jueves, 23 de abril de 2009

el camino de las revelaciones III...



"...bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad." Revelaciones según San Juan 22:6-2I



...buscabas el santuario en los libros,
luego buscabas el santuario en películas documentales,
parecía estar acá... pero también allí... o quizás acullá...
pero debes saber que aunque
hubo santuarios... hubo una sola alianza entre Dios y el hombre,
y aunque muchos pretendieron imponer sus modelos a aquel otro, el indicado,
el único, el atemporal y por ende eterno...
por algún motivo extraño, de esos que están en la esencia del aura,
en la esencia de los nacidos con manto,
uno (tú) se va acercando, aún sin querer, a la idea precisa...
quizás la ciudad pudiera ser la idea misma...
quizás la idea selecta te lleva a la ciudad...
esa que demuestra que el santuario está en el lugar más hinóspito,
allí donde veas sólo arena,
allí donde el viento lastime tus sienes tanto como tus pieles,
allí donde no aparezca la vida manifiesta,
allí donde la piedra reluce por sus energías,
allí donde aparentemente no hay nada,
justo allí, delante de tu vida,
se aparecerá la ciudad invisible a los ojos...
pero si eres sensible, tu alma la podrá sentir.
Recuerda siempre..., debes entrar por la puerta,
aún cuando a ella hayas llegado mediante una ventana en la cuerda,
debes entrar por la puerta... y aunque la misma no tiene llave visible,
sí tiene un cerrojo altamente preciso,
puedes entrar con las ropas limpias...
lo cual implica el alma limpia...
lo cual significa que las palabras que pronunciaste condicionarán tu ingreso...
estas simples cosas, nada más, te habilitarán para entrar,
y verás que aquello que creías un desierto... es la pradera más bella,
más florida y extensa en las luces del Señor...
recuerda no llevar calzado, ni mochila, absolutamente nada,
ya que el alma tendrá allí su propio santuario... nada le faltará.
donde la arenas bañen tus pies, allí estará tu santuario... y recuerda,
donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón.
Algo más, si tu alma es densa aún... si dejas huellas aún sin piés...
si tu sombra te persigue... la puerta no se abrirá y tú santuario,
sí, sí, tu santuario, permanecerá cerrado hasta que hayas lavado tus ropas...
el dispensador: soplando arenas que guardan las simetrías. Abril 23, 2009.-
DEDICADO A: el ángel que tiene la espada aguda de dos filos, dentro de la tercera iglesia en PÉRGAMO...

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