martes, 22 de diciembre de 2009

preludio...


quiero atesorar este instante,
quiero detener este segundo,
me aborda el alma el preludio,
de notas desgajando recuerdos...

al llegar a la orilla de mis sentimientos,
encuentro un mar de lágrimas,
exponentes salados de otros tiempos,
observo la desolación de antiguos bosques,
hoy poblados de espíritus ciegos...

ya nadie recuerda el comienzo,
la sinfonía se perdió en el mar,
tomó distancia, buscando no ser escuchada,
quebró su propio pentagrama,
pero evitó ser olvidada,
al cobijarse en su propio recuerdo...

la niebla escondió las notas,
transformó acordes,
improvisó el destino,
buscando sendas, quizás otros caminos,
pero se ahogó en la noche,
al no hallar la tecla,
que recreara el tiempo,
ese momento de desatinos...

y así como así,
en medio de disonancias,
a través de helados aires,
alguien alcanzo a ver una música
que se perdía en la distancia,
allá hacia los hielos...

nunca supo si era sinfonía,
las notas se esfumaban en un espacio,
donde no suenan lamentos,
apenas se recogen lágrimas
de sonrisas en silencio,
evocando aquellas manos
que negando los sentimientos,
rechazaron las miradas,
simples ofrendas de entregas sin condiciones, sin tiempos.
el dispensador: preludios de olvidos y recuerdos encendidos. Diciembre 22, 2009.-
DEDICADO A: los que cultivan el campo de las ideas.

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