viernes, 23 de diciembre de 2011

LOS CAMINOS DE LA NAVIDAD || hora cero del séptimo paso


el dispensador dice: aún cuando nadie lo sepa, aún cuando nadie sea consciente, aún cuando cada quién permanezca ensimismado en sus afanes, aún cuando el día parezca ser igual a los anteriores, aún cuando la noche no lo anuncie a la multitud, aún cuando todo parezca permanecer en su lugar, la confluencia de almas y sucesos es un "algo" imperceptible que flota desde y para la eternidad. El libro de la vida de los cielos suele entretejer los destinos cuidadosamente, donde para lo que unos significará alegría y dicha, para otros será reclamo y desprecio... sin embargo, esas convergencias se traducirán en "oportunidad" para las almas involucradas directamente, así como despertares para aquellos que lo vean desde lejos... raros artilugios de las circunstancias, donde aquello que significa "valor" para unos pocos, será desdeñado por otros muchos. La gracia de la vida conlleva pequeñas gracias que significan dobleces en las historias personales... un antes y un después, y hasta un siempre lo mismo, revelador de conductas negadoras que saben del uso y del abuso, nunca del reconocimiento. El planeta humano tuvo su verbo... junto con él, sus gracias... junto con ellas los dones... junto con ellos el potencial de los talentos... junto con estos la posibilidad de agregar valores a una comunidad necesitada del espíritu como consigna y horizonte... sin embargo, el hombre, envuelto en sus rutinas, siempre opta por el diluvio y su Babel, nunca por los signos y señales del espíritu. Se habla de la creación y del verbo, para inmediatamente negar sus esencias y legados... y a pesar de ello, se habilita a la concesión de una nueva oportunidad, la del recuerdo de la Navidad, su celebración, el llamado desde el hoy hacia la hora cero de aquel momento de gloria, convocante de los entendimientos y las comprensiones. No importa la distancia en el tiempo, la Navidad del verbo es contigua a todo lo que existe, aún cuando nadie lo perciba, aún cuando nadie se de cuenta, está al lado de cada nacido desde aquella hora cero. La Navidad está allí para llenar de espíritu a cada alma... no fue un acontecimiento más, fue la revelación del verbo en la palabra pronunciada, aquel que aún repercute como eco de valles y montañas, de llanuras y desiertos. Pudo haber un altar al pié del pesebre, tanto como pudo haber un pesebre al pié del altar, pero el imperio de las posibilidades hizo que el todo confluyera hacia la necesidad de un "mañana necesario", un mañana que aún no se descubre porque las gentes andan atadas a sus ayeres, esos que pesan y esos que penan. El hombre no ha aprendido a desprenderse de sus tribulaciones y vive acosado por ellas... por ende, el hombre no aprendido a mirar hacia su propio mañana, aquel desde donde se le concedieron los sueños. Cuando el alma se empecina, simplemente se arruina... sólo se libera cuando se descubre a sí misma y comprende que la oportunidad concedida como gracia está siempre allí, delante de sus ojos, esperando a ser tomada. La Navidad de estas horas recuerda a Dios, pero no entiende que ése Dios, vive en todo lo que existe y más allá, en lo que no se ve, pero también existe. Justamente allí la Navidad es el verbo en el silencio del llanto que viene a alumbrarse bajo el manto azul eléctrico... así como la LUZ espera su instante, la FE espera su momento, y al entrelazarse en los tiempos respirables hacen de esta Tierra un llamado a la reflexión. Cuando se hiere queda la herida más allá del perdón... cuando se nace, la LUZ sólo contiene la FE reveladora del destino que opera al modo de un tobogán, cordón umbilical que hace de cada alma un acto de divinidad representativa... algo que después se irá perdiendo para finalmente ser olvidado y hasta negado. La Navidad está llegando, no aquella, una nueva, pero la humanidad aún no lo sabe... Diciembre 23, 2011.-

¿qué será de tu mañana?
¿qué será de tu mañana si ya no reconoces a tus sueños?
¿qué será de tu mañana si vives extraviado en los ayeres?
¿qué será de tu destino si no reconoces el valor de tu tiempo?
¿qué será de tu cielo si cultivas palabras sin verbo?
¿qué será de tu consciencia que pasa sin ser atendida?
¿qué será de tu ángel que permanece sin ser escuchado?
el árbol de la Navidad no es suficiente sin un árbol de la vida
la estrella de la Navidad no es suficiente sin otra de misericordia
enciende la séptima vela
la Navidad ya llega
eres un girasol entre algodones.

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