jueves, 4 de junio de 2015

PARA TERESA ► Beethoven no compuso «Para Elisa», lo hizo para Teresa - ABC.es

Beethoven no compuso «Para Elisa», lo hizo para Teresa - ABC.es



PERSONAJES

Beethoven no compuso 

«Para Elisa», 

lo hizo para Teresa

 / . La confusión se debe al musicólogo
Ludwig Nohl, que en 1865 la descubre en un documento en mal
estado y se confunde al tratar de reproducir la dedicatoria


Día 04/06/2015 - 12.56h


La confusión se debe al musicólogo Ludwig Nohl, 

que en 1865 la descubre en un documento en mal 

estado y se confunde al tratar de reproducir la 

dedicatoria


JOSEPH KARL STIELER
Ludwig van Beethoven, retratado por Joseph Karl Stieler


Ludwig van Beethoven nació el 16 de Diciembre de 1770 en una buhardilla de Bonn, ciudad alemana situada a orillas del Rin. Su infancia se desarrollo entre muchas penurias y dificultades personales y económicas. Su padre era un tenor borracho y mediocre. Su madre una criada con muchos problemas de salud.
A los cuatro años el niño Ludwig comienza a manifestar grandes cualidades para la música, algo que intenta explotar su padre que le somete a una dura disciplina de ensayos. Permanece horas frente al clave o ensayando con el violín. A los once años comienza su vida profesional como músico y a los diecisiete es él quien sustenta a su familia.
En 1792 se traslada a Viena después de experimentar su primer desengaño sentimental. Se había enamorado de Leonor de Breuning, pero ella decide casarse con el doctor Wegler, uno de los mejores amigos de Beethoven.
En Viena, capital musical del mundo, se inicia como compositor. Tiene 25 años. Comienza a ser popular por sus creaciones. Las mujeres se enamoran de su talento. Pero al conocerlo, le rechazan por su físico y sus modales. Le consideran un salvaje o un vagabundo.
Enfermedad, pasión y desengaño
Una noche se despierta con un fuerte zumbido en la oreja. La enfermedad esta dando su primer toque de alerta. Le comunican que se va a quedar sordo, pero se niega a admitirlo y guarda en secreto su problema, fatal para un compositor.
Pero las desgracias del Ludwig no terminan ahí. Al dolor que le produce su sordera se suma el desamor, la pasión y el desengaño. Por su vida pasaron muchos amores, todos frustrados. Todo agravado por su carácter soñador y volcánico. Se suman los rechazos: Leonor de Breuning , Maria Erdödy, Julieta Guicciardi, Bettina Brentano...
Corre el año 1810. Beethoven, ya llegado a los cuarenta, ha compuesto algunas de sus sinfonías pero pasa grandes apuros económicos y apenas tiene para pagarse la comida. Es entonces cuando conoce a la joven Teresa Brunswick, veintidos años más joven que él. Había sido su profesor y era amigo de la familia, que le invita a Martonvásár, en Hungría. Allí surge una amistad sincera, esta vez parece que correspondida por la joven. Dos almas sensibles y apasionadas. Es una época de gran creatividad, el ya maduro Ludwig compone algunas de sus mejores obras, entre ellas la sexta sinfonía y una breve obra para piano en «la menor».
Con el tiempo la pieza sería conocida como «Para Elisa», pero Beethoven la compuso para Teresa. La confusión se debe al musicólogoLudwig Nohl, que en 1865 la descubre en un documento en mal estado y se confunde al tratar de reproducir la dedicatoria.
Teresa Brunswick terminó por abandonar al genial músico alemán por la diferencia social. Beethoven era un genio. Pero un genio pobre
-.-.-

el dispensador dice:
Teresa no era tan Elisa,
ni Elisa era tan Teresa,
ambas abandonaron el genio,
llevándose consigo sus prisas,
sus soberbias y sus codicias,
no es bueno apreciar lo pobre,
cuando el genio no se oxida y hasta parece roble...

Beethoven se quedó con su genio,
con su silencio y con su trueno,
con su nota y su desierto...
habiendo convertido su pentagrama,
en un inmenso océano,
que aún suena hacia lo eterno...

mientras que Teresa,
quedó atrapada entre la codicia,
y la envidia de lo ajeno...
la soledad tiene sus juegos,
cuando no aprecias lo que es bueno,
terminas de rodillas,
ahogada entre recuerdos.
JUNIO 04, 2015.-



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