miércoles, 25 de marzo de 2015

POESÍA OCULTA ▲ Muere Herberto Helder, ‘el poeta oculto’ | Cultura | EL PAÍS

Muere Herberto Helder, ‘el poeta oculto’ | Cultura | EL PAÍS



Muere Herberto Helder, ‘el poeta oculto’

Está considerado el mayor poeta portugués de la segunda mitad del siglo XX







El poeta portugués Herberto Helder. / EFE


Sin ruido, como su vida, este martes falleció el mayor poeta portugués de la segunda mitad del siglo XX. Herberto Helder Luís Bernardes de Oliveira había nacido el 23 de noviembre de 1930 en Funchal (Madeira) y murió en Cascais, alejado de cualquier ruido. Durante toda su vida rechazó premios, entrevistas, fotos y hasta la difusión de sus libros de poemas, de solo una edición.
Su obra, rigurosa, dura y original se extiende durante más de medio siglo. Comenzó en 1958 con O Amor em visita y terminó el pasado junio con A morte sem mestre (La muerte sin maestro), un libro con la portada escrita de su propia mano y reproduciendo un papel rugoso -el mismo con el que él forraba los libros de su biblioteca-. El poemario final incluía un CD con versos declamados por el propio autor. Como en casos anteriores por exigencia del poeta, solo hubo una edición, de unos 5.000 ejemplares. La edad no le restó afán creativo, pues un año antes había publicado Servidores, su obra más autobiográfica, en donde el poeta misántropo da a concoer detalles de su infancia en Madeira, un recordatorio donde la muerte está siempre en la sombra del fiero poeta, antes espantado de la vida y ahora de la muerte. Servidores yMuerte sin maestro rompieron su hábito de publicar poemas cada seis años. Su obra anterior fue en 2008, A faça nao corta o fogo (La navaja no corta el fuego) que, a sus 78 años, significó un revulsivo a la poesía portuguesa de este nuevo siglo... En España, tanto Hiperion como Pages, principalmente, ha difundido su contundente obra.
Pese a comenzar Derecho y Filología en Coimbra, ninguna de las dos carreras terminó; pero en su vida profesional no hubo trabajo que no conociera: cajero de banco, publicista farmacéutico, meteorologista, bibliotecario ambulante, corresponsal de guerra. La dictadura de Salazar no tuvo mucha piedad con él, pues le condenó por participar en la publicación de un libro del Marqués de Sade, le despidió de la radiotelevisión pública y le censuró Apresentaçao do rosto.
En Lisboa, en los años 50, frecuentó el grupo del Café Gelo con ilustres de la época como Mário Cesariny, Luiz Pacheco, António José Forte, João Vieira o Hélder Macedo. En ese ambiente, en 1958, publicó su primer libro, O Amor em Visita.
Hacía muchos años que Helder había renunciado a la exposición pública, ya fueran entrevistas o premios. En 1994 rechazó el galardón más importante, el Premio Fernando Pessoa. “No digan nada a nadie y dén el premio a otro”, aconsejó al jurado. Él quería seguir siendo el “poeta oculto” y escribir en una lengua “al mismo tiempo plana y plena”.

el dispensador dice:
la verdadera letra,
es aquella que permanece oculta,
la verdadera poesía,
es aquella que permanece oculta,
porque pertenece a los ámbitos del alma,
del espíritu que cultiva su propio huerto,
o que navega hacia su propio puerto...

es descubierta por pocos,
sea letra,
sea palabra viva o palabra muerta,
sea expresión poética de antiguos logros...

pocos soportan la reflexión poética,
porque demanda mente abierta,
neurona dispuesta,
a ser colocada en tela de juicio,
desde su noche ilusoria,
hasta su siesta...

observa,
contempla,
que muere el poeta,
pero no su letra...
la que trasciende el tiempo,
para volverse vela.
MARZO 25, 2015.-

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