viernes, 14 de octubre de 2011

LOS HOMBRES VAN Y VIENEN, PERO LA TIERRA PERMANECE || El primer 'taller' artístico de la Humanidad | Ciencia | elmundo.es

PALEONTOLOGÍA | El origen del simbolismo

El primer 'taller' artístico de la Humanidad

Una de la conchas con restos de ocre, halladas en Blombos.|'Science' Una de la conchas con restos de ocre, halladas en Blombos.|'Science'

Los seres humanos modernos son capaces de crear decoraciones artísticas y simbólicas desde hace 100.000 años, cuando aún faltaba mucho tiempo para que dejaran el continente africano. Un grupo de investigadores sudafricanos y franceses ha encontrado en una cueva, no lejos de Ciudad del Cabo, un conjunto de herramientas y recipientes que fueron utilizados para crear pigmentos con los que, presumiblemente, se pintaban la piel, como decoración o como protección contra los insectos.

El hallazgo consiste en dos conchas de abulón, de las que aún se encuentran en las playas de Sudáfrica del este con facilidad, y varias piedras que se utilizaron para machacar el mineral ocre, junto con otros elementos también molidos, como huesos de mamíferos, trozos de piedras, carbón e incluso algún líquido. El resultado se almacenaba en las conchas hasta ser utilizado.

"El ocre puede haber sido usado, con intención simbólica, como decoración en los cuerpos y la ropa durante la Edad de Piedra Media", ha explicado el profesor Christopher Henshilwood. El posible 'taller' fue descubierto en 2008 en la capa inferior de ocupación de la cueva, en la que se lleva excavando 20 años.
Tanto las conchas como las herramientas estaban en el lugar donde fueron depositados por humanos que utilizaron técnicas de molienda y raspado del mineral ocre que hasta ahora se databan hace 60.000 años.

"Este descubrimiento es un hito en la evolución de la cognición humana compleja porque demuestra que humanos de hace 100.000 años tenían ya capacidad de buscar, producir y almacenar sustancias que usaban en sus prácticas sociales", ha señalado Christopher Henshilwood, uno de los autores del artículo firmado en la revista 'Science'.

"La recuperación de estos conjuntos de herramientas agrega evidencia sobre el desarrollo tecnológico y de comportamiento social de los seres humanos, así como de un conocimiento elemental de la química, hace 100.000 años", asegura el experto sudafricano.
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el dispensador dice: frase bíblica revelada en un título adoptado para traducir la visión de los artes olvidados y de las artes perdidas en las noches de los tiempos, de otros cielos, bajo otras noches, con distintos paisajes, diferentes realidades, otros ojos y otros sentidos... tal vez, imagen apropiada a las letras del "Eterno Adán" de un Julio Verne que late en los corazones de los inquietos y los buscadores de certidumbres perdidas tras los umbrales de las gracias... legado platónico descripto entre líneas de sus obras robadas a las culturas egipcias... tragedias de Esquilo, nunca escritas pero sí traducidas a distintas lenguas por su potencial mensaje de eternidades... más allá de la creación... más allá del creador... si se quiere más allá de la ventana de las vanidades de cada quién, propias del tiempo respirable que nos toca, ha existido un mundo del que no quedan otras evidencias que aquellas que vibran en el ideario colectivo, pero están definitivamente diluídas en un aire que ya no está, eventualmente ocultas por tierras que se han venido sumando a las densidades expuestas en las mochilas de estos tiempos, los contemporáneos que desaparecen tan rápido como se manifiestan. El hombre necesitó unirse al Dios que le concedía la gracia de colocar un alma en un cuerpo, por extraño artilugio de uniones sexuales que expresan instintos antes que afectos... distintas visiones que tienen otras culturas que crean y engendran con la comunión de las mentes, las que sí se revelan en sentimientos genuinos y afectos comulgantes... El hombre buscó la expresión del arte y a través de él se tradujo a sí mismo, intentando plasmarse de cara a la eternidad a la que no pertenece por su condición de "finito"... curiosamente se pinto en blancos y ocres, y utilizó plumas para adornar coloridamente el pensamiento, interpretando que de ese modo ascendía hacia su Señor... los tiempos remotos no han dejado vestigios de sacrificios de índole alguna ya que los seres humanos se protegían unos a otros, de sus sueños tanto como de las soledades. Ciencias del mortero que se aprecian en la piedra de toda la América Precolombina... y dichas ciencias no son parte de una entelequia de arqueólogos sino realidades de almas consubstanciadas con sus suelos, tierras pegadas a sus plantas descalzas, tierras acodadas en las arrugas de las pieles castigadas por el Sol y sus tiempos. El hombre descubrió tempranamente el sentido del culto a la gracia del nacer, transcurrir, así como aprendió temprano a entender las significancias de la muerte, de su partida..., pero por entonces sabía de la existencia de los umbrales, de los oráculos y de los santuarios, pero también asumía sus diferencias. Ciencias del mortero desmerecidas por las ciencias de las conveniencias que rigen en nuestros días... en aquellos tiempos donde existían las propiedades intelectuales, el ideario nutría a la comunidad y sumaba colores y consciencias a partir del eterno juego del acierto y el error, muy superior en resultados al método científico que pone en venta el conocimiento y compra las voluntades de la investigación a partir de la falsa premisa de motivación y sus motivos, esos mismos que descalifican al pensamiento del grupo para favorecer los intereses de los pocos oportunistas que roban las voluntades para luego apropiarse de los esfuerzos. Suelo recorrer los morteros milenarios que han sido olvidados en la cordillera de los Andes, en lugares donde a nadie se le puede ocurrir que haya habido humanos pisando rocas, tomando fibras, revelando colores que ya no están registrados en computadora alguna ni tampoco en ninguno de sus programas de "creadores virtuales", enseñándonos que el hombre pertenece a la naturaleza concedida y sólo a ella... los morteros en altura, arriba de los mil quinientos metros sobre el nivel del mar, nos indican que hubo otro pensamiento individual y uno distinto colectivo, y eso se revela en la consciencia de la tribu que aún deja atisbos en ciertas miradas de los espíritus que permanecen en las montañas, alejados de las densidades y los apuros de un mundo que se muestra agitado para nada. En dichos morteros quedan rastros de pinturas, pero más aún, quedan ecos de las almas entregadas a la esencia de la piedra. Las mejores expresiones ancestrales son aquellas que no han sido descubiertas y nunca lo serán porque el hombre se aleja de los sentidos de sus orígenes tan rápido como lo hace de la interpretación de las esencias. Los antiguos tenían una perspectiva que se ha extinguido a manos de los conceptos utilitarios. En verdad no importa donde se concedió la primera de las gracias, por ende no importa si el primer hombre vió su cielo en África o en el Asia, o si lo hizo en América, ya que seguramente debe haber ocurrido con simultaneidad en una tierra que supo preservar el pensamiento original, protegiéndolo de las patentes del pensamiento editorial y corporativo. Las ciencias del mortero coincidían con el sentido poético de los trovadores, pensadores andantes que no necesitaban de apuntadores ni de lectores, tampoco de "machetes" que complementaran sus memorias siempre activas, cultivadas por la observación, la consecuente interpretación y sus naturales perspectivas de saberse natural... Las ciencias del mortero no hubiesen permitido la existencia de los imperios porque esos son tan efímeros como la vida de los hombres encarnados, beneficiando a pocos y discriminando a los muchos, para luego desaparecer y dejar lugar a nuevas ansiedades de poder y vanidades. Mañana es día de la Virgen del Cerro... su mensaje está más presente que nunca... miro por la ventana que me ladea... veo a mis amados pájaros picotear migas y pienso, mañana será otro día. Miro hacia el opuesto y veo que el mortero está justo allí donde lo dejé ayer... y me pregunto, dónde irá a parar cuando muera, seguramente se licuará entre los olvidos de los apuros de los otros, sí, pero gracias a Dios y sus gracias, cuando no esté, la Tierra seguirá estando y ello es suficiente motivo y motivación para haber pasado... he descubierto que prefiero ser sueño de las ignorancias de los otros. Octubre 14, 2011.-

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