miércoles, 8 de diciembre de 2010

SENTIDOS

EVANGELIO
Lc 1, 26-38
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.



El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación con ningún hombre?". El ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios". María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu Palabra". Y el ángel se alejó.


el dispensador dice: la vida es un camino hacia el regreso imprevisto... nacer implica andar, siempre, munido de una esperanza que se debate entre incertidumbres... cuanto más denso eres, más incertidumbres invadirán tu alma y consecuentemente más lejos estarás de tus esperanzas... cuando comprendes que no hay peor atadura que la propia y que tu alma no pertenece a nadie más que a ti mismo, recién allí comienzas a comprender cuál es el sentido del día y de la noche, más aún, qué esencia te ofrece el horizonte, ése que ves cuando te despegas de tus afanes. El hombre sólo está atado a su alma por un instante, puede ser destello o también pasar de largo sin ser visto. Depende de cada quién. Nada te ata a esta Tierra, como tampoco nada que haya en ella puede atarte ya que uno es cultor de su propio espíritu, apéndice vivo del espíritu santo, labrador de su íntimo e ignoto destino. Ninguna esclavitud puede someter el alma, sí el cuerpo... hasta que la consciencia llama a despertar y entonces, te despegas. Pertenecemos al verbo y a nuestro creador, el que nos concede la gracia de la vida, el don para transitarla y el talento para entenderla. Sólo eso. Tu eres semilla de tu propio árbol tanto como letra viva de tu propio libro... lo que no cultives, lo que no escribas, será patrimonio íntegro de tu ser... Diciembre 08, 2010.-

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