domingo, 22 de febrero de 2015

TIERRA MOJADA ▲ ¿Por qué huele la lluvia? - ABC.es

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¿Por qué huele la lluvia?

Día 17/02/2015 - 10.14h
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Científicos del MIT descubren 

el motivo por el que los suelos mojados 

desprenden ese olor tan particular





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Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) creen que pueden haber identificado el mecanismo que libera el aroma a mojado cuando llueve. Al estudiar unas imágenes en alta velocidad, los expertos han descubierto cómo las gotas de agua liberan nubes de aerosoles en el impacto contra una superficie porosa.
El equipo también fue capaz de predecir la cantidad de aerosoles liberados, basado en la velocidad de la gota de agua y la permeabilidad de la superficie de contacto.
Los investigadores sospechan que en ambientes naturales, los aerosoles pueden llevar elementos aromáticos, junto con las bacterias y los virus almacenados en el suelo. Estos aerosoles pueden ser liberados durante la lluvia ligera o moderada, y luego se extienden a través de ráfagas de viento.
«La lluvia es un fenómeno muy común y era interesante para nosotros que nadie hubiera observado este mecanismo antes», ha indicado uno de los responsables de este trabajo, Youngsoo Joung. De su investigación, Joung destaca que, hasta ahora, la gente no sabía que los aerosoles podrían generarse a partir de gotas de agua en el suelo.
¿Por qué huele la lluvia?
YOUNGSOO JOUNG
«Este hallazgo debería ser una buena referencia para el trabajo futuro, iluminando los microbios y sustancias químicas existentes en el interior del suelo y otros materiales naturales, y cómo pueden ser entregados en el medio ambiente, y, posiblemente, a los seres humanos», ha añadido.
Joung y su equipo han realizado para este estudio, publicado en 'Nature Communications', cerca de 600 experimentos en 28 tipos de superficies: 12 materiales de ingeniería y 16 muestras de suelo. Además de adquirir suelos comerciales, Joung muestreó los suelos de todo el campus del MIT y a lo largo del río Charles. También se observaron resultados con el suelo arenoso de la playa de Nahant (Massachusetts).
Ya en el laboratorio, los investigadores midieron la permeabilidad de cada muestra de suelo vertiendo primero el material en tubos largos, a continuación, añadiendo agua a la parte inferior de cada tubo y midiendo cuán rápido se levantó el agua a través del suelo. Cuánto más permeable el suelo, más rápido.


En experimentos separados, el equipo depositó gotas individuales de agua en cada superficie, simulando diversas intensidades de lluvia mediante el ajuste de la altura desde la que se liberaron las gotas. Cuanto mayor fue la liberación de la gotita, más rápida era su velocidad máxima, informa el MIT.

Un nube «frenética»

Los expertos establecieron un sistema de cámaras de alta velocidad para capturar las gotas de lluvia en el momento del impacto. Las imágenes generadas revelaron un mecanismo que previamente no habían sido detectado: una gota de agua golpea una superficie, comienza a aplanarse; simultáneamente unas pequeñas burbujas se elevan desde la superficie, y por medio de la gotita, antes de estallar en el aire. Dependiendo de la velocidad de la gota, y las propiedades de la superficie, una nube de aerosoles "frenética" puede dispersarse.
«Frenético significa que puede generar cientos de gotas de aerosol en un corto tiempo, por unos pocos microsegundos. Y encontramos que se puede controlar la velocidad de generación de aerosoles con diferentes medios porosos y condiciones de impacto», ha explicado Joung.
A partir de sus experimentos, el equipo observó que se producen más aerosoles con la lluvia ligera y moderada, pero se expulsan en mayor cantidad con las precipitaciones fuertes.

el dispensador dice:
¿te ha alcanzado la lluvia por sorpresa?,
¿en las calles que desesperan?,
¿en la ciudad donde todo apesta?,
¿donde el viento se arremolina y se hace cuesta arriba?,
¿donde el paraguas se quiebra y te mojas hasta la médula?,
¿o te ha alcanzado la lluvia en el campo abierto?,
¿caminando entre alambradas y tranqueras,
entre potreros y quimeras?,
¿o te ha sorprendido en el bosque,
extraviado en la soledad que te atraviesa?,
¿quizás en la selva?...

¿se te han impregnado las fragancias?,
¿ése raro olor a fresas?,
¿te has preguntado por qué la lluvia moja pero no pesa?,

aprendí a amar la lluvia a cielo abierto,
allá lejos y en el tiempo,
siendo niño,
tal vez de once años,
a campo también abierto,
entre medanales y pajonales cerrados,
enfrentando a un océano abierto,
allá en balneario Reta,
donde las playas eran extensas,
tanto como desiertas,
cementerio de ballenas,
en las que nadie reparaba,
porque la soledad reinaba eterna...

siempre andaba en la compañía de mí mismo,
soledades que te enseñan a reconocer tu propio espíritu...

y allí lejos de cualquier cosa,
donde la torre de la iglesia era un punto de referencia,
llegó imprudente la inclemencia,
bendiciendo con agua helada mis espaldas,
mis voluntades y hasta mis ganas,
y me refugié en el fondo de un médano,
mientras una lechuza criando,
me observaba con su sabiduría, como sonriendo,
mientras hablaba diciendo: "así te vas acostumbrando...
tanto como vas aprendiendo"... "mejor sigue andando,
llueve pero no hay rayos ni truenos"...
y así lo hice, salí de mi refugio,
con destino incierto,
y sentí bendiciones cruzadas,
aguas y vientos...
y amé la circunstancia,
y me encontré en el momento...

había fragancias raras,
olores que aún conservo...
que suelta mi jardín,
distante de aquellos tiempos...
repitiendo la vibra de lejanos sentimientos...
que me persiguen como sombra,
mientras te escribo esto... como un eco.
FEBRERO 22, 2015.-


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