domingo, 25 de diciembre de 2011

HE SENTIDO EL VIENTO EN MI CARA, AVISOS DE NAVIDADES PASADAS

el dispensador dice:
he sentido el viento en mi cara,
fue justo durante esta mañana,
cuando el despertar me pasaba,
un sueño no me abandonaba,
algo se me anunciaba,
entre almohadas y llamadas,
pensé que eran palabras,

pero los silencios me ganaban,
no tenía que escuchar nada,
lo que se pronunciaba no eran palabras,
eran sentimientos que el aire dejaba,
entendí que se trataba de esperanzas,
descubrí que siempre había un mañana,
aún cuando en él no participara,
fue así que me sentí acariciado,
por las gracias que recibe el alma,

no hace falta ser parte del momento,
cuando genuinos son los sentimientos...

he visto la Navidad cambiar de signo,
doblar el rumbo, girar los destinos,
aunque el mundo no lo sepa,
algo ha sucedido en su viento,
ha cambiado la señal del tiempo,
hará falta mucho aliento,
para trasponer este afán,
cuando cambia el polo del sentido,
también se oyen quejidos,
reclamos y otros pesimismos,
que desmerecen al organismo,
que describe el ocultismo,
de las almas en su ostracismo...

he sentido el viento en mi cara,
he recordado algunas palabras,
he vislumbrado las intenciones,
las segundas de otras canciones,

que embaucan los corazones,
imponiéndoles sinrazones,
que esclavizan a los espíritus,
garantizando falsos beneficios,
que pronto son maleficios,
donde se atan los estropicios,
de almas que viven en sus desquicios,
he descubierto, por tanto, que no hay corazones,
cuando lo que se pierde es el alma,

cuando lo que se vende es el alma,
cuando lo que se niega es la calma,
de la paz necesaria y sus mañanas...

he sentido el viento en mi cara,
descubrí el horizonte de los mañanas,
no hay razón que se razone,
cuando la escritura es sagrada,

todo lo que allí está dicho,
grabado y establecido,
indica que ha sucedido,
para las gracias concedido,
cuando lo que se pierde es un abrigo,
ello guarda secreto sentido,
alguien habrá sentido frío,
en el calor de su hastío,
cuando te alcanza la pena,
la oración no llena,
la siembra es extrema,
cuando la burla es ajena,
cuando se roban los huertos,
las voluntades son muertos,
que viven de otros esfuerzos,
y allí no hay navidades,
apenas son reflejos infernales,
de almas sin sentidos...

de allí que busque en los cielos,
para huir de lo que desagrada,
no hay huellas en el suelo,
cuando la sombra se espanta,

no hay paz en las almas,
cuando se desprecian los mañanas,
sugiero mires por la ventana,
para descubrir quien se asoma,
lo que tu verás no será broma,
habrá blancuras pendientes,
entre rayos refulgentes,
deberás mirarlos de frente,
para que regresen a tu llamado,
aquello que haya sido tocado,
bendecirá tu frente...

he sentido el viento en mi cara,
me han llegado tus palabras,
desde un centenario de afectos,

vínculos fantasmales, cosas raras,
misticismos de vidas pasadas,
he andado por los tiempos,
observando y sin decir nada,
no hace falta hablar a los vientos,
Dios siempre acompaña,
al alma humilde e inocente,
que busca entre los cocientes,
la ecuación de su espalda,
lo que no se ve con los ojos,
sí se ve con el alma,
jardines de flores alumbradas,
campos con girasoles radiantes,

gestas de caballeros andantes,
en mares calmos sin crestas,
ha sido un sueño de siesta,
lo que se tradujo en llamado,
ahora que lo he atendido,
me ha dejado un legado,
decirte lo que ha sucedido,
comentar lo que ha pasado,
una nueva era se ha plantado,
en todo el mundo humano...

lo que venga habrá cambiado,
el sentido de las cosas,
para algunos lloverán rosas,
mientras otros verán sapos,
andar entre sus cobijas,
cuando se niegan los pasados,
los futuros son lijas,
que arrasan a las mentiras,
lo que se oculta con la prisa,
no hay alfombra que lo tape,
lo que se ha sembrado es el verbo,
de lo que no dijo nadie,
la creación no es regalo,
guarda sentido de madre,
si la gracia es un manto,
el desprecio es espejo de llantos,
la penuria de las soberbias,
por los engaños esgrimidos,
despertarán artilugios en oprimidos,
que pretenden hallar sus cielos,
los que han vivido en los infiernos,
no encontrarán lugar en el paraíso...

he sentido el viento en mi cara,
he percibo extrañas fragancias,
perfumes con elegancias,
cuando la soledad acompaña,
es Dios el que los exhala,
guiándote los pasos,
mañana es una profecía,
esta Navidad ya es pasado,
el eco que fue anunciado,
ha nacido en otro espacio,
ahora es tiempo de cambios,
se terminaron los esclavos,
el Señor regresa a su tierra,
a segar lo que ha plantado,
más vale que la semilla,
al menos un fruto haya dado,
todo lo que se ha robado,
pronto deberá ser regresado,
debes saber este día,
que en el paraíso no hay muertos,
las flores de dicho jardín,
se consiguen con esfuerzos...

he sentido el viento en mi cara,
reflejarse en paredes pintadas,
sólo me guío por la gracia,
sentimientos de mi madre,
lo que ella ha grabado,
son mensajes de manto,
lo blanco sólo es blanco,
lo que ahuyenta los espantos,
en estos tiempos de lágrimas,
justo donde reinan los llantos,
se anuncia el quiebre del canto,
lo que se ha dejado atrás,
nunca será pasado,
la gracia que se ha concedido,
para el viento será nuevo abrigo,
ya no sentirás frío,
cuando la sed no te ha alcanzado,
la mano que has brindado,
sin pedir nada a cambio,
justo ella te habrá salvado.
Diciembre 25, 2011.-
"... la Navidad que ha pasado, será la última que has visto, la que siga será Verbo para salvar afligidos".

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