sábado, 7 de marzo de 2015

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Las caras de la diáspora (8): Odome Angone >> África no es un país >> Blogs Internacional EL PAÍS

Lola Huete Machado

África no es un país

"Salvo por el nombre geográfico, África no existe", decía Ryszard Kapucinski. Y sí, desde Europa, acostumbramos a simplificar su realidad hasta hacerla una y pobre, catastrófica y dependiente. Pero África es un continente: 55 países, mil millones de personas, multiplicidad de mundos, etnias, voces, culturas... África heterogénea y rica contada desde allí y desde aquí. Un blog coral creado y coordinado por Lola Huete Machado.

SOBRE LOS AUTORES

Lola Huete MachadoRedactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.
Chema CaballeroChema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.
José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.
Ángeles JuradoÁngeles JuradoPeriodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.
Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.
Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...
mapa de África



Las caras de la diáspora (8): Odome Angone

Por:  06 de marzo de 2015
Estamos en La Central, en Callao, removiendo nuestras infusiones calentitas dispuestas sobre la mesa de madera. Fuera hace un frío inmisericorde y la calle se tiñe de gris, a pesar del tibio sol de invierno. Ella se estira el pelo natural, breve y esponjoso, en un moño y luce unas enormes gafas de sol con montura de concha, que protegen sus grandes ojos del resplandor tímido de una lámpara. Apenas una pincelada de brillo rosa en los labios. Pocas joyas, en madera y semillas, sencillas y cálidas. Se llama Odome Angone (Mitzic, 1980), es escritora, filóloga y orgullosamente gabonesa.
Llega en transporte público desde Ciudad Universitaria, tarde, acompañada por su hija de seis años, una chiquilla despierta con el cráneo trufado de trenzas también naturales. La niña arrastra, a su vez, una muñeca. Odome le ha prometido que se darán prisa, así que la niña acepta la entrevista mientras sorbe un tazón de leche con colacao e interviene a ratos en la conversación, convertida en cronómetro, sonido de fondo y segunda memoria. Odome carga también un segundo hijo: su primer libro, una novela editada en Francia, Roi-dieu coupé.    
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Odome estudió filología hispánica en la Universidad Cheikh Anta Diop, en Dakar. Con el tiempo se decantó por la literatura comparada y los estudios culturales, especializándose en la literatura fronteriza y diaspórica. Se casó con un español y tuvieron a su hija en nuestro país. Ella se expresa en un español perfecto y cadencioso: como buena africana, es capaz de dominar varios idiomas y desplazarse entre ellos con facilidad y elegancia. Llevaba diez años en Madrid cuando decidió volverse a su Gabón natal. Lo hizo entre diciembre de 2012 y julio de 2014, apenas un año y medio. Ahora viuda y con una hija.
"Quería ir a mi país a trabajar", precisa. "Terminé mi tesis, escribí artículos, publiqué investigaciones y decidí volver. Pensé que Gabón me daba oportunidades, pero no me terminaba de gustar".
Odome se sintió desplazada al pisar Libreville. Su pelo afro natural causaba escándalo. El colegio francés de su hija seguía anclado en el mito de los ancestros galos y no fijaba sus ojos, deslumbrados por la extranjería del norte, en la belleza del propio país, en sus selvas y playas, en sus gentes.
"Llega algo de fuera y lo aceptas, cánones estéticos incluidos. Me preguntaban, mis propios familiares y mis amigos, si no tenía dinero para arreglarme el pelo y si realmente había vivido en Europa. La mirada del otro se ha convertido en la nuestra y se tiene vergüenza de lo que uno es. Alisarse el pelo, las extensiones y las pelucas, todo eso es un negocio y una mentira. Michelle Obama, por mucho que se diga del empoderamiento que ha significado para la mujer negra, tiene el pelo lacio. Solange, la hermana de Beyoncé Knowles, sí que es una de esas mujeres que inspiran, un ejemplo y una referencia para las mujeres negras. ComoGraça Machel y otras mujeres del África anglófona, sobre todo, en Sudáfrica".
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Odome llegó a España por primera vez en el año 2004, con un programa para futuros docentes de español que pagaba el gobierno de su país. Estudiaba en la Universidad de Salamanca, donde pasó un año de inmersión lingüística práctica. Al concluir su beca, regresó a Gabón para volverse por su cuenta a España, poco tiempo después, en alas de su doctorado. Explica que los profesores de español de los países africanos francófonos suelen hacer el doctorado en Francia, algo que ella encuentra ridículo. Las tesinas de sus compañeros de promoción en Dakar o Libreville se escribieron también en francés y se expusieron en ese idioma: jamás en español. Hay miles de profesores de español en el continente africano que nunca han tenido una experiencia de inmersión lingüística en países hispanos, que no han pisado España o Cuba o incluso Guinea Ecuatorial.
"Seguramente daré clases en el futuro en algún país africano, aunque también me gustaría hacerlo en Francia, Canadá, Gran Bretaña o Estados Unidos. Me interesa la literatura fronteriza de la diáspora. Sobre todo, la de la cubano-estadounidense Cristina García, autora de Dreaming in Cuban, y la de la francófona Léonora Miano. Me interesan porque hablan de mi identidad. Quiero estudiar a esas mujeres que van y vienen cruzando fronteras. La hibridez no es ningún fallo: es una riqueza.  Los estudios culturales, además, están de moda. Probablemente porque el mestizaje ya no tiene que ver con el color. Soy fruto de la Conferencia de Berlín, asumo mi hibridez de gabonesa en Madrid y me defino como una persona que vive como la gente de los sitios a los que voy. No comulgo con los ghetos ni con la nostalgia. Y creo que hay que romper barreras y estereotipos. La mujer africana no existe.  Hay mujeres africanas supertituladas e independientes. No somos todas sumisas. Pero es cierto que todavía hay cánones en los que se nos quiere obligar a entrar y hay muchos hombres a los que les viene bien que existan".
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Odome manosea su novela mientras habla. Está orgullosa de su primera obra, publicada en el año 2013 en París. Un texto que ocupó dos años de su vida, conviviendo con su tesis y la maternidad. Además, una obra muy actual, porque habla de revoluciones pacíficas fogueadas en redes sociales.
"La novela se sitúa en un país ficticio de África ecuatorial, en el que los estudiantes deciden acabar con un régimen dictatorial de manera pacífica, a través de las redes sociales. Denuncia también que muchos intelectuales no han hecho el trabajo que deberían haber hecho en África. Se han dedicado a acumular títulos para poder trabajar en dictaduras, han colaborado con ellas y no han estado al lado de sus pueblos".
En Roi-dieu coupé, Odome recupera la figura del marginal, del loco, que en Gabón se llamó Ondo Mba y desafió al régimen Bongo escribiendo proclamas en los sitios más emblemáticos del poder. Llegó incluso a profanar las paredes de la presidencia con pintadas. Todo se le permitía, porque se le consideraba un perturbado, y sus actos no llamaban la atención de nadie.
"Quería escribir de los dictadores que se toman por dioses inmortales, que creen que nunca les van a tumbar", cuenta antes de mentar la trinidad sagrada del poder opresor en muchos contextos africanos. Ejército, religión y política. Su libro es una oda a la libertad, un soplo de aire fresco cargado de sátira y acrónimos y una diatriba contra los dirigentes que se eternizan en sus sillones, instalados en una especie de nube que les aísla de la vida de sus ciudadanos. Una plegaria, casi. Una llamita de esperanza. 
Su hija no soporta más la conversación y se menea incómoda en el banco, el tazón ya vacío y la muñeca abandonada. Odome sonríe casi excusándose. Quizás habría querido encadenar infusiones, proyectos y recuerdos durante toda una mañana, pero tiene que abotonarse el abrigo y partir. Híbrida, serena, con su moño de pelo natural desafiante y sus grandes gafas de concha, la niña amarrada a la mano, la muñeca amarrada a la niña.


el dispensador dice:
el éxodo aparece,
cuando la dignidad se sostiene,
enfrentando el desconcierto,
de las frustraciones que no se merecen...

hay diáspora global en la Tierra,
humanidades huyendo de persecusiones que las niegan,
violencias interminables,
ninguneos que desesperan...

las gentes ya no tienen raíces,
porque sencillamente las echan,
las manipulaciones antojadizas,
y algunas almas perversas...

y ya nada ata a los suelos,
y ya nada preserva los esfuerzos,
se sacrifican las voluntades,
mientras unos pocos gestan desiertos...

y te vas acostumbrando a vagar dentro tuyo,
buscando lo que has buscado,
dones y talentos que aún no han sido expresados,
letras que no has escrito,
cuadros que no has pintado,
estatuas que no se han cincelado,
músicas que nadie ha interpretado,
sólo transitas tu teatro,
como trovador de tu propio drama,
nadie atiende cuando llamas,
porque la hoguera envuelve al mundo,
negando las consciencias,
burlando los sentidos de las almas...

y hurgas sin encontrarte,
porque seguramente ya te has ido,
alejándote del paisaje amado,
sólo con la imagen de haber vivido...
y te vas solo y respirando,
a sabiendas que alguien te ha bendecido,
sacándote del árbol,
bajo cuya sombra has crecido...

y simplemente te vas,
dejando el espíritu prendido,
a los brotes que aún no han florecido.
MARZO 07, 2015.-

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