domingo, 8 de mayo de 2016

DHAMMA [धम्म] dhamm


EL VALOR DE LA PRÁCTICA MORAL

Todo aquel que desee practicar el Dhamma debe comenzar por practicar sila, pues si no se da este primer paso no se puede avanzar. Debemos abstenernos de toda conducta -de palabra y de obra- que dañe a otras personas. Se comprende con toda facilidad que la sociedad necesita ese comportamiento para evitar su desorganización, pero lo cierto es que debemos abstenernos de tales acciones no sólo porque dañan a otros; sino también porque nos dañan a nosotros mismos. Es imposible cometer una acción perjudicial -insultar, matar, robar o violar- sin generar grandes deseos y aversiones. Este momento de deseo y aversión nos proporciona infelicidad ahora, y nos proporcionará más en el futuro. El Buda dijo:

"Ardiendo ahora, ardiendo en el futuro, el mal hacedor sufre doblemente. Feliz ahora, feliz en el futuro, la persona virtuosa se regocija doblemente".

No es necesario esperar hasta después de la muerte para experimentar el cielo y el infierno, lo podemos hacer en esta vida, dentro de nosotros. Cuando cometemos acciones perjudiciales, experimentamos ese fuego del infierno que es el deseo y la aversión. Cuando realizamos acciones provechosas, experimentamos el cielo de la paz interior. Así pues, no sólo en beneficio de los demás, sino también en el propio -para no hacernos daño- tenemos que abstenernos de las palabras y de los actos perjudiciales.

Pero hay otra razón para emprender la práctica de sila: si queremos examinarnos y penetrar en lo más profundo de nuestra realidad, es imprescindible que la mente esté bien calmada y tranquila. Es imposible ver el fondo de un estanque cuando el agua está revuelta. La introspección requiere que la mente esté en calma, libre de agitación; cuando cometemos una acción perjudicial, la mente se inunda de desasosiego; cuando nos abstenemos de cualquier acción perjudicial -corporal o verbal-, es el momento en el que la mente tiene la oportunidad de sosegarse lo suficiente, para que pueda producirse la introspección.

Todavía hay una razón más por la que sila es esencial: aquel que practica el Dhamma trabaja para llegar a la meta final, la extinción de todo sufrimiento. Mientras realiza esta tarea no puede enredarse en acciones que refuercen el mismo hábito mental que está intentando erradicar. Cualquier acción que dañe a otro, forzosamente está causada y va acompañada por el deseo, la aversión y la ignorancia. La comisión de tales acciones es como dar un paso adelante y dos atrás en el camino, frustrando cualquier progreso en dirección a la meta.

Sila, pues, es necesaria para el bien de la sociedad y para el bien de cada uno de sus miembros, no sólo por el bienestar mundano de una persona, sino también por su progreso en el camino del Dhamma.

El campo del adiestramiento en sila está compuesto por tres de los factores del Noble Sendero Óctuple: Recta Palabra, Recta Acción y Recto Sustentamiento.

Thuk Je Che Tíbet.
"Ardiendo ahora, ardiendo en el futuro, el mal hacedor sufre doblemente. Feliz ahora, feliz en el futuro, la persona virtuosa se regocija doblemente".

", अब जलन भविष्य में जल रहा है, बुराई कर्ता दोगुना भुगतना पड़ता है। अब खुश है, भविष्य में खुश, गुणी व्यक्ति दोगुना आनन्दित"।

", ab jalan bhavishy mein jal raha hai, buraee karta doguna bhugatana padata hai. ab khush hai, bhavishy mein khush, gunee vyakti doguna aanandit ".

el dispensador dice:
si no fluyes,
te excluyes.
MAYO 08, 2016.-

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