domingo, 13 de diciembre de 2009

Salzburgo, hadas en el aire


Salzburgo
Ricard Altés
JANO.es
11 Diciembre 2009
Historia y cultura de la mano

Fortalezas, iglesias, callejuelas, palacios, parques y, por supuesto, mucha música... Todo eso, y mucho más, se da cita en Salzburgo

La ciudad austríaca de Salzburgo cuenta con uno de los centros históricos mejor conservados de Europa, tal y como reconoció la UNESCO en 1996 al declararlo Patrimonio de la Humanidad. Vertebrada alrededor del río Salzach, la ciudad más antigua, Die Altstadt, se sitúa entre las boscosas colinas de Kapuzinerberg y Mönchberg, dominada esta última por la impresionante fortaleza de Hohensalzburg.

Adentrarnos por sus calles hará que nos topemos, en un espacio muy reducido, con numerosas iglesias góticas y barrocas que salpican el horizonte de la ciudad con campanarios y cúpulas de todo tipo. Getreidegasse, con sus característicos carteles de hierro forjado, es su calle más popular, porque, además de contar con una gran actividad comercial, disfruta del honor de contar entre sus edificios con la casa natal del más ilustre de sus hijos: Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart, más conocido como Wolfgang Amadeus Mozart, que nació aquí el 27 de enero de 1756. Durante veintiséis años, en el período comprendido entre 1747 y 1773, la familia Mozart habitó la tercera planta de la “Casa Hagenauer”, situada en el número 9 de Getreidegasse.

Todo este entramado de bucólicas callejuelas desemboca en grandes plazas, como la Residenzplatz o la Mozartplatz, donde se ubica desde 1842, y como no podía ser de otra forma, una estatua del compositor salzburgués.

Hohensalzburg: la fortaleza

Desde lo alto del monte Mönchberg, la impresionante fortaleza de Hohensalzburg domina la ciudad. Este “castillo”, la fortificación más grande de Centroeuropa, comenzó a construirse en siglo XI y fue creciendo en los siglos posteriores, hasta el XVIII, sumando a sus edificios un palacio, una armería y más murallas, bastiones, trincheras y torres que dibujan su actual fisonomía, en la que destacan sus muros blancos de sillería. En su interior merece la pena visitar la sala del Príncipe, la Dorada o la de Torturas, el Museo de la Fortaleza y sus torres de defensa.

Al otro lado del río, el Palacio de Mirabell y sus bellos jardines, otro de los atractivos de la ciudad. Construidos con una orientación norte-sur, estos jardines están directamente encarados a Hohensalzburg y a la catedral, gracias a lo cual ofrecen una excelente panorámica de ambos enclaves. Además, aquí se rodó el final de la secuencia de la película Sonrisas y lágrimas en el que María y los niños interpretan la canción Do-re-mi.



En cuanto al Palacio, destacan su Escalera de los Ángeles y la Sala de Mármol, donde Mozart interpretó varios conciertos. Precisamente, al final de estos jardines encontramos la casa en la que habitó el compositor entre 1773 y 1780 y donde compuso sinfonías, divertimentos, seranatas, conciertos para piano y violín, un concierto para fagot, arias, misas y otras obras de música sacra. Aquí, por ejemplo, compuso El Rey pastor y empezó La falsa jardinera e Idomeneo.

Una catedral con historia

La enorme cúpula de la Catedral de Salzburgo sobresale entre todas las de la ciudad. De estilo barroco, presenta, además, una elaborada fachada. El inicio de su construcción data del año 774, posteriormente sufrió dos grandes incendios, el más importante de ellos en 1598, cuando se tuvo que demoler completamente para ser reinaugurada en el año 1628. En 1944 volvió a sufrir graves daños cuando un obús destruyó la cúpula y el ábside. En 1959 se volvió a reinaugurar. En su interior se encuentra la pila bautismal donde fue bautizado Mozart. Delante del imponente edificio, una plaza hace las veces de atrio y en ella se puede disfrutar de conciertos y obras de teatro al aire libre.

Salzburgo y la cultura

Como en el pasado, la ciudad sigue siendo un importante centro cultural. Seguramente, el acontecimiento más importante es su famoso Festival de Música, que se celebra todos los años en los meses de julio y agosto, y al que acuden aficionados de todo el mundo para asistir a conciertos de música clásica, ópera y teatro. En los meses de verano (un tanto lejanos), también es posible disfrutar, cómodamente y mientras se cena, de representaciones populares de ópera proyectadas en la Kapitelplatz. Pero además de la música, Salzburgo cuenta con un importante museo de arte contemporáneo distribuido en dos edificios, el Rupertinum, que data del siglo XVII, y uno actual, construido en 2004 y situado en un enclave privilegiado, el monte Mönchberg.


Navidad en Salzburgo

Sin duda, el Adviento y la Navidad son una de las épocas más hermosas en la ciudad de Salzburgo. Caen los primeros copos de nieve y los niños se divierten haciendo muñecos de nieve en los Jardines de Mirabell, mientras el dulce olor a vino caliente inunda las calles.

Un paseo por los montes de la ciudad brinda unas espectaculares vistas panorámicas sobre los tejados, las cúpulas y las torres nevadas. De vuelta, el alegre y cálido ambiente del Mercado Tradicional, donde se ofrecen los mejores manjares y artesanía tradicional navideña, como los corazones de pan de especias, las figuritas del belén, la decoración para el árbol de navidad, los juguetes y los calcetines hechos de auténtica lana de oveja.

Es en esta época cuando se puede percibir el dulce olor a ponche, almendras garrapiñadas, castañas y manzanas asadas. Además, podremos descubrir los orígenes del famoso villancico Noche de Paz, cuyo autor, Joseph Mohr, era ciudadano de Salzburgo.

Los bonitos mercadillos de navidad son muy populares. En ellos podemos encontrar desde especialidades culinarias hasta todo tipo de adornos artesanales, considerados entre los más bellos del mundo. En varias tiendas de la calle Judengasse podemos comprarlos durante todo el año, alguna de ella tiene hasta cuatro plantas y ofrecen una gran variedad de ornamentos para todos los bolsillos.

La Navidad es una de las épocas más hermosas en Salzburgo. Caen los primeros copos y los niños se divierten haciendo muñecos de nieve en los Jardines de Mirabell

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