernas... no se preocupe, aquí todos gozan de buena salud...
pienso: muy corta la noche...
venga, ahora tenemos que caminar...
una hora, dos horas, tres horas, ¿más?, ¿menos?, a quien le importa...
delante nuestro un río de alta montaña y más allá un borbotón emanando de la nada...
venga, beba de allí... bebo, de allí...
mójese la frente, los labios, la nuca y los cabellos...
quítese el calzado y coloque sus pies en la fuente... eso hago...
¿siente?...
esto es una bendición...
el tiempo se ha detenido... tengo la sensación de estar en el paraíso... don Eleuterio mira... observa y calla... ¿está bien?... sí... demasiado como para volver... contesto...
en el medio de semejante circunstancia, parece haber golpes a la distancia... más fuertes... más fuertes... se entreabre la puerta y escucho mi nombre... es doña Eulalia... recién vino gente de la mina, y don Eleuterio no viene hasta mañana... a la tarde... así es que se va a quedar al menos dos días más, por el micro ómnibus, ¿vio?...
amanezco y me voy caminando hacia el cementerio donde ya estuve... todo fue un sueño... ¿fue un sueño?...
mucha vida... eso fue un cruce dimensional... ¿qué vamos a comer doña Eulalia?... empanadas... cuando Usted vuelva de su caminata...
camino otra vez las tumbas y me dirijo al manantial... sigue en su lugar, menos mal... otra vez el rito de las mojaduras... tengo un sentimiento de felicidad que no te puedo describir... echo una oración al viento, gracias Madre eterna por enviarme a tu lugar... y gracias por lo que me concedes... construyo una apacheta como testigo de paso... me voy como quien se diluye...
escucho en mi interior: "sigue siempre el sentido de las fuentes"...
esto no tiene precio, pienso para mis adentros...
Eulalia está en la puerta... ¿cómo le fue?... he tocado otra vez el cielo con las manos... sonrisa sin palabras... ¿sabe?, tuve un sueño... no querido, no me lo cuente... no fue un sueño...
no pregunto... ella sabe algo... la mejor respuesta carece de pregunta... y la mejor pregunta jamás tiene respuesta... estoy feliz... qué rica que está esta empanada... parece hecha en el cielo...
no, el cartel es de ahora... antes no lo había...
vio qué bello es mi paisaje?... me llena el alma... soy un agradecido por haber podido regresar...
lo visitó la Señora?... ¿qué señora?... la madrecita... no le entiendo... la virgencita, hombre!... ah!, sí, estuvo conmigo... entonces, todo está bien...
esta vez, don Eleuterio no vino... el motivo del viaje había sido ése sueño... valió la pena. JULIO 11, 2017.-
Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
te lo repito, por las dudas: regresé muchas veces a varios lugares de la Puna. La experiencia se repitió una veintena de veces en distintos escenarios... aprendí a beber de las fuentes... ya no tengo sed... he sido bendecido... y soy un agradecido de la vida, ojalá que mi madre Juanita me haya visto... sí, ella y otros te han visto, asomados al portal cuántico de los espíritus, ya verás, te lo harán saber... no te olvides de esta lección, ¿cómo hacerlo?, algo me une a estas piedras, no puedo explicarlo, pero algo me une... las oigo hablar. ¿Dejaste tu apacheta?, sí. Todo está bien, entonces. JULIO 11, 2017.-
Colonia Hinojo fue la "fuente" del primer encuentro... o bien, fue el primer encuentro con "la fuente".
Capilla del Monte fue la "fuente" del segundo encuentro... o bien, fue el segundo encuentro con "la fuente", distinta a la anterior, pero equivalente.
Sierra Grande fue la "fuente" del tercer encuentro... o bien, fue el tercer encuentro con "la fuente", distinta a la anterior y con agregados de valor.
no fue en Huacalera mismo, pero cerca o no tanto se produjo el cuatro encuentro... y fue un antes y un después definitivo... la felicidad que tuve allí en el manantial, no puede traducirse a palabras...
fuera de Huacalera, en el espacio sin tiempo, se produjo el quinto encuentro... ya había leído mucho de las fuentes... textos conseguidos en la vieja "librería del dragón", allá en Buenos Aires, sobre Suipacha casi Avenida Santa Fé... lo claro, eso que siempre había estado claro, estaba más claro que nunca...
como siempre, las pinturas son pertenencia del genio de mi hermana del alma... y las fotos, que nada que ver con mis recuerdos, vienen de la galería de imágenes de Google... la vida se entreveró para que no me quedase un sólo registro fotográfico de aquellos años... pero la memoria contiene todo, y allí no hay accesos a la miseria humana ajena... mucho menos a la inconsciencia imprudente de las segundas intenciones que intentan apoderarse de aquello que no les pertenece... ya te lo dije, huelo las segundas intenciones, puedo ver las auras, y debe ser porque nací de manto. ah!, antes de irme, puedo escuchar las mentiras a miles kilómetros... ¿por qué será?... a nadie le importa, ya te lo dije.
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