lunes, 27 de abril de 2015

EL BASTIÓN DE LA ENTIDAD ▲ “A pesar de los avances, la ciencia no va a resolver el sentido de la vida” | Cultura | EL PAÍS

“A pesar de los avances, la ciencia no va a resolver el sentido de la vida” | Cultura | EL PAÍS



JOSEP MARÍA ESQUIROL | FILÓSOFO

“A pesar de los avances, la ciencia no va a resolver el sentido de la vida”

El filósofo propone en 'La resistencia íntima' la vuelta a casa y elogia la cotidianidad







Josep Maria Esquirol. / JUAN BARBOSA


Profesor de filosofía en laUniversidad de Barcelona y autor de varios ensayos, Josep Maria Esquirol(Sant Joan de Mediona, Barcelona, 1963) acaba de publicar La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad,  (Acantilado en español y Quaderns Crema en catalán) donde propone la vuelta a casa, el elogio de la cotidianidad y la resistencia al “dogmatismo de la actualidad”, con la casa, el hogar, como metáfora central.
Pregunta. Usted dice que urge “repensar la comunidad más allá de la unidimensionalidad neoliberal, la abstracción comunista o las restricciones del comunitarismo”. ¿La resistencia íntima apunta a una lectura política?
Respuesta. Tiene que ver con la vida cotidiana, profesional, personal, antes de lo que sería luego la política. Los cambios políticos son fecundos no sólo cuando son estructurales sino también infraestructurales y compaginan las dos dimensiones: la vida pública y la vida personal, de la cotidianidad, de las relaciones con los demás. En este terreno también debe haber un cambio para que después los cambios propiamente políticos puedan sostenerse. PenséLa resistencia íntima como prefacio a una reflexión sobre la vida política, que he ido posponiendo siguiendo el parecer de algunos grandes filósofos que sostienen que el pensamiento político debe expresarse más bien en la madurez o incluso en la ancianidad, porque es el que requiere mayor experiencia.
P. Así que aún habrá que esperar mucho, pues usted aún es joven…
R. No tardaré demasiado porque empecé joven y ya llevo casi treinta años explicando pensamiento político en la Facultad de Filosofía: así que, en cierto modo, ya debería haber alcanzado esa madurez, espero.
P. “Evitemos buscar siempre lo extraordinario, admirémonos de lo simple y llano y aprendamos a apreciarlo porque desde cierto punto de vista es lo más sublime de todo”. ¿Es una crítica al romanticismo, que valora lo heroico, lo extremo, lo insólito?
R. Sí que hay un contraste con ciertos planteamientos románticos. Pero mi referente más cercano sería el del existencialismo o el de algunas divulgaciones del existencialismo, en las cuales se ha puesto demasiado énfasis en la idea de proyecto y por lo tanto de la realización personal y de éxito. Se insiste en que la vida es proyecto y, por tanto, se busca una realización, una expansión, una cierta aventura, lo nuevo, lo especial, lo singular. Y, desde luego, el éxito, conseguir lo que uno se propone. Frente a ello me parece muy necesario reivindicar la profundidad del gesto cotidiano. Hay cosas que no por repetirse son banales. En lo cotidiano hay mucha sedimentación, hay una riqueza que no puede menospreciarse…

“En lo cotidiano hay una riqueza que no puede menospreciarse”
El ser humano tiene necesidad de pensar porque el sentido de la vida, el sentido del todo, no está dado”
P. ¿Qué relación tiene su filosofía de la proximidad y su reivindicación de la idea de casa con las Esferas de Sloterdijk, que proponen estudiar lo que la filosofía suele pasar por alto, “el espacio vivido y vivenciado”?
R. El primer volumen de Esferas está precisamente dedicado a la cuestión de la casa, los espacios más cercanos, los que tienen que ver con la experiencia de la vida. Tanto él como yo tenemos otro referente: los dos lo citamos, aunque yo creo que él lo debería citar más. Es Gaston Bachelard, que publicó a mediados del siglo XX y sacó mucho jugo a las imágenes vinculadas a la vida. Dejó un libro sobre el aire, otro sobre los lugares, otro dedicado al agua… Revisó textos literarios y poéticos para potenciar estas imágenes paradigmáticas de la experiencia y de la vida, muchas de las cuales tienen que ver con la experiencia de la casa y de los lugares.
P. Habla usted de “Resistencia íntima”, de “Volver a casa”, del valor de la cotidianidad, de “Lo sencilla que es la vida”, de la importancia del “amparo” y de “cuidarse”. ¿Habla de “amparo” porque la naturaleza humana está especialmente desamparada en este momento nihilista y tecnológico?
R. El gesto de amparo, que es el gesto de la casa —porque “casar” es reunir, y hacer casa— es la idea de hogar, de franqueza. Esto es casar. Y esa necesidad de hacer casa no es relativa sólo a una época, porque la misma situación humana es de intemperie. Intemperie física pero también metafísica: de falta de sentido. Como vivimos en la intemperie hemos de reunir, amparar, casar. Se ha hecho siempre, aunque es cierto que cada época tiene unas modalidades específicas de exposición y, evidentemente, la nuestra se caracteriza por esta revolución tecnológica sin precedentes…
P. Usted escribió Los filósofos contemporáneos y la técnica sobre este tema…
R. Precisamente porque esta especificidad de la técnica es tan potente; es cierto que algunas cosas se están poniendo de manifiesto en las últimas décadas, pero la era de la técnica es algo de lo que ya los grandes filósofos del siglo XX empezaron a hablar. ¿Y por qué sólo contemporáneamente podemos hablar de era de la técnica? Ortega, Ardendt, Heidegger especulan sobre la respuesta a esta pregunta. Una de las características de la era de la técnica —no la única— es la exposición, una cierta transparencia. Detrás de la idea de la conectividad y las redes hay una enorme exposición, debida a la transparencia. Por eso Benjamin —uno de los filósofos que intuyeron este cambio fundamental— hablaba del problema de los edificios con demasiado vidrio, el vidrio “que no tiene aura”. Hay una gran diferencia entre tener una ventana y tener todas las paredes de vidrio. La ventana no está reñida con una cierta intimidad y protección. El problema es la total exposición. Y uno de los problemas de nuestra época va a ser esta transparencia omniabarcante. Si utilizásemos una terminología marxista diríamos que es un camino expedito a la alienación. Porque “alienación” es lo que surge de uno y ya no vuelve. Se produce una salida, pero sin retorno.
P. La ciencia presume de que resolverá los grandes problemas de la filosofía: quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos. Incluso solventará o paliará la mortalidad. Nos dirá cómo se creó el universo y cuándo será destruido. La ciencia no publica libros titulados Por qué la ciencia. ¿Ser filósofo es estar en una disciplina en crisis desde hace décadas?

“La situación humana es de intemperie. Física pero también metafísica: de falta de sentido”
R. La filosofía no es una especialidad del saber entre otras disciplinas; es algo que nos pertenece a todos, en lo que todos estamos y concierne a todo el mundo. Otra cosa es que haya unos departamentos universitarios…. Y en segundo lugar no es un sustantivo, es un verbo, literalmente “filosofar”, pero como suena mal, es pensar. El ser humano tiene necesidad de pensar porque el sentido de la vida, el sentido del todo, no está dado. Wittgensteinmismo hace casi un siglo decía que aunque la ciencia llegue a resolver los problemas relacionados con los orígenes del Universo o incluso las estructuras más básicas de la vida humana, notaríamos que respecto a lo esencial seguimos en la misma situación. Aunque la ciencia avance, que es obvio que está avanzando, hay algo que ella no resuelve y que no se va a resolver. Eso que he llamado el sentido de la vida no es algo que la ciencia pueda darnos como resultado de una teoría de la física. Kant decía que éste es el destino trágico de la razón humana.
P. Critica cierta frase de Thomas Mann (de La montaña mágica): “Hay frases aparentemente brillantes, desacertadas”. ¿Puede hablar de su estrategia de lenguaje como escritor?
R. Uno de los problemas del mundo académico actual consiste en una abstracción desmedida. Yo me propuse ya hace tiempo pensar recurriendo lo menos posible a lenguaje técnico, recuperar el lenguaje cotidiano. Lo profundo o grave puede decirse con el lenguaje coloquial. Que no es superficial, hay mucha riqueza ahí. Se trata de decir cosas profundas que en muchos casos pueden ser obvias porque esa abstracción terminológica no está desconectada de una pérdida de agudeza en nuestra mirada sobre las cosas más obvias. En mis clases, en conferencias, en cursos que doy, reivindico la evidencia, y advierto que eso llega a la gente: porque vivimos en un mundo en que lo más obvio, que a veces es muy interesante, pasa desapercibido. O


el dispensador dice: existía una ciencia antigua denominada "cosmogonía"... dicha ciencia contenía los fundamentos matemáticos de la astronomía, de la geometría del espacio, de la numerología zodiacal y ecuacional de las derivas, la lógica de los números y la lógica de las fórmulas (combinaciones, mezclas, y numerosos etcéteras), la filosofía del acá, la filosofía del allá, la filosofía de los nexos (entre el acá y el allá), la matemática de los ciclos humanos y la matemática de los ciclos terrestres, y una más, la matemática cuántica que hace a los puentes entre las dimensiones y sus paralelos y sus simultáneos... muchos estudios ancestrales reposaban en bibliotecas como Pérgamo, algunos de cuyos documentos fueron a parar a Alejandría... pero curiosamente, también los había en las Américas en las quemadas bibliotecas de Honduras, y en la de Vilcabamba (entre otras), y también los había en el África, por caso en Etiopía (por nombrar solo una)...

por entonces, el hombre se caracterizaba por su estrella, la regente en el momento de ser engendrado y su relación matemático-geométrica con la estrella regente en el momento de ser alumbrado... ello caracterizaba la gracia que había recibido... el don con el que contaba... y el talento que podía desarrollar para contribuir con su vida y sus hechos, a dar crecimiento a la tribu, a la sociedad, al grupo... claro está, la humanidad no pensaba por entonces ni en monedas, ni en bancos, ni en hipotecas, ni en deudas prendarias, ni en persecuciones políticas ni de las otras...

léase, las gentes se dedicaban a vivir, y no como es ahora, donde las gentes se dedican a sobrevivir como pueden o como saben o como entienden... vivir, implica sumar y/o multiplicar... por ende, por entonces había menos cinismos y menos hipocresías, dos factores que fueron aceptados como habituales y hasta como buenos por la vigencia imperativa de los mediatismos...

la cosmogonía establecía los vínculos entre el hombre, el cosmos, y su tiempo...

los imperios griego y romano exterminaron dichos conocimientos, y posteriormente a ellos, los fundamentalismos cristianos del medioevo se ocuparon de borrar los vestigios que quedaban... traducido... el hombre se quedó con su rutina pero sin su nexo espacial atemporal, de allí que haya quedado atrapado entre apuros y urgencias de un modelo que lo somete todos los días a ser exprimido para ningún fin social, para ningún crecimiento individual, y sí para sacarle el jugo suficiente que nutra a las corporaciones, que luego lo descartarán arrojándolo a la pobreza, induciéndolo al suicidio, frustrándolo, deprimiéndolo, o simplemente exterminándolo... o lo que es lo mismo... dado que en la cultura humana contemporánea no quedan espacios para las verdaderas ciencias, lo que queda de ellas se compra y se vende para obtener beneficios para pocos y asegurar los males para muchos...

dos tercios de la humanidad y más, está consumida por la pobreza, la marginación, la indigencia, el hambre, y/o la ignorancia (todo junto o por separado)... y el tercio que queda alimenta a las diez familias que se han apropiado del mundo asumiéndose mesiánicas de una mentida Biblia judeo-cristiana (ni lo uno ni lo otro) donde las sagradas escrituras fueron re-escritas a necesidad y urgencia de miserias humanas de partes... o lo que es lo mismo, el tercio remanente sobrevive día tras día, sin lograr descubrir para qué nació, para qué está aquí, y que será de su alma cuando ya no lo esté...

el ser humano, al perder entidad también perdió su identidad... y ahora es algo semejante a un autómata que opera al modo del felpudo, aceptando órdenes de un miserable que a su vez, depende de otro miserable que a su vez lo hace de uno superior, y así sucesivamente hasta llegar a alguna de las diez familias, cuyos miembros carecen de espíritu, carecen de alma, carecen de consciencia, carecen de escrúpulos, son eminentemente inmorales, y se asumen a sí mismos como dueños del mundo, cuyo componente es mortal... desconociendo ellos dicha condición...

hoy mismo, el imperio tradicional (romano) ha caído, siendo reemplazado por una alianza imperial de tipo oscurantista (medieval) y de ideología intolerante (nazi por excelencia)... esto es que el imperio romano ha sido reemplazado por un equivalente que carece de navegante, carece de timonel, carece de verticalidad y carece de horizontalidad, por consiguiente quedando a merced de la deriva de las circunstancias y sus vientos... dicho imperio ha perdido consciencia de que el universo funciona sin el hombre... que las galaxias sostienen sus equilibrios sin el hombre... que la Tierra gira sin el hombre... y todos los etcéteras que derivan de dichos principios donde el caos permanece ordenado a pesar del hombre y sus miserias... 

la creación es un hecho universal que supera la temporalidad humana... y para negar dicha situación, el hombre se ha preocupado por borrar la historia para luego deformarla y quedarse sin entidad universal y sin identidad personal, o lo que es lo mismo, transformándose en una mutación de sí mismo que opera al modo de un robot... respira pero no vive... vive pero no es feliz... corre, pero no sigue su camino... huye pero no encuentra refugio... y cuando se refugia, descubre que está librado a su suerte, indefenso, y que es un anónimo al que nadie considera porque cada quien transita la misma circunstancia con sus grises, sus blancos y sus negros...

sí, la Tierra está a la deriva... y sus contenidos también lo están...

mientras tanto, el ser humano no puede prescindir de los humanismos... y estos últimos (humanismos) no pueden prescindir de la antigua cosmogonía... de allí, que la humanidad ya no tenga capacidad para encontrar sus puertas... errándole siempre al picaporte, a la cerradura, a la llave o al túnel... lo cual la está llevando hacia un abismo infernal del que no habrá regreso... al menos no mientras la prioridad se sostenga en los cinismos, las hipocresías, las solidaridades mentidas, las misericordias burladas, y las compasiones transgredidas... la soberbia es mala consejera, porque resta perspectivas... pero la soberbia académica es peor, porque además de destruir las perspectivas, es una amenaza para la presencia de cualquier sabiduría... de allí que haya mucho título... pero casi ninguna humildad, para transitar la vida... y cuando las substancias pierden su esencia... todo lo que rodea, no pasa de ser una utopía... a la que en lo personal, llamaría "mentira". ABRIL 27, 2015.-

No hay comentarios: