martes, 14 de abril de 2015

A TRANCO LENTO... COMO OLVIDANDO


Coronel Boerr (Las Flores) Pueblos BuenosAires








el dispensador dice:
se incorporó en silencio,
mirada perdida,
de un encuentro incierto,
se acomodó la bombacha,
tomó su facón,
reluciente de oros,
conjugado con platas,
mucho brillo,
demasiada espalda...
no miró hacia atrás,
sino hacia la puerta cerrada...

al abrirla,
suspiró profundo,
por la libertad anhelada,
observó el cielo azul,
como cada mañana,
sólo que esta vez el camino,
sonaba sólo a distancia...
encaró con firmeza,
hacia la caballeriza contigua,
ni una palabra,
ni una sonrisa,
sólo pensamientos entreverados entre riendas y prisas...
el caballo lo miró,
comprendiendo la brisa,
tal vez quisieron abrazarse,
pero ambos llevaban urgencia,
para asumir la importancia de la lejanía...
hombre y caballo,
fueron uno en el apuro de crear ausencia,
donde el desprecio reinaba como cinismo e hipocresía...

tranco lento,
como olvidando,
el vacío se hizo abismo,
entre reclamo y comprensión comprometida...
ya no hubo puente,
ni miradas cruzadas,
sólo silencio entre heridas y lanzas...
¿qué será de nosotros de aquí a mañana?,
no importa el futuro,
cuando el ayer no es nada...
paso a paso,
crece la distancia,
ya no hay puente,
entre la incertidumbre y la circunstancia...
todo es cuestión,
de alejarse lentamente,
hacia un horizonte de dudas y alternativas raras,
habrá algún aparcero,
que le facilite algo para superar la estancia...

las nubes protegen,
el cielo enaltece,
siempre hay un ángel que bendice,
al que se va sin decir nada,
es preferible la dignidad en alto,
a la libertad sacrificada...
y así como así,
el caballo sigue su rumbo,
hacia una inmensidad que olvida,
la pertenencia despiadada...

ya no hay ayer,
y el ayer no es nada,
todo es futuro,
cuando lo que se lleva es el alma.
ABRIL 14, 2015.-


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