jueves, 19 de mayo de 2011

EN BUSCA DEL ALMA PERDIDA | Empieza la caza del «Universo invisible» - ABC.es

Ciencia
Empieza la caza del «Universo invisible»
Un sofisticado instrumento instalado en la estación espacial rastreará los rayos cósmicos y posibles galaxias ocultas
josé manuel nieves / madrid

Día 19/05/2011 - 10.50h

Archivo .Un anillo de materia oscura captado por el telescopio espacial Hubble


.Hace apenas unas horas, el transbordador espacial Endeavour se acoplaba a la Estación Espacial Internacional (ISS) para realizar su última misión: entregar a los astronautas el detector AMS. Hoy mismo, el sofisticado instrumento de dos toneladas de peso será instalado en el exterior de la estación. El Espectrómetro Magnético Alpha revolucionará lo que sabemos sobre el "universo invisible", el que está hecho de rayos cósmicos y otros fenómenos que no se pueden percibir a simple vista, de la misma forma en que el Hubble ha cambiado nuestra percepción e ideas sobre el Universo que podemos ver.

El detector, afirma Bob Hart, uno de sus responsables, "mirará al Universo desde una perspectiva diferente", algo que excita la imaginación de los científicos. El AMS, que pesa dos toneladas, está formado por un anillo de potentes imanes y detectores ultrasensibles diseñados para rastrear, aunque no capturar, rayos cósmicos. El sofisticado instrumento será instalado hoy en el exterior de la ISS y será operado desde la Tierra, de modo que no requerirá atención alguna por parte de los astronautas.

El AMS registrará el rastro de los rayos cósmicos a medida que pasen a través de él, descubriendo una clase de Universo al que hasta ahora habíamos tenido un acceso muy limitado. Un Universo hecho de antimateria y materia oscura.

La antimateria es, en realidad, exactamente igual que la materia que conocemos y de la que todos estamos hechos. La única diferencia estriba en su carga eléctrica, que es opuesta a la de la materia ordinaria. Por eso, cuando materia y antimateria entran en contacto, se aniquilan mutuamente en una explosión de energía. La teoría afirma que durante el Big Bang debió crearse igual cantidad de materia que de antimateria, pero por mucho que miremos a nuestro alrededor, no somos capaces de detectarla. A nuestros ojos, pues, sólo existe la materia ordinaria.

¿Dónde está la antimateria que falta? Los investigadores llevan décadas intentando, sin éxito, responder a esta pregunta. Es posible, dicen algunos, que en el origen del Universo hubiera "un poco más" de materia que de antimateria, que ambas se aniquilaran y que todo lo que podemos ver hoy sea ese pequeño exceso de materia original.

¿Galaxias ocultas?

Otros, por el contrario, piensan que la antimateria está aún allí fuera, en alguna parte, sólo que nuestros instrumentos no han sido capaces de detectarla. Para ellos, podría haber galaxias enteras hechas de antimateria sin que nos hayamos dado cuenta de ello. ¿Quién tiene razón? Puede que el AMS encuentre, por fin, la respuesta.

Y luego está la cuestión de la materia y la energía oscuras, ese "otro tipo" de materia y de energía de los que apenas sabemos nada y que, esas sí, son completamente diferentes a la materia ordinaria que podemos ver. La materia y la energía oscuras suponen, juntas, el 96% de la masa total del Universo. Sólo el 4% que conocemos está hecho de materia ordinaria, la que forma todos los planetas, estrellas y galaxias que podemos ver.

Los investigadores intentan reproducir en laboratorios terrestres las condiciones del Big Bang para encontrar respuestas. Sin embargo, y a pesar de que los grandes aceleradores son capaces de generar potentes haces de partículas viajando casi a la velocidad de la luz y hacerlos colisionar para estudiar lo que sucede, esos grandes instrumentos apenas si alcanzan una fracción (millones de veces menos) de la energía que producen los rayos cósmicos en el espacio.

Un mosquito contra una pelota

Para Sam Ting, que obtuvo el Nobel de Física en 1974, "no importa lo grande que sea el acelerador que se construya, nunca será capaz de competir con el espacio". Para hacernos una idea, la energía de cada partícula individual generada en el LHC, el Gran Colisionador de Hadrones de Ginebra equivaldría, según los físicos, a la de un mosquito en movimiento. Pero una sola partícula de un rayo cósmico puede llegar a tener la fuerza de una pelota de béisbol a plena velocidad. Ahora, el AMS podrá estudiar la materia a esas energías imposibles de producir en la Tierra.

A modo de prueba y para comprobar su diseño, un primer prototipo del AMS fue lanzado en 1998 a bordo del Discovery. Apenas si estuvo un par de semanas en órbita, pero ninguno de sus resultados, que dieron lugar a cuatro artículos en publicaciones científicas, pueden ser explicados por medio de las teorías existentes.

Ahora, el AMS hará su trabajo durante mucho mas tiempo. De hecho, durará mientras dure la Estación Espacial Internacional. Y los científicos están más que seguros de que será capaz de arrancar algunos de los secretos mejor guardados del Universo.
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el dispensador dice: un día el hombre se perdió a sí mismo, desconoció su huella, omitió su sombra... sucedió justo el día en que el hombre descubrió que podía mentir, que podía engañar a su prójimo para tomarle ventaja, apoderarse de su esfuerzo, quitarle su voluntad, pretendiendo hacerse dueño de los dones del otro... nunca entendió que ello es imposible, que puede entenderse como posible pero que en esencia no lo es, ni aún cuando el otro sea esclavo y sus bienes cambien de mano. Lo que se roba de otro destino es acompañado por el lado oscuro de ese mismo destino robado y el que se apropia de lo ajeno asume las paradojas sin piedad divina alguna.
Un día el hombre se perdió a sí mismo, no supo que era su aura, no tuvo capacidad para reconocer su alma... sucedió justo el día en que el hombre despreció su suelo y negó su casa, blasfemando contra aquello que se representa en sus ancestros y sus tradiciones, en su legado y su tiempo... nunca pudo comprender que el suelo donde uno cae envuelto en placenta es tan celestial como los momentos del universo, elegido por gracia eterna, y que el suelo contiene sintonías del destino de cada quién, al igual que el aire, la nube y su lluvia, el cielo y su luz, la noche y la propia... el suelo tiene vida propia más allá del hombre, sin embargo el hombre no la tiene y regresa indefectiblemente al suelo, aún cuando beba de las fuentes de la inmortalidad. Cuando negó su casa negó su compromiso consigo mismo, la consonancia de los dones concedidos y de los talentos dormidos. Quién niega su suelo, aún teniéndolas, se queda sin huella la que al no corresponderle destino alguno evapora la sombra asumiendo que ya no hay mañana necesario para el recorrido.
Un día el hombre se perdió a sí mismo, no supo quién era su madre y ella no reconoció a su hijo... al buscarse ambos fueron rocas de sal porque todos somos sinfonía de esferas y traducimos en cuerpo las notas endilgadas desde el mundo de las ideas para cumplir un lapso que guarda un sentido geométrico, que aún expresándose en tiempo forma parte de un viaje de infinitos. En ese camino nadie es dueño de nada más que de su propio espíritu, ni siquiera lo es de su cuerpo que apenas es vehículo temporal que asume forma para resolver la ecuación de la propia paradoja.
Un día el hombre se perdió a sí mismo, no pudo entender que todo nace con él y se muere con él, porque la vida verdadera no es la de las tangibilidades posibles, sino aquella de signo contrario donde las almas son simetrías de doble hélice que perviven en un universo de luz intensa, profunda, donde no hay huellas ni sombras, donde el ser expresa su música sin necesidad de pentagramas y es número sin contener valor alguno. El hombre rechaza su pasado porque se sabe sin mañana, y el momento que transcurre es demasiado rápido para ser amado, para ser dilucidado..., entonces, al poner el hombre sus condiciones de pertenencia, en ese mismo instante deja de pertenecer a sí mismo para pasar un esclavo de sus circunstancias, las que lo atropellan hasta ahogarlo en el propio océano de sus condiciones...
Un día el hombre se perdió a sí mismo, negó sus sueños pretendiendo que se trataba de meras ilusiones, olvidó entonces el sentido de los mismos para su propios ancestros, omitió considerar que hasta los propios reyes y señores tenían asesores que funcionaban como intérpretes de ellos... fue así que desconoció el sentido de los santuarios y los oráculos transformándolos en templos fríos donde se recogen las penas y los reclamos, donde otros hombres mienten a Dios y sus designios, burlando sus valores y sus señales, desconociendo la esencia de la oración como escala y escalera que conecta al alma con su creador, a la vida con su verbo causal, al destino con su verbo consecuente... fue así que no supo qué era la voz de la consciencia... fue así que empujó a su ángel blanco de la guarda hacia el abismo sin asumir que los ángeles blancos de la guarda tienen la condición de asistir a la eternidad, formando parte de ella. Nadie se cae del habitáculo de los ángeles de blanco guardianes de cada vida en la Tierra... los que no moran allí, nunca lo han hecho, jamás lo harán porque quién niega o burla la santidad del espíritu es esencia de tinieblas, inexorablemente.
El hombre busca el lado invisible del universo... pero justamente él está incluído en una ilusión espectral limitada donde lo que se ve no existe, siendo sólo oportunidad para tu paso, nada más... entonces, ¿qué será del hombre, cuando se descubra como pasajero de un destino inconcluso?... ¿qué será del hombre, cuando finalmente se encuentre con su propio abismo de necedades y soberbias?... ¿qué será del hombre, cuando finalmente logre desentrañar el significado de su alma sin poder alcanzarla porque ella estárá del otro lado del abismo?... El universo que vemos es un sueño que se multiplica en una fórmula geométrica que contiene todas las expresiones de vida genuina que vibran en él... sin embargo, en la paradoja, todas ellas no son más que espíritus transientes hacia la eternidad, sin ayer, sin hoy, ni aquí, tampoco ahora, por ende sin mañana necesario... Mayo 19, 2011.-

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