miércoles, 6 de mayo de 2015

SIMPLE Y SENCILLO [सरल र आसान] Sarala ra āsāna


RINCON DEL TIBET

el dispensador dice:
vi gentes apuradas,
vi gentes corriendo,
vi gentes atrapadas,
entre sus sentimientos y una espada...

vi gentes preocupadas,
vi gentes alteradas,
vi gentes aterradas,
vi gentes hipotecadas,
vi gentes acorraladas,
entre sus sentidos y su tiempo...
sin mulas,
sin alforjas,
sin caballo,
sin escudo y sin capa...

vi gentes que creen que la moneda salva,
vi gentes que cargan culpas de otras espaldas,
vi gentes que reniegan del santuario pero se santiguan en la entrada,
vi gentes que sonrien mientras te apuñalan,
vi gentes desparramando palabras,
justificándose en discursos,
para que alguien les abra...

vi gentes que honran la cuenta bancaria,
vi gentes que relucen cuando el oro los opaca,
vi gentes enjoyadas intentando ocultar sus hilachas,
vi gentes despiadadas... engañando a quien sea,
a capa y espada...

vi gentes traidoras,
vi gentes mentirosas,
pero no vi gentes solidarias,
que se quiten lo puesto,
para abrigar a un tercero que pasa...

y me pregunté a mí mismo:
¿qué es lo que les pasa?,
¿qué los mantiene presos en sus almas?,
¿por qué insultan la inteligencia del prójimo?,
¿qué hay en su espíritu que tienen tan densa su alma?,
y me di cuenta que han nacido,
pero desconociendo las causas,
y permanecen abrazados al miedo,
de ser felices y descubrir que eso pasa,
asumiendo sólo la paz necesaria,
para honrar el don y el talento,
y en definitiva, honrar su gracia...
pero algo los convenció,
que aquel que es feliz,
es un idiota que atrasa,
porque en la vida hay que juntarla,
con espátula o con pala,
sacándola de donde sea,
aún cuando pertenezca a otra caja...

y vi gentes llorar,
y vi gentes estar cercadas,
por tragedias y otros dramas,
asumiendo que es bueno engañar,
dando falso testimonio ante un Dios que rebaña,
suponiendo que él castiga,
a los que no responden a su causa...
pero el infierno no es paralelo a la Tierra,
ni tampoco lo es al cielo,
mucho menos al paraíso y sus escalas,
nada que ver con los abismos y sus aristas que desgarran...
no, 
para nada,
el infierno se instala,
comenzando por la propia alma, 
cuando ésta no reconoce,
que la paz es sólo antesala,
de un huerto donde con las manos se ara,
donde no hay ni pico ni pala,
y donde lo que se rastrilla,
se vuelve abono de otras huellas,
que vienen desde lejos,
andando a las cansadas,
buscando un abrevadero,
donde saciar la sed que los acosa,
y el vacío que los envuelve,
haciéndoles creer que el oasis está al frente,
de una vida que se les escapa...

y entonces regresé la mirada,
y vi que no había nada,
las gentes ya no estaban,
buscando sus destinos,
persiguiendo la importancia,
se habían ganado la soledad,
quedando bajo el imperio de la nada.
MAYO 06, 2015.-

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