lunes, 29 de marzo de 2010

EL SENTIDO DEL BUEN DECIR


Línea directa
No hay palabras "enemigas"
Graciela Melgarejo
LA NACION


Noticias de Opinión: Lunes 29 de marzo de 2010 | Publicado en edición impresa

No es la primera vez -no será la última- que se discute el ingreso de voces extranjeras en un idioma. Para desalentar debates incordiosos, en 2007, en el Congreso de la Lengua realizado en Cartagena de Indias, el escritor español Antonio Muñoz Molina se pronunció terminantemente: "El enemigo del español no es el inglés, sino la pobreza".

Lo cierto es que muchas veces esa palabra de la otra lengua viene a ofrecer un concepto que no había en la propia. De todas maneras, siempre surgen dudas; por ejemplo, la que tiene el lector Juan Demarco: "Con respecto a las palabras de origen extranjero que tienen su correspondiente en nuestra lengua, me gustaría saber qué palabra se puede utilizar en reemplazo de la inglesa disc jockey que no sea la horrorosa «pinchadiscos, tal como figura en el Diccionario de la RAE".

No parece probable que Demarco vaya a encontrar una respuesta que lo satisfaga. En el Diccionario panhispánico de dudas , en disc jockey se remite a "disyóquey", y en "disyóquey" se aclara que es una "adaptación gráfica propuesta para la expresión inglesa disc jockey (persona que selecciona y pone discos en una fiesta, discoteca o programa de radio)", al tiempo que se precisa: "Existe también la forma española «pinchadiscos», aunque hoy no es frecuente su empleo, al menos para designar al disyóquey profesional".

En la década del 70, también la RAE había propuesto para el whisky la forma española "güisqui". Sin embargo, aún hoy, la propuesta académica sigue tomando por sorpresa a los hablantes desprevenidos, a los que les cuesta acostumbrarse a imaginar a Humphrey Bogart bebiendo un güisqui a la salud de Ingrid Bergman.

Para "wéstern", la voz tomada del inglés western (género cinematográfico ambientado en la época de la conquista y colonización del Lejano Oeste y película perteneciente a ese género), también se recomienda un circunloquio para el segundo sentido, el de la película: se recomienda usar con preferencia la locución española "película del Oeste". Esta indicación no les caerá nada mal a los periodistas, tantas veces desesperados por encontrar un sinónimo para enriquecer una crónica (aunque en este caso es inevitable recordar a aquel compañero de aventuras del piel roja Umpah-Pa, en la historieta de Goscinny y Uderzo, al que llamaban "Diente único, pero se le cayó y ahora no le queda ninguno").

Tiene razón Muñoz Molina: no hay idiomas "enemigos", sino pobreza, lingüística la más de las veces. Para contrarrestarla, los hablantes del español tenemos muchas posibilidades a la mano: diccionarios, una gramática remozada, en cualquier soporte que la tecnología tradicional o moderna permita imaginar, y libros, muchos libros, y muy bien escritos. Sólo hay que ir a su encuentro. ©LA NACION

Graciela Melgarejo recibe los comentarios de los lectores por correo electrónico en lineadirecta@lanacion.com.ar

abrir aquí:
Línea directaNo hay palabras "enemigas"

Graciela Melgarejo

lanacion.com | Opinión | Lunes 29 de marzo de 2010


el dispensador dice:
la educación hace a las personas,
la pobreza destruye sus dignidades,

la educación hace el sentido,
la pobreza destruye los sentidos,

la educación afina los sentimientos,
la pobreza los diluye,

la educación mide las palabras,
la pobreza extermina los silencios,

la educación forma almas,
la pobreza consume espíritus,

lo que no se cuida... desaparece,
lo que desaparece, se extingue,
lo que se extingue, se olvida,
lo que se olvida, se omite,
lo que se omite, pierde el sentido de la reflexión,
cuando no hay reflexión, las palabras no se dicen... se escupen.

cuando las palabras se escupen,
quien las recibe queda golpeado por la falacia del contenido...

el buen decir expresa reflejos ancestrales del alma,
la adecuada pronunciación enseña los equilibrios,
el uso proporcionado de las palabras muestra la calidad de la razón,
cuando todo ello confluye, la persona se torna tal, únicamente allí.

cada lengua guarda sus sutilezas, bellas, equidistantes,
propias del genio de dónde provienen...
no hay enemigos en las palabras,
apenas los hay en las pobrezas de los sentimientos.
el dispensador: regresando al buen decir. Marzo 29, 2010.-
DEDICADO A: los que meditan el alcance de las palabras antes de pronunciarlas.

No hay comentarios: