sábado, 16 de enero de 2010

el universo que te pasa de largo


fotografia de Marcela Viarengo [MISIONES - ARGENTINA]
asoc.mg.misiones@gmail.com

Evangelio: Marcos 2, 13-17
"No he venido a llamar justos, sino pecadores"


En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él y les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme". Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían, un grupo de recaudadores y otra gente de mala fama se sentaron con Jesús y sus discípulos. Algunos letrados fariseos, al ver que comía con recaudadores y otra gente de mala fama, les dijeron a los discípulos: "¡De modo que come con recaudadores y pecadores!"

Jesús lo oyó y les dijo: "No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar justos, sino pecadores".

el dispensador dice:
el mundo te impulsa a caminar a paso ligero,
el hombre y sus avaricias, inducen a no detenerse,
las comodidades invitan al ocio,
acumulamos cargas imposibles de llevar,
que no contienen otro sentido que no sea la ceguera...
la condición humana, hoy, está densa...

detén tu paso,
mira a tu alrededor,
pregúntate cuántas de las cosas importantes
que te rodean, han sido obra del hombre...
cuidado, las realmente importantes,
no aquellas otras que aparecen como tales,
pero son absolutamente prescindibles...

verás que lo esencial reside en lo pequeño,
en lo ínfimo, en lo casi imperceptible...
medita cuántas cosas semejantes existen,
sin necesidad que el hombre haya hecho algo por ellas,
sin siquiera haber pensado alguna vez en ellas...
los mismos yuyos crecen sin que el hombre haga nada...

entonces, mira tus pies,
mira tus manos,
todo lo que eres y forma parte de tu cuerpo,
existe por alguna extraña gracia,
algo que excede al hombre y sus soberbias...

aprecia la gracia que se te ha concedido,
aprecia el don que has recibido,
concéntrate en las pequeñas cosas,
porque esas son las que te nutrirán el alma, siempre...

las cosas pequeñas no lo son necesariamente,
guardan universos expansivos en sus fibras,
universos desconocidos aún hoy, para el propio hombre,
que se pavonea con sus conocimientos...

cuando el destino te cruce una señal,
ínfima, diminuta, casi imperceptible,
detente un segundo y préstale tu atención,
descubrirás que allí había un mensaje para ti, esperándote,
un mensaje irrepetible y personal,
que haberlo dejado pasar, se habría evaporado hasta tu próxima existencia,
esperando por tu don para apreciar la vida...

salvo las esencias que hayas colocado en tu mochila,
esas que no tienen peso, pero sí substancia,
ninguna otra cosa podrás llevarte de aquí,
concéntrate en los pequeños detalles,
los grandes se cuidan solos...
el dispensador: jardines de Babilonia, estampas del recuerdo. Enero 16, 2010.-
DEDICADO A: las misiones despojadas de intenciones...

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