lunes, 3 de octubre de 2016

CAMINO DE REGRESO 28

el dispensador dice: algo ha envuelto la Tierra y ha hecho que el ser humano pierda capacidad espiritual... pero algo ha envuelto la Tierra y ha generado que el ser humano pierda consciencia sobre su alma... y al mismo tiempo ése mismo algo que ha envuelto a la Tierra ha afectado al humano de tal manera, que éste (humano) ha perdido el sentido común, tornándose pesados sus pies, y densos, muy densos sus pensamientos... a tal punto que las ideas se han ido consumiendo hasta secarse, regresando desesperadas al universo al cual pertenecen donde permanecen en estado de "biblioteca", a la espera que los espíritus recuperen sus consciencias y que la vida se encauce para ser vivida y no, tal sucede ahora, para ser padecida... indudablemente, los tiempos no se aceleran por casualidad, así como las circunstancias tampoco son producto de la casualidad, así es que es de suponer que todo lo que cursa en la rutina mundial, es consecuencia de la convergencia de causalidades relacionadas con los cinismos, las soberbias, las hipocresías, los desprecios, las necedades, las intolerancias, las urgencias, los apuros, las frustraciones, las mentiras, las traiciones, y todo aquello que se encuadra en el lado oscuro de las personas, que nacen con la urgencia de vivir antes que otro les quite el derecho al tiempo de su propio destino, a sabiendas que su tiempo respirable será una carrera con obstáculos que crecerán a medida que aumente el cansancio... algo semejante a un impedimento que va creciendo en su densidad hasta transformarse en un muro inexpugnable que reside en la esencia misma de espíritus capturados que han cedido su dignidad, su razonamiento crítico, su capacidad de imaginar, su capacidad de pensar, su capacidad de sostener una esperanza, su capacidad de esgrimir una ilusión, a cambio de la desesperación por el placer y sus espejismos, a cambio del bienestar y sus falacias, donde el alma reposa en una tela de araña que lo va atrapando hasta formar un capullo en su alrededor... secando la esencia y anulando la substancia, esto es, secando los dones para luego destruir el talento... entonces todo se torna lento... inmóvil... quieto... parece que te mueves pero no lo haces, estás detenido mientras tu tiempo transcurre, y lo ves pasar creyendo que estás en él, pero en realidad te has caído de tu tiempo y la vida se te va consumiendo en el supuesto de que respirar es vivir... conduciéndote hacia el inconformismo, el enojo, la incomodidad con el sí mismo y con el prójimo, alentando el individualismo de creer que la soledad salva y que la palabra es lanza y escudo que habilita a negar lo evidente ante terceros cuyas inteligencias se ven insultadas una y otra vez... repetidamente... quebrando los vínculos y arrasando los puentes de los afectos y las amabilidades genuinas... algo anda mal en la Tierra humana y anda mucho peor en la esencia humana que se ha quedado sin los humanismos necesarios para construir el futuro que demanda la continuidad de la herencia...

las palabras no son suficientes para modificar la realidad densa y bloqueante... sólo los hechos pueden cambiar la dirección de una conducta que se sitúa en trayectoria de colisión respecto de sí misma... pero para eso se hace necesaria la consciencia y el imperio de su voz que conduce hacia la sensibilidad del sentido común, algo que se ha perdido por la supremacía del recortar y pegar que ha impuesto la electrónica, funcional al que todo se compra y todo se vende, funcional a que todo es pasible de vendido antes de ser comprado, funcional a que todo es pasible de ser comprado antes de ser vendido, funcional a que todo es pasible de ser esclavizado por antojo de poderes, sustrayéndole la dignidad para luego secarle la fibra del alma... partiendo del supuesto que el alma no existe, que el espíritu es ilusorio y la creación es una palabra que no conjuga con Dios ni con ningún otro poder que no sea la soberbia humana denigrando a los otros, los que a su vez se ven humillados por el despojo y por el desprecio que va subiendo de tono mediante la imposición de los miedos y los estados de zozobra globalizados... tanto es así que el mundo se ha convertido en un discurso donde la promesa jamás se cumple ni se traduce en hechos socialmente prudentes para superar las mediocridades y las ignorancias, antes bien prevalecen las pobrezas, las marginaciones y las indigencias propias de la vida, pero también del pensamiento empobrecido, marginado e indigenciado para poder ser sometido por el modelo corporativo del pensamiento utilitario, ése que hace de todo una mercancía que se desmerece según el precio... a más monedas menos es el valor intrínseco... a más monedas ninguno es el valor esencial... a tal punto que aquello que recibe precio deja ser útil a alguien, para convertirse en una mochila que atrapa a la voluntad para luego sacrificarle el esfuerzo... y todo se vuelve pesado... insoportable... denso... y teniendo ojos no se ve... y teniendo oídos no se oye... y teniendo mente no se entiende... y viendo pasar las experiencias no se comprende... porque lo que se ha secado es el pozo donde moraba el discernimiento, para ser reemplazado por el "da lo mismo"... sin dimensionar que sin el otro, no hay mano propia que alcance... o en la creencia que la moneda salva el futuro que ya ha sido hipotecado...

la civilización occidental ha impuesto el modelo de la competencia, y ésta ha liquidado la iniciativa, la imaginación, la necesidad de crear mediante la expansión del genio inherente al talento que deviene de un don que es esencia y fruto de aliento del Espíritu Santo antes de nacer... en el preciso instante en que el espermatozoide fecunda el óvulo y el alma comienza a germinar en el baño de madre que la conducirá a ser vida en los tiempos respirables, con un destino a cuestas, con un motivo a cuestas, con una consigna a cuestas, con una misión a cuestas... 

Shangri-La no es una leyenda, sí para el pensamiento occidental atrapado en urgencias y apuros, no para el pensamiento reflexivo de las realidades superpuestas y simultáneas que indican que hay más de una humanidad transitando distintas dimensiones de distintos tiempos en un mismo espacio llamado Tierra... lo cual significa que hay una Tierra que ves mediante tus ojos... pero hay otras varias simultáneas y superpuestas que están más allá de tus sentidos, existiendo en otros ámbitos de realidad cuántica que exceden largamente la incapacidad humana sometida al ego y éste al falso sentido de la competencia... cuánto más te apegas más te inmovilizas... cuánto más cedes las geometrías de tu dignidad, más te atrapa el capullo de la araña del lado oscuro que te va secando la substancia para dejarte sin esencia, vacío, sumergido en un laberinto que lleva hacia la frustración propia de carecer de voluntad para hacer algo diferente a lo que impone el modelo feudal del pensamiento mediocre...

somos viajeros de algo único... en este lado de la Tierra conviven humanos con no humanos... conviven espíritus de la luz y espíritus de las tinieblas, almas que han nacido en su búsqueda por la luz y almas que han nacido por su necesidad de la oscuridad... cada decisión tuya puede conducirte a la luz o hacia la oscuridad, dependiendo ello de la intención que subyace en tu esencia... si no caminas hacia tí mismo no vas hacia ninguna parte... porque terminas perdido encerrado en la confusión de creerte despierto cuando en verdad estás dormido, o terminas perdido en los facilismos que te llevan a optar por los atajos evitando los caminos extensos y tediosos donde los pies se cansan y los espíritus se agotan... 

Shangri-La no se ha perdido, sigue estando en el mismo lugar que ha ocupado desde que la creación instaló el aliento de vida en la Tierra... cuanto más te alejas de ti mismo, menos posibilidad hay de que te encuentres y te fundas en un abrazo de comunión con tu propia alma... y cuando no te encuentras, querido amigo, te niegas. OCTUBRE 03, 2016.-

puedes regresar sin siquiera haberte ido...
puedes partir sin siquiera haber venido...
pero no puedes avanzar sino estás dentro de tí mismo, despojado del ego y su peso específico.

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