viernes, 11 de diciembre de 2009

dame una semilla y sembraré un mundo


Evangelio: Mateo 11,16-19
"No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre"


En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: "Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado." Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores." Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios."

el dispensador dice:
rodeados de argumentos vacíos,
usando las palabras y pensamientos de otros,
muchas almas deambulan sin rumbo,
justificando sus días,
acomodando sus acciones,
ocupando espacios ajenos,
burlando las intenciones...

transitan por ciudades y desiertos,
igual por mares y océanos,
mintiendo el sentir de las aguas,
manipulando otros sentimientos...

se expresan de día,
se expresan de noche,
atropellan los sentimientos,
sin piedad, con descaro,
sintiéndose al amparo,
del peor de los infiernos...

miran con ojos vacíos,
su piel transmite inocencia,
dan la mano en libertad,
pero no guardan ninguna consciencia...

utilizan el atropello como ángulo de piedra,
luego miran con desprecio todo aquello que depredan,
por ello desconocen los valores propios,
mucho más los ajenos, ni qué hablar los de una estrella...

me he cruzado muchas veces,
con seres humanos que ostentan cuerpo,
pero apenas son una cáscara,
un despojo que se sostiene por vehemencia...

como ser sensible,
los percibo a la distancia,
más aún cuando se acercan,
brindando una mirada fría,
manos vacías de valores,
espíritus libres de compromiso,
apenas un montón de palabras mentidas...

amor, amigo, amistad, hermano,
son términos muy usados,
por esas bocas llenas de blasfemias,
pero que han vendido el corazón,
y el espíritu lo tienen atado (a baal)...

por ello, prefiero el desierto,
con sus pocas flores,
sus muchas ausencias,
sus abundantes carencias,
al menos no encuentro al hombre,
vacío de presencia.
el dispensador: desde el Moab hasta el WADI ARABA. Diciembre 11, 2009.-

DEDICADO A: los hijos de las tinieblas, que creen que nadie los detecta.

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