el dispensador dice: si buscas por fuera, no hallarás ningún adentro... y todo sonará a vacío mientras que lo que percibas será hueco... hay vacíos en la excusa... hay argumentos que suenan a hueco... cuando las segundas intenciones se tejen, derivan en desvaríos que terminan siempre en despeñaderos... aún creyendo estar siguiendo un sendero... el alma estará cayendo, mientras el cuerpo permanece quieto, a veces atado, otras veces sujeto, casi siempre encadenado, a la confusión que ante la duda conserva la condición de perplejo... reina la confusión en la humanidad que duerme sin amanecer... que sueña sin entender... que despierta sin reconocer... que castiga y se castiga sin descifrar que el daño que se acumula, va oxidando los sentidos, hasta que aún viviendo, dejas de ser...
estar no es ser...
perdurar no es ser ni estar...
permanecer no habilita a realizar...
si buscas dentro y te acostumbras a los laberintos y los recovecos, descubrirás que tu espíritu es tan inconmensurable como el propio universo... a veces prosa de tenor incierto... a veces poesía con perfume a rayo buscando suelo... a veces pintura operando como portal abierto... a veces música de final eterno... no sólo eres tu propia idea de ti mismo... eres esa esencia que caracteriza eso que distingue lo que llevas por dentro... debes, entonces, descubrir tu propia aura mirándola desde adentro tuyo... descubrir que portas un fuego que opera al modo de un capullo... descubrir que la consciencia te habla mientras desatiendes lo que sucede en el mundo... descubrir que eres mucho más que una palabra oportuna o que una mirada emocionada... hay una luz que cuando la encuentras, ilumina tu jornada...
las señales siempre son inciertas, porque la visión de los ojos está siempre como esmerilada... a veces los verdes no lo son tanto, y a veces los rojos dominan por escándalo, pero deberás reparar en los detalles para descubrir qué verdes son auténticos... qué verdes son manchas... que señales emergen del pincel cuando éste habla... no es lo mismo emerger en la tarde... que cambiar el rumbo cuando los cielos arden...
Carmen Sedemiuqse Esquimedes
cuando buscas fuera de tu espíritu quedas insensible a las fuentes del universo... se produce una paradoja entre el destino que te trajo, la gracia que se te concedió y el motivo para el cual dispones de al menos un don y de al menos un talento... ves sin ver... oyes pero no escuchas... entiendes algo pero no logras comprender el todo... y siempre te falta un escalón para adoptar una prudente perspectiva... estás siempre en el submundo, aún creyendo ver todo desde arriba... no hay sagradas escrituras donde aparezca tu propia Babel... porque la paradoja esencial hace las veces de un diluvio interno donde no hay arca, porque antes te has negado a navegar tu océano, y antes de ello te habrás negado a construir tu barca... la excusa siempre condena, porque marca... el infierno interno es algo semejante a una escala...
te marca la luz tanto como te marca el tiempo... la luz reside en la gracia... y el tiempo es la sensación que te hace creer que te estás moviendo... pero la vida te está atravesando a medida que el rollo te escurre mientras tu crees estar entendiendo... si observas con detenimiento, hay algunos rojos agitándose en el follaje de los verdes quietos... cada cosa marca el momento... y descubrirlas es cuota de tu esmero... ya sé que estás apurado... cuando se cierra un año, siempre aparece enero...
el paisaje se compone de aquello que entiendes como denso, y aquello otro que parecen reflejos, debes aprender a utilizar las "inversas" porque en el mundo no sólo hay muchos paralelos... sino que además afloran los reversos... un fenómeno donde el tiempo atrasa... y todo se invierte en sus polos... para repeler el ángulo opuesto...
como puedes apreciar, nada de lo que crees es cierto... el beneficio de la duda es lo que te permite llegar a puerto. MARZO 07, 2017.-
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