martes, 11 de octubre de 2011

TÚNEL DE IDEAS || Un túnel en los Andes para explorar el Cosmos | Ciencia | elmundo.es

ASTRONOMÍA | Proyecto de tres países

Un túnel en los Andes para explorar el Cosmos

Xavier Bertou, junto a un acelerador de partículas en Bariloche.|EL MUNDO.ES Xavier Bertou, junto a un acelerador de partículas en Bariloche.|EL MUNDO.ES

Las estructuras que más asociamos con el estudio del Cosmos son los observatorios astronómicos, ubicados en la cima de las montañas donde la atmósfera es transparente. Pero a la hora de estudiar los fenómenos más evasivos del espacio que nos rodea, los investigadores deben descender a las profundidades de la Tierra.

La comunidad científica pretende aprovechar la construcción de un túnel a través de los Andes, para establecer el primer laboratorio subterráneo del Hemisferio Sur. El propósito de los investigadores que conforman el Consorcio Latinoamericano de Experimentos Subterráneos (CLES), es avanzar en la solución de dos de los mayores enigmas de Universo: la composición de la materia oscura y las propiedades de los neutrinos.

El túnel de Agua Negra, de 14 kilómetros de longitud, es un proyecto de los gobiernos de Argentina, Brasil y Chile para comunicar la costa del Atlántico con la del Pacífico por medio de la así llamada carretera bioceánica. Su construcción, correspondiente al objetivo de integrar las economías de la región, comenzaría a mediados del 2012. Tras ser aprobada en el 2010, sus promotores repararon en que podría tener otros usos, aparte de la circulación de vehículos.

Fue así como nació la idea de crear el laboratorio ANDES (siglas en inglés de Agua Negra Deep Experimental Site) como elemento adicional, en la parte más profunda del túnel. Vale decir a 1.700 metros bajo la superficie.

Xavier Bertou, coordinador del programa en que participan científicos de los tres países mencionados, explicó a ELMUNDO.es que gran parte de los estudios de la materia oscura y de los neutrinos sólo se pueden realizar a tales profundidades para evitar la interferencia de los rayos cósmicos que permanentemente caen sobre la Tierra.

Provenientes del Sol, de explosiones de supernovas o de agujeros negros situados en el centro de remotas galaxias, unos 15 millones de partículas impactan cada metro cuadrado en un solo día. Pero una ínfima parte de esa radiación podría atravesar el manto rocoso, con lo cual el estudio de partículas con interacciones tan débiles como los neutrinos o de un "elemento fantasma" como es la materia oscura, se llevaría a cabo sin el estorbo de "ruidos" ajenos a los experimentos.

Comprobación de experimentos

Bertou, físico del Observatorio de Rayos Cósmicos Pierre Augel (Argentina) afirma que uno de las tareas del equipo será blindar los experimentos que se realicen por medio del acelerador de partículas, del ruido de los vehículos que transiten por el túnel.

Los científicos creen que la materia oscura conforma cerca del 85% de nuestro Universo y más del 90% si se le suma la energía oscura. En consecuencia, lo visible sólo constituye una parte ínfima del cosmos. "Determinar la naturaleza de esa materia es uno de los mayores desafíos de la cosmología moderna y de la física de altas energías", sostiene Bertou.

Los neutrinos son partículas subatómicas que atraviesan la Tierra a miles de millones por segundo. Se sospecha que su velocidad es superior a la de la luz, por tanto desafían uno de los fundamentos de la Teoría de la Relatividad de Einstein. A juicio del científico argentino-francés, entender su comportamiento es "descender al nivel más básico de la Física".

El laboratorio estaría conformado por dos galerías perpendiculares al túnel vehicular, de 25 metros de altura por 20 de ancho y 50 de longitud, conectadas a un pozo cilíndrico de 15 a 20 metros de diámetro por 20 de profundidad. La superficie total del complejo sería de 2.500 metros cuadrados y el coste de su construcción rondaría los 11 millones de euros.

"Los aparatos de medición funcionarán de forma permanente y por muchos años -el tiempo de vida de un detector de partículas es de entre tres y cinco años- siendo operados por tres investigadores que cumplirá un horario normal de trabajo", señala Bertou. A la pregunta de si estar encerrados en las profundidades de la Tierra no puede afectar la salud del equipo, el físico responde "no más de lo que les afectaría trabajar en el sótano de su casa".
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el dispensador dice: los Andes del Sur contienen dos visiones exageradas, usualmente no apreciadas por nadie... aquella que se muestra en la superficie, majestuosa, majestuosa en tal magnitud que siempre se pierden detalles, ofreciendo al observador apurado lo más cercano a sus ojos, a sus interpretaciones, a sus intereses, pero finalmente ninguna fotografía enseña los genuinos detalles mínimos que guardan las tierras y sus comarcas, las piedras, los glaciares, los salares y otros "ares" que están allí pero comunmente se pasan de largo corriendo tras los "legados turísticos", esencialmente pobres para el buscador aunque ricos para los que venden la ilusión del "haber estado" allí... No alcanza la vida para conocer los Andes del Sur... ya que cada lugar tiene reservada una super-sorpresa sólo para elegidos... y ello no es una mera expresión de deseos, es exactamente así. Y luego cuando descubres que nada es como parece no te quieres ir... pero te hayas atrapado en tu propia vida, sin salida.
Pero existe otra realidad muy distinta a la anterior, también en los Andes del Sur... la que subyace, la se ubica bajo la tierra de los Andes... donde yace un mundo subterráneo del que nada se habla y cuyos últimos vestigios fueron considerados hasta fines de la década de los sesenta, en el siglo pasado, para luego perderse en la noche de los tiempos, ésa misma que también conviene a las "conveniencias"... Sí, los Andes contienen 43 mil kilómetros de sendas incas, urus, mochicas, ancestrales sobre la superficie, pero contiene en sus entrañas más de 17 mil kilómetros muy poco explorados de túneles, caminos internos que recorren la cordillera boliviana, peruana, ecuatoriana y colombiana. Seguramente dicho laberinto es mucho más extenso que lo que se conocía y motivaba búsquedas de curiosos espeleólogos ya desaparecidos que supieron andar tras los sentidos de dichos trabajos y sus evidencias. Los Andes son algo semejante a un gruyere humano de otros tiempos (antidiluvianos?) que alguien se tomó el trabajo de diseñar para luego concretar en una obra monumental y al mismo tiempo ignorada... Los Andes conservan algo semejante al valor de la comunidad del Qumran que albergó a Juan el Bautista y al propio Jesús... una estructura subterránea hoy mayormente derrumbada y por ende olvidada y desconocida por fuera de los ámbitos académicos. El hombre sólo ve lo que tiene delante de sus ojos, y con ello su vida se diluye entre apuros y apuradas, ventajas y ventajeadas... preocupándose por todo aquello que es intrascendente, pero que sólo será descubierto cuando la propia vida se transforme en recuerdo de tiempos idos. Una vez, hace tiempo, me preguntaron qué era lo que más me había gustado del México prehispánico... respondí: aquello que no he visto y está bajo la tierra, escondido a las miradas extrañas de los hombres que lapidan sus oportunidades... Octubre 11, 2011.-

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