martes, 3 de febrero de 2015

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Philip Kerr: «Si fuese entrenador prohibiría a mis jugadores tener Twitter» - ABC.es



Philip Kerr: «Si fuese entrenador prohibiría a mis jugadores tener Twitter»

Día 03/02/2015 - 14.12h

El escritor escocés cambia la Alemania nazi 

por la cara oscura del fútbol con 

«Mercado de invierno», novela ambientada en 

la Premier League y por la que desfila un cadáver 

asombrosamente parecido a José Mourinho



INÉS BAUCELLS




Philip Kerr (Edimburgo, 1956) sienta en el banquillo a Bernie Gunther, infatigable protagonista de su exitosa saga sobre los crímenes en la Alemania nazi, y da la alternativa al cínico e ingenioso Scott Manson, segundo entrenador del ficticio London City de la Premier League con el que el escocés abre una nueva línea centrada la cara más turbia del fútbol.
«Mercado de invierno» (RBA), primer título de la serie, presenta a Manson convertido en investigador accidental después de que el director técnico del equipo, un portugués malcarado en el que algunoshan querido ver a José Mourinho, sea brutalmente asesinado.
-¿Qué tiene el fútbol que encaja tan bien en una trama de novela negra?
-Chicos jóvenes, mucho dinero… Es casi una receta perfecta para el desastre. Hay una cita fantástica de George Best hablando de dinero: «Me lo gasté casi todo en coches, bebida y mujeres. El resto lo malgasté». Tirando de ese hilo puedes llegar a una buena novela negra. Además, tienes oligarcas rusos, jeques árabes, cantidades ingentes de dinero...
-El London City es pura ficción, pero las coincidencias son muchas: un entrenador portugués, un propietario que es un oligarca ucraniano...
-Más que coincidencia, tiene que ver con la singularidad de cada personaje: Joao Zarco no está basado en Mourinho, pero si tienes a un entrenador portugués con glamour y que dice cosas misteriosas, acabará sonando a Mourinho. En cualquier caso, le admiro, y mi intención nunca hubiese sido burlarme de él.
-Durante todo el libro se hace mucho hincapié en el dinero que ganan los jugadores y en cómo ha cambiado el fútbol en los últimos años. El fútbol como deporte, sí, pero sobre todo como negocio.
-El domingo, por ejemplo, pagué 114 euros por ver al partido Barça. En el campo del Arsenal pago 80 euros. Llegará un momento en que la gente no podrá permitírselo. Es más caro ir al fútbol que a la ópera. En cualquier caso, mi visión de este deporte ha cambiado tras escribir el libro. Lo que me sorprende cada vez más es que hay una revolución de lo que es el fútbol que empieza a calar en la sociedad. La Premier League, por ejemplo, es una de las empresas más exitosas de toda Gran Bretaña. Cuando Estados Unidos se despierte, el fútbol será la siguiente cosa importante que les ocurrirá.
-«Mercado de invierno» ofrece también una visión muy crítica de los medios de comunicación, como si la combinación de fútbol y prensa fuese letal.
-Hay que diferenciar entre los periodistas de deportes y los tabloides. Estos últimos no tienen interés en escribir bien: solo quieren historias sucias, llamativas y basadas en rumores. Si yo fuese entrenador, lo primero que haría sería prohibir a mis jugadores tener una cuenta en Twitter. Yo mismo salí de ahí porqué pensé que sólo tendría problemas. Acabaría diciendo algo que ofendería a alguien, ya que esa es la naturaleza de las opiniones. Nos engañamos pensando que vivimos en una sociedad con libertad de expresión. Hay muchas cosas que no nos dejan decir.
-«La religión oficial de este país no es ni el cristianismo, ni el Islam, sino el fútbol», asegura uno de los personajes en la novela.
-Ahora más que nunca, manda el Gran Dios del fútbol. Si alguien dijese «¿qué haría Jesús?», la gente se preguntaría: «¿Qué Jesús?, ¿Jesús Navas?».


el dispensador dice:
todo lo conectado,
se está desconectando,
se están modificando los polos,
y los inversos van aflorando...
ya no hay comunicación,
porque todo está saturado,
y el cerebro se está bloqueando,
de tanto estar inmovilizado...

al invertirse los sentidos de la realidad,
abundará la casualidad,
y se abrirá uno y otro portal,
uno para salir,
y otro para ingresar,
pero en el punto,
nada será igual,
y te podrás equivocar,
viéndote obligado,
a creer que se puede engañar,
o que tal vez se puede saltar,
y de pronto atrapado quedarás,
entre elementos a los que no reconocerás,
porque viven en distinta dimensionalidad,
con notable y significativa capacidad,
para tomar forma e inmediatamente evaporar,
para volverse nube de otro eternidad,
a la que no puedes acceder,
por tu condición de densidad...

cuidado,
mucho cuidado con la tecla que vayas a apretar...
tal vez lo que quieras decir,
no será lo que se escuchará,
ni tampoco se entenderá...
porque una nueva Babel,
está tomando entidad.
FEBRERO 03, 2015.-



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