sábado, 15 de octubre de 2016

CAMINO DE REGRESO 33

el dispensador dice: siempre hay "algo" que te lleva... así como siempre hay "algo" que te regresa, no necesariamente al mismo lugar, sino a tí mismo... a tu propio yo... a tu propio ser... a que te encuentres contigo mismo en el lugar menos pensado... si te dejas llevar, sabrás que ese "algo" existe, que es atemporal, que es multidimensional, y que está por fuera de lo humano, aunque muy vinculado con tu ser, con tu estar, y con tu pasar... ése "algo" que te "saca" de aquel lugar donde no debes estar y mucho menos permanecer... ése "algo" que te devuelve a un lugar distinto al anterior, con escenario propio para que te reencuentres con el camino que te pertenece y que es único, porque así como no puedes compartir el destino, tampoco puedes compartir ni la circunstancia ni el camino, que siempre es inherente al "uno mismo"... al "yo" en tránsito... lo que cual pone en evidencia que así como nadie nace por tí... y nadie muere por tí... dicho trayecto es único e indivisible... obligándote a reconocer la pertenencia... pertenencia con el alma... pertenencia con el espíritu... pertenencia con la consciencia... algo semejante al imponente océano meciendo aguas junto a la playa... algo parecido al imponente océano rompiendo mareas contra arrecifes y acantilados... lugares donde uno siempre está solo aún cuando entienda o crea estar acompañado... si tienes ojos miras por los tuyos, y los otros ojos, aún casi contiguos, tendrán otra perspectiva, una diferencia que traduce el sentido de las distancias entre lo que ves y percibes y lo que ven y perciben otros... no sucede una vez ni tampoco es producto de la casualidad... sucede todo el tiempo y es consecuencia de la causalidad... asumiéndose, entonces, que tus causas son solo tuyas y que las mismas no se comparten con nadie, aún cuando haya paralelos simultáneos, aún cuando haya coincidencias, aún cuando haya empatías... en algún momento regresas a tu ser y te das cuenta que no hay nadie más a tu alrededor... y que las palabras no necesariamente unen... y que las palabras no necesariamente dividen... porque las palabras no ponen en evidencia lo que hay en las auras, y si no puedes verlas (auras), desconoces que intenciones hay detrás de las palabras que prometen y no cumplen, o que dicen una cosa para luego hacer otra bien distinta, o que dicen algo que no sienten y que jamás harían, o que prometen pero nunca cumplirán, o que muestran una cara para luego transformarse en persecución y reclamo, o que describen culpas que no existen, o que trasladan las propias culpas a tus espaldas limpias... raro... real... nunca logré saber qué había en el karma para que el destino me llevara a Europa... sin embargo logré descubrir el por qué mediante mensajes de terceros partícipes innecesarios que eran enviados a revelar los sentidos y los hechos... asimismo, nunca logré saber cuál era el motivo por el cual fui a parar al África y al Asia... intuyendo motivos... que finalmente se develaron cuando desconocidos enviados se aparecieron a traducirme lo que pensaba como fundamentos de las vivencias que debían ser transitadas según lo escrito en el libro de la vida, y según lo inscripto en el árbol de la vida... al llegar a Europa busqué, sin quererlo pero sí sintiendo la necesidad, partes del medioevo que percibía como "conocidos"... y seguí buscando nexos con la segunda guerra mundial, en especial en Alemania... reconociendo lugares en los que la memoria se sentía como en casa... pensando: yo ya estuve en esta misma esquina... yo ya estuve en esta iglesia bombardeada en Colonia... sumándose un número indefinido de destellos cuando me paré en medio de las ruinas romanas de Trier... ya había estado allí mismo, antes, alguna vez, no importa cuando... alguien se me acercó al lugar donde estaba parado contemplando el momento y dejándome llevar por él... me dijo: sí, es aquí donde has estado, y es aquí adonde perteneces... prodigándome un abrazo... para luego esfumarse en la quietud del sin tiempo... podría decirse que la experiencia tuvo lugar sólo allí y una vez, pero no es así, se repitió en numerosas ocasiones... incluyendo el Sahara occidental... y también el oriental... la ciudad de Nairobi... un extraño suceso en Etiopía... y más tarde en los Himalayas... en la India central... y en Shangai... por sólo mencionar algunos ángulos de esta extraña geometría donde la memoria del karma se vuelve vigente y contemporánea a pesar de pertenecer a otras vidas... pero no acaba allí... encontrándome con personas que recordaba haber visto y reconocido en otras vidas... con las que había sintonía atemporal... un fenómeno físico que no se puede describir con palabras... y que amerita dejarse llevar por la mano de un alguien que, aún siendo invisible, es claramente perceptible... siempre que dispongas de sensibilidad del alma suficiente como para "ver" sin ver... para "oír" sin oír... para darte cuenta sin necesidad de traducciones ni de subtítulos en idioma alguno... recuerdo en la India haber estado conversando con un doctor en química que me hablaba sabiendo que le estaba entendiendo perfectamente lo que me decía... él hablaba en hindi y yo le respondía en inglés... hasta que en un momento, mi mente me jugó una rara pasada y percibí por una fracción de largos segundos, que le estaba hablando en hindi... no en inglés... 


Arteide

Title? (Zadonsk, Lipetsk, Russia)
¿que cuándo fue que comencé a ver las auras?... desde muy pequeño... al principio me confundían... pero un hecho fortuito y casi mágico me hizo dar cuenta que las auras no pertenecen al concierto humanizable... no puedes explicarlas, sólo puedes entenderlas... no puedes contarle a nadie lo que ves, porque sencillamente dicha capacidad no forma parte de su ser ni de su estar, por consiguiente no hay forma de contar aquello que el otro no está en posibilidad de aceptar... algo semejante a lo que sucede con las experiencias místicas, con los fantasmas, con los espíritus de muertos que regresan a visitarte sin inducirte a los miedos ni a los temores, tampoco a las dudas y mucho menos a los resquemores... algo semejante a lo que sucede cuando entiendes que el alma está viendo duendes, gnomos, hadas y otros elementales porque "sientes" que te están mirando, observando, contemplando, desde un plano dimensional distinto al que te encuentras... luego, no puedes contarlo a nadie porque dicha experiencia es sólo tuya, íntima, y te das cuenta que te va nutriendo en un sentido que te aleja de la miseria humana, de la mezquindad también humana, y de la negación propia de la ignorancia humana... algo que no se da en los mal llamados animales... que ven lo mismo que ves y que perciben lo mismo que percibes... lo cual te hace diferente y distante... tanto que te alejas del oportunismo de la duda y la negación... y a medida que lo haces (alejarte) no quieres regresar jamás... 

sí, hay gente que alambra su propia alma... algunos lo hacen al modo de jaulas... otros lo hacen al modo de gallineros... otros lo hacen al modo de campos, con alambres lisos y/o con alambres de púas... hay quienes lo hacen con concertinas... otros construyen muros y luego colocan alambres y otras variadas formas de negar la propia realidad comenzando por despreciar la tuya... de allí hay que huir... porque ésa gente vive buscando abismos para luego echarte la culpa que eres tú quien les fabrica los huecos... entonces nada les viene bien... y a todo le encuentran el lado siniestro para luego buscar una espalda en quien descargar sus frustraciones y sus lamentos... podré tenderte una mano mientras se sostenga el puente de la confianza, pero el día en que dicho puente se rompe, ni siquiera me acerco, simplemente me voy... dejándote librado a tu alambrada... 


Miles de años de edad, se convierte en árbol ginkgo... tras sus hojas formando una alfombra de oro perfecto en un templo chino
bueno, finalmente me fui a la supuesta mierda a la que me enviaron varias veces... es curioso, pero cuando estás en PAZ contigo mismo los insultos no te hacen mella y los improperios y las maldiciones ni siquiera te molestan... miré... observé... contemplé... los motivos estaban definitivamente vencidos, caducos, terminados... las promesas habían sido quebradas una a una... sobraban las mentiras y mediaban traiciones variadas... es sabido que para ocultar una mentira necesitas de otras veinte... por lo tanto, la progresión de la mentira es siempre geométrica, implacablemente cuántica... ví que no había amor, al menos no el que yo entendía como tal... no el esperable... no el aceptable... así es que sin más cerré la puerta por última vez a sabiendas que ya había sido por demás suficiente... cuando pisé las hojas del Ginkgo... supe que las cadenas estaban rotas y que otro mañana me esperaba justo hacia donde me dirigía... esa sensación de ser uno mismo, no tiene precio... OCTUBRE 15, 2016.-

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