martes, 22 de marzo de 2016

CALIDAD Y CONDICIÓN HUMANAS ► Lobos contra la intolerancia | Cultura | EL PAÍS

Lobos contra la intolerancia | Cultura | EL PAÍS



Lobos contra la intolerancia

El empresario alemán Rainer Opolka combate el odio hacia el diferente con esculturas que simbolizan lo peor del ser humano





Parte de la exposición



Parte de la exposición "Los lobos han vuelto", de Rainer Opolka, frente a la Iglesia de Nuestra Señora de Dresde (Alemania).  AFP



Rainer Opolka montaba en bicicleta por Brandeburgo, el Estado alemán que rodea Berlín, cuando se topó con dos coches incendiados. Al acercarse, vio que los automóviles pertenecían a dos voluntarios de una ONG a favor de los refugiados. El odio hacía los diferentes había llegado a su entorno más cercano. Esta experiencia, sumada a la infinidad de ataques a refugios que casi a diario llenan las páginas de la prensa alemana, convenció a este exitoso empresario e incipiente artista de que algo debía hacer. El resultado de esta reflexión se puede visitar estos días en Dresde, la misma ciudad en la que nacieron los autodenominados Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente, el movimiento xenófobo más conocido como Pegida.


63 lobos gigantescos coronan desde el pasado miércoles la plaza de la famosa Iglesia de Nuestra Señora de Dresde. Estas esculturas de hasta dos metros de altura hechas en bronce y hierro fundido simbolizan lo peor del ser humano, cuando el orden y la cohesión social se desvanecen, y solo queda la irracionalidad. “Los lobos han vuelto”, es el nombre de la exposición, que pretende ser un revulsivo contra el odio y la violencia.
A solo 150 metros de distancia, los simpatizantes de Pegida volverán a manifestarse el próximo lunes, como hacen cada semana desde hace más de un año. ¿Cree que puede haber problemas? “Ocho furgones policiales estarán allí para asegurarse de que todo esté tranquilo”, responde Opolka al teléfono. La elección de Dresde no es casual. Está previsto que la exposición viaje por las capitales de los 16 Estados federados alemanes, pero el artista quería comenzar en esta ciudad de Sajonia por su simbolismo. Esta región oriental no es solo la cuna de Pegida. Allí se concentran también el mayor número de ataques xenófobos, como el incendio a un centro de acogida o la intimidación a unos refugiados en un autobús que fue grabada en vídeo y que estremeció a medio país.
Hace meses que en Alemania se debate sobre cómo reaccionar ante fenómenos como Pegida o el partido antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD), cuyoéxito en las elecciones regionales del pasado domingo supuso un auténtico terremoto político. Mientras algunos defienden un cordón sanitario ante movimientos que consideran no democráticos, otros creen que solo a través del diálogo y del entendimiento con los que piensan diferente se podrá alcanzar el consenso. Opolka insiste en diferenciar entre los simpatizantes de estos movimientos y sus dirigentes.
“Hablo con muchas personas que se sienten abandonadas por los políticos. Tras años de recortes sociales y con pensiones muy bajas, de repente ven que para los refugiados sí hay dinero”, explica el artista, que se refiere a un fenómeno común en los territorios de la antigua RDA, donde las pensiones son mucho más bajas que en Alemania occidental. “Puedo entender esa frustración. Pero los organizadores de Pegida se aprovechan de esta furia, y la transforman en odio. Al final, no nos queda otro remedio que hablar todos con todos”, continúa.
Opolka no es un artista al uso. Él y su hermano gemelo Harald se hicieron millonarios en los años noventa con una empresa de lámparas pionera en la iluminación led. Pero parece que el dinero no lo era todo para ellos. Abandonaron la dirección del negocio diario y compraron un castillo en Brandeburgo que quieren convertir en centro cultural. Allí pintan, esculpen y quieren atraer a más creadores. Él sigue en el Consejo de Supervisión de la compañía y participa de las decisiones estratégicas empresariales, pero la mayor parte del tiempo la dedica a sus actividades culturales. ¿Por qué decidió alejarse de los negocios y apostar por el arte? “Le responderé con una frase de Hegel. ‘Quien no está preparado a arriesgar nada por la libertad merece ser un esclavo”, concluye.
Algunas de las esculturas expuestas en la plaza de Frauenkirche, en el centro de Dresde.
el dispensador dice: el ser humano debe ser libre... para lo cual debe sostener intacta su dignidad... honrando su vida mediante sus hechos... cultivando la cultura como expresión de sus dones y sus talentos... conviviendo en la tolerancia, la comprensión y el derecho propio que respeta el derecho ajeno... sosteniendo una solidaridad genuina hacia aquellos que necesitan de su mano... ejerciendo la compasión que enaltece su calidad humana... generando estados de misericordia que desplazan la miseria humana para dar sentido a la "tribu"... la actual desunión europea, exhibe intolerancias que se arrastran desde hace siglos, acompañadas por desprecios medievales que son funcionales al oscurantismo, por una parte, el eclesiástico, vaticanista e inquisidor, ése que ha fabricado hogueras para exterminar a los "diferentes" que no encajan en los paisajes humanos del poder y las conveniencias imperiales... una intolerancia que renace de la mano de un renovado nazi-sionismo dispuesto a imponer sus atropellos sociales que denigran la condición humana de los "otros", los prójimos, los empobrecidos para beneficio de pocos, los marginados para beneficio de muchos menos, los indigenciados para beneficio de escasos... y nuevamente el mundo se envuelve en odios y cinismos que exhiben conductas mezquinas ante los despojados y los desplazados... que buscan refugio sin poder encontrarlo... porque antes se les han negado sus derechos humanos y ciudadanos en nombre de falsas repúblicas y mentidas democracias... 
los estados europeos de la desunión son aquellos que propician el terrorismo de estado que vistió el mundo durante la guerra fría... el desprecio del este hacia el oeste... el atropello del blanco hacia el negro... el atropello del cristiano hacia el judío... la necedad del imperio para, de una vez por todas, asumir que el planeta Tierra es el único hogar de la humanidad y que éste, no tiene ni fronteras ni banderas, y que la humanidad es una en todas sus geometrías, le guste a quien le guste y lo acepte quien quiera hacerlo... 
el mundo humano está vestido de discursos que mienten o no dicen nada... repletos de promesas que jamás se cumplirán porque el poder político padece demencia senil y ya no es responsable de sus actos... porque en su seno reina el desprecio hacia la sociedad humana, insultándole su inteligencia social y su consciencia pública, o viceversa, insultándole su consciencia social y su inteligencia pública... y detrás y por sobre el poder político, corporaciones que depredan recursos haciendo de la humanidad un descartable que va siendo empujado a un abismo y una hoguera donde se consumen destinos para plena satisfacción de inmorales y corruptos que, careciendo de todo escrúpulo, exhiben el peor lado de la humanidad prescindente de humanismos... la miseria humana como antivalor y antiética, que se justifica en una antifilosofía que niega la calidad y la condición humanas necesarias para construir sociedades armoniosas...
el ser humano es lo que hace... se traduce en sus obras... no en sus palabras... tampoco en sus intenciones declamadas y jamás ejecutadas...
voluntad no es sinónimo de voluntarismo... 
el ser humano es huella y sombra... y cuando no es huella ni sombra... y cuando lo logra ser ni huella ni sombra... y cuando no quiere ser ni huella ni sombra... no logra superar la condición de un dinosaurio depredador que devora todo lo que encuentra, para luego, morir de hambre... 
el ser humano nace libre... y muere libre... así está escrito y así debe ser, a pesar del imperio medieval europeo y sus demencias. MARZO 22, 2016.-

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