el dispensador dice: llevaba una pequeña piedra en su bolsillo derecho... llevaba una pequeña piedra de cristal de roca en su bolsillo izquierdo... observaba a las gentes con detenimiento... lo caracterizaba la mirada profunda y el silencio extenso... sabía de luz porque estaba desprendido del tiempo... llevaba una pequeña piedra negra en su bolsillo derecho... llevaba una pequeña piedra de cristal de roca transparente en su bolsillo izquierdo... jamás respondía una pregunta y su tránsito era eterno, descalzo de verano y descalzo de invierno, algo sabía él, que no pocos le tenían miedo... cuando miraba con sus ojos color caramelo, atravesaba las almas y más de uno se veía obligado a sacar a relucir pañuelos... algunos decían que era sabio sin edad y un estado etéreo, mientras que otros aseveraban que un espíritu sin ataduras al tiempo... nadie había oído su voz... porque él hablaba con su mente, y las gentes creían que se trataba de ruidos de los vientos... se desconocía su procedencia, aunque algunos sensibles entendían que había viajado desde el futuro para ver cómo se podía reparar el pasado incierto... algunos lo veían como marino... y otros como un capitán sin puerto... como sea, llevaba una pequeña piedra en su bolsillo derecho... llevaba una pequeña piedra de cristal de roca en su bolsillo izquierdo...
andando la vida entre trazo y trecho, ése que portaba las piedras se cruzaba con humanismos oxidados y no pocos olvidos negados... mirando las contradicciones que se traducían en corto circuitos entre intenciones y hechos... las intenciones se declamaban y los hechos ni siquiera se plasmaban, repitiéndose en el camino, como tropezones del recuerdo... lo que sucedía un día se repetía al siguiente, pero nadie atinaba a quebrar el encadenamiento, a algunos les comían las entrañas, y otros devoran a los despojos de los que no estaban despiertos... pensaba para sí: "hay demasiado humano suelto", parecen vivos porque respiran, pero en realidad están sólo muertos... no los inspira ningún motivo... y lo demás lo copian para evitar caer en desaciertos... mientras cursaba el paisaje abierto, llevaba una pequeña piedra en su bolsillo derecho... llevaba una pequeña piedra de cristal de roca en su bolsillo izquierdo... nadie sabía de las piedras... pero hay cosas que no se ven con los ojos, aún estando despierto...
Carmen Sedemiuqse Esquimedes
alguien cruzó al sabio por su frente y atropellándolo lo tiró al suelo, golpeándose éste la frente, sin quejarse ni reclamar por el desencuentro... el alguien siguió su camino, sin atender el daño producido al sabio en sus silencios... pero el hombre desde el suelo, busco la piedra del bolsillo derecho, así como se aseguró del cristal de roca del bolsillo izquierdo, y mientras esto sucedía, apareció un tercero a darle una mano para recuperar la vertical y ver si aún estaba bueno... el tercero, sin mediar palabra, le sacudió el polvo adherido a su ropa y lo miró como para descifrar que no había quedado herido en el choque... no se atrevió a preguntarle nada y el sabio conservó su silencio, hasta que mirándole fíjamente le espetó: usted tiene una piedra negra en su bolsillo derecho y una piedra de cristal de roca en el bolsillo izquierdo... perplejo, el tercero revisó sus bolsillos comprobando que en efecto las tenía, sin que él se hubiese percatado de su existencia... el tercero, sorprendido, dijo al sabio: "no son mías".. "no sé de dónde salieron"... no importa la procedencia dijo el sabio... su actitud hacia mí bien vale un túmulo... y sin decir más, siguió su camino, dejando al tercero sumido en la sorpresa...
ya lejos de lo acontecido, el sabio se aseguró de tener una pequeña piedra en su bolsillo derecho... y de tener una pequeña piedra de cristal de roca en su bolsillo izquierdo... curiosamente, ese hecho se había repetido en varias ocasiones, y siempre el tercero que suministraba alguna ayuda voluntaria, salía de la circunstancia munido de ambas piedras... hasta que en nuevo hecho, el tercero participante, comprendió que había sido el sabio el que había colocado las piedras en sus bolsillos, e intrigado le preguntó: yo le he dado mi mano, ¿para qué las piedras?... ¿qué debo hacer con ellas?... el sabio lo miró sin pronunciar palabras, pero el tercero tuvo la sensación de oír que, en caso de caer y recibir ayuda, debería repetir el hecho... y el tercero más intrigado aún, dijo: "cómo voy a repetir el hecho si no tengo capacidad para copiar las piedras en bolsillo ajeno"... el sabio sonrió sin decir palabra y continuó su camino de motivo eterno... mientras el tercero escuchaba un murmullo que repetía: "todo depende del pensamiento"... "cuando hay voluntad, florece el sentimiento"... y lo demás traduce el sentido de los esfuerzos...
la piedra negra absorbe los daños... el cristal de roca devuelve energía celestial a los que, voluntad mediante, prestan ayuda sin pedir nada a cambio... el bolsillo derecho responde al hemisferio izquierdo y viceversa, el bolsillo izquierdo responde al hemisferio derecho... las piedras hablan cuando el karma conserva sus recuerdos... y las piedras anuncian la dirección y el sentido de los sucesos... mucho antes que tengan lugar... premoniciones de paralelos... quien permanece por fuera del tiempo, puede conservar la luz para futuros encuentros...
y el sabio siguió su camino, llevando una pequeña piedra en su bolsillo derecho... llevando una pequeña piedra de cristal de roca en su bolsillo izquierdo... un ejercicio que te recomiendo... los túmulos (apachetas, cairn) suman voluntades en las energías que contienen las rocas... y éstas son proyectadas por fuera del tiempo humano hacia la luz y sus geometrías, donde los silencios reinan, donde no hay ni noches ni días. MARZO 12, 2017.-
cuando la voluntad es conveniencia y oportunismo, las piedras se disuelven y el alma pesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario