miércoles, 20 de junio de 2012

BABELAVES || El sonido de la naturaleza | elmundo.es

El sonido de la naturaleza | elmundo.es

LAS PAJARERAS EN LA VERA DE DOÑANA


Carlos de Hita


De lejos, la pajarera parece una larga línea blanca, sobre la que se abatiera una furiosa tormenta de nieve, a medida que miles de aves descienden sobre los arbustos sobrecargados. Al avanzar, uno percibe la distante babel de voces que, minuto a minuto, van formando un crescendo ensordecedor como el sonido de un enorme patio de colegio durante el recreo. Desmontamos a una distancia de 200 yardas y caminamos atravesando el matorral. La escena y el ruido son ahora increíbles. Cada arbusto soporta doce o más nidos. Casi en cada rama se balancea un ave blanca. Todo es movimiento y alboroto. Las aves hacen poco caso de nuestra llegada y el aire se llena de nuevos individuos que llegan y se ciernen buscando un lugar para posarse. Cada pocos momentos hay un estruendo de alas y un excitado grupo de unas cien aves se levanta, tan sólo para posarse y reñir de nuevo por el espacio vital.
Guy Mountfort, Retrato de una tierra salvaje

Mediada la década de los cincuenta varias expediciones científicas hispanobritánicas sirvieron de altavoz para propagar los valores naturales del Coto de Doñana y las marismas del Guadalquivir, por entonces seriamente amenazadas de desecación. Guy Mountfort, conocido entre los ornitólogos europeos por ser el autor de los textos de la Guía Peterson,  el libro de aves más importante de la historia, escribió la crónica de esos viajes, que tituló Retrato de una tierra salvaje; y entre las muchas cosas de las marismas que observó con estupefacta admiración destacan las colonias de garzas sobre árboles y matas de cañas y monte, las llamadas pajareras.

En la actualidad, pasado más de medio siglo, las principales pajareras  se asientan sobre un grupo de alcornoques centenarios, sauces y álamos en la Vera de Doñana, la estrecha franja, ni monte ni marisma, que se extiende entre ambos medios. Sobre ellas y a su alrededor se siguen juntando las increíbles concentraciones de garzas reales, garcetas, garcillas cangrejeras y bueyeras, espátulas, cigüeñas blancas y milanos reales que tanto impactaron a sus descubridores.
Foto
Unas garzas reales en las pajareras de Doñana. | Carlos de Hita.


El griterío es hoy el mismo que entonces: los cloqueos de salutación y las broncas a estocadas y chillidos entre garcetas, los gritos guturales de las garzas reales, el sonido más vocal de las garcillas cangrejeras, más escasas y que apenas se hacen oír por encima del jaleo reinante. Y como remate el crotorar constante de las cigüeñas en los nidos –curiosamente, por aquí a las castañuelas se les llama crótalos- y los relinchos encadenados de los milanos reales y negros.

En una concentración de miles de aves tan vocingleras no es fácil separar las voces por especies. A diferencia de lo que es capaz de hacer la fotografía, los micrófonos no son teleobjetivos capaces de enfocar un ave y aislarla del entorno. Lo que escuchamos es una impactante imagen sonora, el retrato de grupo de este pandemónium.

P.D.: La divulgación internacional de Doñana empezó con las históricas expediciones de los años 50. Desde entonces no se ha dejado de investigar, filmar, pintar y fotografiar estos lugares, siempre con resultados sorprendentes. Estas grabaciones forman parte de esa línea divulgativa, ya que han sido registradas dentro del plan de rodaje del documental Wadi al kabir, el río grande,  actualmente en producción.


el dispensador dice: ¿en qué momentos se diferenciaron las lenguas?... seguramente sucedió a medida que la creación tenía lugar, y ello fue dando lugar a las diferencias... diferencias de habilidades tanto como de capacidades... en lo personal, siempre he tenido la visión de una Babel ocurrida en una Tierra distinta, esto es... no aquí en esta "Tierra", sino en un suelo bien diferente, distante, un planeta donde convergían "vidas" desde diferentes lugares, con modales distintos, con distintos desarrollos... el experimento falló... no se puede mezclar sabiduría con inteligencia, mucho menos estas con miserias, y ni qué hablar de pretender hacer lo propio con las ignorancias... la mezcla sería explosiva y las reacciones, aunque intempestivas serían matemáticamente predecibles... las sabidurías se irían por donde vinieron a sabiendas que aún no es tiempo... las inteligencias se verían frustradas por su imposibilidad de prevalecer... las miserias emplearían los mil y un artilugios para sacar partido de la incapacidad contenida... mientras que las ignorancias se dedicarían a hacer lo que saben, imponer por la fuerza lo que no saben hacer por dones. Los humanos parecen todos iguales, pero no lo son... más aún, los humanos parecen todos humanos pero la verdad demuestra algo bien distinto... pueden coexistir, pero no mucho más que eso... de allí las intolerancias manifiestas, ancestrales, repetidas, insoportables. Babel no ocurrió en suelo terrestre, aunque sí involucró a humanos... tal vez, tan deshumanizados como hoy se los ve, involucionados dentro de una supuesta evolución darwiniana, atroz, donde la perfección se alcanza mediante extinciones y devorados... rara visión de la creación, casi paradójica con la perfección que promulga el VERBO de las causas. Más allá, donde los ángulos se tornan invisibles, las geometrías del ideario producen maravillas, todo se mezcla y las ecuaciones resultantes suelen dar "buenos" resultados, más allá de los paréntesis, de los corchetes y las llaves... y ello se replica simétricamente en dimensiones paralelas, aportando valor a través de "variables" impensadas, que el mundo del común calificará como "casualidad". Nada que ver... el universo está demasiado bien diseñado como para que tengan lugar "casualidades", antes bien se trata de "causalidades" que no caben en la razón humana... y de allí la importancia de Dios como regente organizador. 
Suelo detenerme a escuchar las extensas conversaciones que sostienen las aves de una misma especie, se entienden... no sé cómo, pero se entienden bien. Los sonidos sutiles son demasiado extraños para las neuronas humanas, incomprensibles por su fineza. 
Suelo, también, detenerme a escuchar las extensas conversaciones que sostienen las aves de distintas especies, no sé cómo, pero se entienden... para bien o para mal, se entienden. Sus sonidos son extremadamente sutiles, tanto que sus lenguajes son impenetrables, sin embargo existen, a pesar del hombre y sus soberbias.
Suelo detenerme a apreciar las convivencias "pajariles"... existen... no sé como, pero se dan, tienen lugar entre conciertos y desconciertos... de hecho, diariamente llegan a mi jardín cientos de aves de distintas especies, compartiendo alimentos, "hablando" entre ellas. ¿Qué se dicen?... no importa, hablan y se entienden. ¿Hubo una BABEL de aves?, lo dudo... se reconocen de distintas especies... sin embargo, adultos de unas de ellas pueden alimentar a pichones de otras distintas... no siempre, pero sí la mayoría de las veces... ¿entonces?. 
La BABEL es consecuencia de las segundas intenciones humanas (o de otros no humanos)... no tiene lugar entre las sabidurías... sí entre las inteligencias impulsoras de oportunismos... mucho más entre las miserias y ni qué hablar en las ignorancias... pero el hombre no aprende de los ejemplos que lo rodean... la naturaleza lo supera, lo excede, siempre... y la vida no le alcanza para "entender" las enseñanzas que devienen de la creación.
JUNIO 20, 2012.-



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