lunes, 23 de marzo de 2015

LA FE, DESPUÉS DE HIROSHIMA, NAGASAKI Y FUKUSHIMA ▲ Banana Yoshimoto: “Los japoneses han ido perdiendo la fe en sí mismos” | Cultura | EL PAÍS

Banana Yoshimoto: “Los japoneses han ido perdiendo la fe en sí mismos” | Cultura | EL PAÍS



Banana Yoshimoto: “Los japoneses han ido perdiendo la fe en sí mismos”

La escritora traza un recorrido por sentimientos en su nuevo libro 'Un viaje llamado vida'



La escritora japonesa Banana Yoshimoto.
“Siento algo de pudor por el hecho de que los lectores me conozcan a través del ensayo, pues mi dedicación principal es la novela, pero, por supuesto, estoy contenta”, afirma la escritora Banana Yoshimoto (Tokio, 1964) sobre Un viaje llamado vida, una colección de ensayos donde el movimiento (hacia otros países o entre la rutina cotidiana) es el eje de cada texto y que se acaba de publicar en España. El libro, editado por NHK en 2006, lo ha lanzado Satori Ediciones, especializada en cultura japonesa y que ha inaugurado con este volumen una colección en la que se apuesta por nombres destacados de la joven literatura nipona como Fuminori Nakamura y Misumi Kubo.
Yoshimoto irrumpió en el mundo literario en 1987 con Kitchen (Tusquets), una sorprendente primera novela (con tecnologías, crisis personales y cocina como telón de fondo) escrita cuando aún era estudiante y que le reportó importantes premios. Kitchen ha sido llevada al cine en dos ocasiones y otras dos películas con guion de Yoshimoto, basados en sendas novelas suyas, se estrenan este año en Japón: Umi no futa yShirakawa yofune.
Con más de una docena de novelas y varios ensayos, es, junto conHaruki Murakami, la figura de la literatura japonesa contemporánea más conocida fuera de su país. Sus obras, donde prima el existencialismo urbano, han sido traducidas a más de 20 lenguas y, aunque habitualmente pasa bastante tiempo entre la publicación en Japón y su traducción al español, llegan con regularidad ante sus seguidores de aquí.
Mahoko Yoshimoto (que emplea el seudónimo Banana porque le gustan las flores de banano “por su belleza andrógina”), es remisa a conceder entrevistas. Pero en este caso accedió a responder vía correo electrónico, dando las gracias lo primero de todo. Aunque hubo una cuestión que evitó, “por pudor”, según sus editores. Se trataba de su opinión sobre la relevancia de las mujeres en la literatura de su país. Cosas de la irremediable discreción japonesa…
La escritora opina que “hoy en día el arte y el romanticismo han desaparecido del corazón de los japoneses”, y por eso, está trabajando “en una novela centrada en esa idea”.

El arte y el romanticismo han desaparecido del corazón de los japoneses"
En Un viaje llamado vida se mueve por países y lugares a través de los sentimientos. En un momento dice que “el aire seco de Egipto es ideal para enjugar bien el corazón húmedo de los japoneses”. Banana Yoshimoto sabe perfectamente de lo que habla y en qué se manifiesta esa humedad del carácter nipón: “El clima ejerce una gran influencia en los seres humanos. En Japón, las casas se descomponen rápidamente. Hace mucho bochorno en los días de verano en los que apenas sopla la brisa. Por eso, la gente se irrita y se pone nerviosa. Sin embargo, mientras estuve en Egipto, el aire era tan seco que apenas sudaba y no me hacía falta cambiarme de ropa cada poco. Por lo tanto, recuerdo que mi estado de ánimo era claro, completamente definido, en blanco y negro, sin matices de gris, es decir, sin ambigüedad”.
P. ¿El contacto con otras culturas le ha influido en la percepción de su identidad japonesa?
R. Los japoneses, poco a poco, han ido perdiendo la fe en sí mismos. Actualmente existen numerosas reglas que han pasado a considerarse cosas de sentido común aun siendo completamente absurdas. Cosas como que la temperatura de la leche que damos a los bebés tiene que estar a unos grados determinados, ni uno más ni uno menos, o que los padres deben ir vestidos con unas prendas muy concretas para acompañar a sus hijos en el examen del ingreso, o que si alguien no limpia la parte de calle desde la entrada de su casa hasta la entrada de su vecino caerá mal entre la gente del barrio por su egoísmo. Admito que estas cuestiones funcionan muy bien en Japón pero no lo hacen así en el resto del mundo. Entrar en contacto con otras culturas me hizo replantearme todo esto y así comencé a pensar qué aspectos me interesaba conservar o descartar. En cierto modo también me hizo pensar cómo quiero ser vista por los demás.


Portada del nuevo libro de Banana Yoshimoto publicado en España.
P. ¿Ha viajado por España?
R. Sí, una vez y por un corto período de tiempo, pero es un país que me encanta. Me gustó mucho el ambiente de principios de verano y cómo la ciudad comenzaba a animarse al atardecer. El Museo del Prado me impresionó tanto que quise permanecer allí horas y horas. Y, naturalmente, ¡me encantan las tapas! ¡Podría alimentarme a base de tapas todos los días!
P. Hace constantes referencias a las cosas que le disgustan de la vida en Tokio, ¿tiene una relación amor-odio con la ciudad?
R. Es muy triste para mí ser testigo de cómo Tokio, mi ciudad natal, se va convirtiendo en una ciudad cada vez más aburrida. Sin embargo, aunque me aleje de ella, creo que amaré Tokio para siempre. Creo que ese sentimiento hacia Tokio arraigó en mi corazón durante mi infancia. El Tokio de cuando yo era pequeña era excepcionalmente hermoso, especialmente en otoño y en invierno. Era tan hermoso como un sueño.
P. ¿Por qué cree que Tokio y en general Japón, sigue fascinando tanto a los gaijin o extranjeros?
R. ¿Podría ser por la limpieza, la seguridad, la esmerada y delicada hospitalidad, la comida económica a pesar de ser muy elaborada...? Con un poco de ingenio, uno puede disfrutar por poco dinero de un viaje maravilloso. En realidad, los extranjeros son más hábiles que los japoneses a la hora de actuar, de moverse y de gestionar las cosas. Por eso mismo descubren muchos lados buenos de Japón de los que nosotros mismos, los japoneses, no nos damos cuenta. También, aunque carezca del dinamismo de las ciudades, la naturaleza es hermosa y hay numerosos paisajes delicados.

En una escena en la que han de comer, los personajes se relajan y adquieren de repente el toque humano"
P. Domina la novela, pero ¿se siente cómoda con el ensayo como género literario?
R. Considero el ensayo no como actividad principal sino secundaria, y por tanto, abordo la tarea de escribir un ensayo disfrutando, como cuando montas un puzzle o juegas a un juego. Lo voy construyendo según lo que me pide y acorde a su fin.
P. ¿Cómo ve el papel de las mujeres en Japón?
R. Me da la sensación de que la mujer japonesa está asumiendo considerables excesos. Trabajar fuera de casa durante muchas horas igual que los hombres, hacer las tareas domésticas; además tienen que estar guapas, tener hijos… Me parece muy duro. Intentan hacer todo lo que pueden esforzándose al máximo, lo cual es admirable pero también muy estresante.
P. El desastre del terremoto y el tsunami ha influido en los escritores y artistas. ¿Le ha influido a usted?
R. En aquel momento me atormentaba pensando hasta qué punto podría actuar para prestar mi ayuda de forma directa. Sin embargo, al no tener ningún familiar directo ni amigos en la región de Tōhoku, decidí expresarlo en forma de novela. Creo que el hecho de haber llevado a cabo esta intención después de haberme preocupado, me hizo crecer en gran medida.
P. Desde sus inicios, en sus obras hay constantes referencias a la comida. ¿Es un buen material literario?
R. Como escritora siento que, en una escena en la que han de comer, los personajes pierden el estado de extrema tensión, se relajan y adquieren de repente el toque humano. Considero que es muy importante describir ese momento y atrapar su humanidad.


Imagen de la película con guion de Banana Yoshimoto 'Umi no futa' (El techo del mar).
P. En Jinsei no tabi wo yuku habla de su hijo. ¿Ser madre le ha cambiado su percepción o su actitud como escritora? ¿No le ha apetecido adentrarse en el mundo de los cuentos y las historias infantiles?
R. Creo que en realidad siempre he escrito fábulas porque entiendo precisamente que la realidad no es como un cuento de hadas. Quiero nutrir la parte hermosa del corazón de los lectores y de este modo sanarlos, aliviarlos. Al haberme convertido en madre, siento que esa responsabilidad, y la consciencia de la misma, se han intensificado. Para mí es muy importante enseñar a mi hijo el poder de soñar y al mismo tiempo de lo terrible que puede llegar a ser la realidad.
P. Su literatura ha sido traducida a muchos países y lo mismo ocurre con Murakami, pero no pasa lo mismo con otros autores japoneses contemporáneos. ¿Por qué cree que aún se tarda tanto en editar en Occidente obras japonesas?
R. Quizá sea porque son pocos los autores que poseen una singularidad decisiva y que además posean una larga carrera. Pero hay numerosos buenos escritores en Japón también. Espero que sus excelentes obras sean publicadas en breve.
P. En su libro afirma que quiere acumular muchísimos recuerdos en su vida. ¿Cómo le gustaría que los lectores la recordaran como escritora?
R. No me importa que se olviden de todo, de mi cara y de mi nombre. Pero cuando alguien se encuentre con problemas en su vida, cuando sufra, me gustaría que alguna de mis frases le viniera a la mente, le aliviara. Simplemente quiero dejar tras de mí las novelas que sean así.

La escritora japonesa Banana Yoshimoto.

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el dispensador dice: después de cualquier holocausto, de cualquier genocidio, de cualquier atentado contra el ser humano y sus humanismos... nada es igual... nada vuelve a ser lo mismo... porque los dramas, las tragedias, y sus complejos entramados afectan al alma humana tanto como deforman las conexiones neuronales, generando alteraciones que muy poco han sido estudiadas y sobre las que mucho se ha teorizado siempre fundándose en la conveniencia de ciertas ciencias que proveen de ciertos resultados...

las radiaciones nucleares afectan y mucho a los seres vivos...

las radiaciones nucleares afectan y mucho a todo lo que tocan, comenzando por todo aquello que nadie ve, creando alteraciones que el ser humano desconoce en su mayoría...

Chernobyl ha sido una tragedia que combinó soberbia con impericia, y sus consecuencias ni siquiera han sido consideradas sociológicamente, por ende mucho menos se las ha estudiado clínicamente... pero esta catástrofe que aún no ha sido superada y que está tan vigente como el día en que ocurrió, es apenas una muestra del precio que conllevan las soberbias asociadas a las negligencias...

nada distinto fue la consecuencia de las tragedias de Hiroshima y Nagasaki... un precio que Japón colocó bajo su alfombra porque en verdad, no había manera de resolver semejante desatino militar... donde las gentes no murieron, sino que se evaporaron, haciendo de la FE y la esperanza una utopía jamás considerada... léase, los que arrojaron las bombas fueron víctimas de sus hechos... y los que las recibieron, fueron víctimas de circunstancias propias de dementes... o lo que es lo mismo, todos perdieron... la creación como tal perdió... la Tierra perdió... y todo lo demás quedó en tela de juicio de las eternidades necesarias... 

después de Cherbobyl, Fukushima es otra tragedia que involucra al Japón... otra ecuación irresuelta que pone de rodillas a las convicciones del pensamiento pragmático... un pensamiento que no atina a darse cuenta que en verdad, no se puede prescindir de la FE, porque sin ella no hay ni vida, ni alma, ni gracia, ni espíritu, ya que ser parte de la humanidad respirante no es más que un viaje de corto vuelo, que demanda dejar un espacio a los consecuentes herederos a efectos que vengan a aprobar los exámenes de sus propias experiencias...

como dispensador... estoy consubstanciado con la cultura humana y sus valores... no así con sus grises... o sé es luz, o sé es tinieblas... es lo uno o lo otro... o sé es FE y esperanza vivas... o sé es cinismo e hipocresía derivados en odios y envidias... cuando se pierde el eje de las racionalidades, el humano pasa a ser un T.Rex depredador de cualquier cosa que sea devorable, asumiendo incluso que las monedas de las miserias humanas también son comibles... y cuando ello sucede, no hay sapiencia alguna, es sólo la depredación como altar en el infierno...

observo que la humanidad se está fracturando entre aquellos que están imbuidos de FE, y aquellos otros que la niegan despiadadamente, tornándose víctimas de sí mismos a partir de que están peleados con sus propias vidas... no es un problema de Japón, es un fenómeno humano global... prevalece la FE en cualquiera de sus sintonías... pero la anti FE tiene una altísima capacidad de daño, porque se autoconsidera con derechos suficientes como para apropiarse de los destinos y las gracias de los otros, los prójimos... propiciando una batalla campal que de santa no tiene nada, ya que ningún conflicto es santo ya que expone el lado más perverso del ser humano...

entiendo, como dispensador que soy, que la humanidad debe detenerse... hoy mismo... y reflexionar acerca de la unificación necesaria de la Tierra... un planeta que no tiene fronteras ni banderas, donde convergen vidas a vivir sus propias experiencias... y la humanidad es una "unidad" que cuando se fragmenta, retrograda hacia un estado salvaje que produce daños por la simple satisfacción de ver al prójimo degradado, algo que no sucede en el mundo de los peores depredadores que sólo matan por hambre y no por el deseo de ver al otro muerto...

traducido... la FE es un estado del alma que debe sembrado por cada espíritu en su tiempo... si la FE no se siembra, entonces dicho humano transita un permanente estado de conflicto consigo mismo que el impide apreciar los valores de los otros, inculcándole a él mismo un desprecio sobre la propia vida... y donde mora el desprecio... el mañana necesario que trajo a la humanidad hasta aquí, se esfuma hasta tornarse en una entelequia que ni siquiera aparece en los libros de la ciencia ficción...

sí, la vida es un viaje... donde cada tramo tiene su lapso respirable... pero luego de irte, regresas una y otra vez... y si no entiendes el valor del karma de cada espíritu, entonces no tienes FE en nada, y FE es mucho más que una palabra de cualquier diccionario. ¿se entiende?... MARZO 23, 2015.-

quien ingresa al infierno, lo hace prescidente de su esperanza... 

si no hay FE... no hay raza... humana.

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